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Huerta del Rey homenajea a Matilde, una «institución en el barrio», por medio siglo de trabajoHuerta del Rey ha vivido esta semana una jornada de risas, abrazos y algunas lágrimas de emoción. El vecindario de las parcelas 7 y 8 de la calle Joaquín Velasco Martín se reunió el lunes para rendir un merecido homenaje a Matilde González, la que ... durante 48 años ha sido su persona de confianza en la farmacia Mar Esteban. Este jueves será su último día de trabajo antes de jubilarse y todos querían agradecerle su dedicación, amabilidad y profesionalidad por ello, le prepararon una fiesta sorpresa de despedida en el bar Quito.
«¡Viva Matilde!», gritaba una vecina entre hurras de los demás. «Es toda una institución en el barrio», comenta Rosi con lágrimas en los ojos. Ayer, todos los vecinos tenían palabras de cariño para esta mujer que lleva décadas despachando sonrisas entre aspirinas y 'frenadoles'. Y es que, lo que hace especial a Matilde, no es sólo su conocimiento de los medicamentos, sino su genuino interés por el bienestar de las personas. Se tomaba el tiempo para escuchar a cada cliente, para comprender sus síntomas y para ofrecerles el mejor consejo posible. Algo que ellos han querido agradecerle. «La conozco desde hacer 45 años. Es amabilísima y siempre me ha dado buenos consejos», agradece María Ángeles Hernando, una de sus vecinas.
Tampoco se perdieron la gran fiesta los hermanos Miriam y Valentín Rodríguez, «Matilde se merece esto y más. Nos ha visto crecer y nunca la hemos visto un mal gesto. Es muy buena persona», comentan. «Es precioso ver cómo todo el mundo la quiere», dice su hermana Pili. Entre todos le regalaron un reloj y un ramo de flores que ella recibió muy emocionada. «No teníais por qué hacerlo. Todo lo que he hecho ha sido porque me ha salido del corazón. Muchísimas gracias», respondía la homenajeada.
Su jefa, Mar Esteban, titular de la farmacia, fue la encargada de organizarlo todo para darle esta gran sorpresa. «Más que una compañera o una empleada, Matilde es mi amiga. Ha sido una suerte conocerla. Estos trece años que ha estado conmigo, ha trabajado con responsabilidad, con vocación de servicio, entrega generosa y fidelidad total», alababa.
Tras la fiesta, Matilde supo cumplir con su deber y acudir como cada día de los últimos 48 años a su puesto de trabajo. Ella tenía tan sólo 17 años cuando en 1976 comenzó a trabajar en esta oficina de farmacia. Entró como aprendiz de la farmacéutica Isabel Caro Patón, con la ilusión de ayudar a los demás y aprender todo lo posible sobre el cuidado de la salud. A lo largo de estas casi cinco décadas, Matilde ha sido testigo de cambios significativos en el campo de la farmacia y la atención médica. Luego su jefa pasó a ser María del Carmen García Prieto y en 2011, Mar Esteban. Ella siempre subo adaptarse y mantener su compromiso de servicio a los demás. «He trabajado muy a gusto con todas mis jefas.
Si una era buena, la otra era mejor y con los clientes he sentido que eran de mi familia. Cuando llegué al barrio la mayoría eran matrimonios jóvenes con niños pequeños. Ahora casi todos son abuelos. Les he visto hacerse mayores, igual que ellos a mí», dice Matilde, que este mismo jueves cumple los 65 y se despedirá de su gran familia del barrio. «Vendré a menudo a verles porque echaré mucho en falta el trabajo. Han sido muchos años, aunque toda mi vida laboral se resume en una línea», cuenta entre risas.
Para los vecinos de esta calle, Matilde no solo es la auxiliar de farmacia, sino también una amiga y confidente. Siempre dispuesta a escuchar, aconsejar y brindar apoyo, especialmente en los momentos más difíciles, como en la pandemia. Muchos recuerdan cómo acudieron a ella en busca de orientación cuando se enfrentaron a problemas de salud o simplemente necesitaban un consejo de salud. «Conozco a Matilde desde pequeña y siempre ha estado ahí, especialmente cuando me operaron. Se preocupó mucho», agradece Sonia Peláez. «Siempre nos ha atendido con una sonrisa», añade Tito Rodríguez, el carnicero del barrio. Gente de todas las edades se acercaron para expresar su cariño y admiración a esta mujer excepcional. Ella, con humildad y emoción, agradeció el gesto y aseguró que ha sido un «privilegio haber dado servicio a tantos vecinos, durante tanto tiempo».
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