Diego González Redondo
Valladolid
Martes, 20 de agosto 2024, 14:54
Es complicado encontrar la palabra para definir el estado del cielo diurno en Valladolid. Quizá turbio o brumoso, el caso es que una destacable capa de neblina grisácea cubre desde la mañana del lunes el habitual cielo azul veraniego de Valladolid. Normalmente este fenómeno se ... debe al polvo sahariano que trae el viento que procede del norte de África o a la contaminación acumulada de los coches y las industrias que no se desvanece por la falta de precipitaciones. Pero en este caso las partículas contaminantes provienen del noroeste.
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La mañana del lunes se declararon dos fuertes incendios en la provincia de León. El primero, declarado a inicios de la mañana del lunes, se extiende por una zona de alta montaña cercana al municipio de Villablino. La orografía del terreno dificulta la extinción del fuego en el que trabajan diferentes servicios de bomberos, incluyendo varios helicópteros. Por otro lado, hacia mediodía se iniciaba un fuego en los alrededores de Astorga que ha obligado a desalojar algunas viviendas cercanas a las llamas.
La concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Valladolid, a través de una nota de prensa firmada por el concejal Alejandro García Pellitero, advierte una proliferación anómala de los niveles de partículas de monóxido de carbono detectadas durante la jornada del lunes y la madrugada del martes susceptibles de provenir de dichos incendios de la provincia de León.
«La procedencia del viento de noroeste que está llegando a Valladolid, sumado a niveles similares detectados en estaciones atmosféricas de la Junta en el norte de la provincia de Valladolid y el oeste de Palencia, indican que el origen de la contaminación son estos incendios forestales de León» ha explicado García Pellitero en un audio anexo a la nota de prensa.
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Aunque según el concejal los niveles de partículas «no alcanzan el umbral mínimo para activar las alertas», sí avisan a los vallisoletanos de este aumento de la contaminación por la «preocupación por la salud de los ciudadanos» que observa la concejalía de Medio Ambiente.
El delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla y León, Manuel Mora, descarta la calima y el polvo sahariano como causa de esta neblina «debido a la procedencia del viento», lo que confirma las sospechas del Consistorio: «Estos días sufrimos un viento desde el noroeste que efectivamente indica la procedencia de partículas desde León». Además Mora amplía que esta neblina está afectando a la visibilidad: «En los aeropuertos de Valladolid y Burgos han detectado una disminución de 5 a 7 kilómetros de visión».
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Las previsiones de la Aemet indican que el viento que puede levantarse esta noche desviaría este humo y libraría a Valladolid de la neblina contaminante: «Se espera un cambio de tendencia en el viento, que cambiará de dirección y barrerá las partículas de monóxido de carbono que asolan la ciudad».
Los incendios en León han traído esta niebla turbia hoy a Valladolid. Pero ya en la jornada de ayer el cielo se veía con una cierta capa contaminante debido a una bruma alta que tiene su origen mucho más lejos.
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La costa oeste de Canadá vive desde la semana pasada una oleada de incendios forestales en la Columbia Británica que han calcinado miles de hectáreas y han obligando a desalojar a más de 25.000 personas entre residentes y visitantes del parque nacional de Jasper. La magnitud de los casi 500 incendios activos es tal que el humo y la ceniza cruzaron todo el continente durante el fin de semana y afectaron a ciudades de la costa este norteamericana como Nueva York.
Manuel Mora explica que un fuego tan activo y violento «genera un humo espeso y de mucha temperatura que asciende a capas muy altas de la atmósfera». Este ascenso del humo y las cenizas alcanza entonces las corrientes de aire que conforman la circulación atmosférica, que Mora explica como «un chorro de aire» potente y de altitud entre 4 y 5 kilómetros que recorre el hemisferio norte hasta alcanzar Europa.
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A pesar de la grandísima distancia a la que se encuentra este incendio - más de 7000 kilómetros separan el Parque Nacional de Jasper y la costa atlántica española - estas partículas contaminantes que tiñen los cielos de Valladolid de tonos grises y marrones. A pesar de alcanzarnos, Manuel Mora tranquiliza a la población: «Esta contaminación se encuentra a tal altitud que no supone un riesgo para la salud, pues simplemente está de paso y sólo tiene impacto visual». Al igual que con el humo que viene de León, se espera que la tendencia del viento en capas altas «cambie a lo largo de la semana y disipe este fenómeno» que además ha afectado en menor medida a Valladolid con respecto a otras provincias españolas.
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