Un conocido hostelero vallisoletano decidió ayer no abrir la terraza interior de su negocio después de que los clientes, en lugar de permanecer sentados o alrededor de las mesas, comenzaran a bailar sin mascarillas y sin mantener la distancia de seguridad. En los ... vídeos colgados por algunos de los clientes en las redes sociales, en concreto en Instagram, se puede apreciar una situación fuera de lo recomendable en unos momentos en los que los brotes por coronavirus diseminados por todas las comunidades autónomas comienzan a ser preocupantes.
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El propio hostelero colgó ayer en la misma red social un comunicado para anunciar que «después de la noche de ayer (en referencia a la del miércoles), desde La Pipeta hemos decidido no volver a abrir la terraza interior hasta poder asegurar la salud de todos, y un buen servicio y organización».
Eso sí, explica que seguirán atendiendo en la terraza exterior El Tardeo y en la cafetería, mientras buscan una alternativa para la cúpula-mirador del Museo de la Ciencia. Se trata de un espacio que es de titularidad municipal y que el empresario tiene alquilado al Ayuntamiento de Valladolid. De hecho, cuenta con tres licencias diferentes, por cafetería, por terraza y por salón de usos múltiples.
Kichi Cadenas reconoce que se les fue de las manos, «lo que pasó ayer no va a volver a pasar». «La gente estaba en la terraza exterior y, cuando se puso a llover, se metieron en el interior y no nos dio tiempo a reaccionar», ha explicado, antes de señalar que «intentemos hacer las cosas lo mejor posible y garantizar la seguridad de los clientes», en unos momentos en los que lograr ingresos, después de tres meses de cierre, es clave para la economía del sector, aunque también garantizar la salud.
En el mismo comunicado, La Pipeta apela «a la responsabilidad individual y a la colaboración de los asistentes para preservar la salud de todos», pide a los clientes que respeten «las recomendaciones de seguridad establecidas» y hagan caso «al personal de seguridad que intenta velar en todo momento por la seguridad de todos».
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La cúpula-mirador tiene capacidad para 900 personas y con el 33% del foro autorizado hasta ahora cabrían más de 300 personas. Sin embargo, el hostelero se mueve en cifras por debajo de las 200 personas. Lamentado lo sucedido en la noche del pasado miércoles, Cadenas señala que tiene carteles explicativos en la pasarela de bajada para que los clientes esperen antes de sentarse y ser servidos, que se laven las manos y que no se levanten de las mesas sin las mascarillas. Pese a todo ello, a veces, es imposble controlar a la gente.
Antes de suceder lo mencionado, hacia las 21:00 horas del mismo miércoles, el hostelero recibió la visita de agentes de la Policía Municipal porque había música en la terraza exterior, al parecer, a consecuencia de una denuncia vecinal, según asegura el hostelero, aunque no se levantó acta de denuncia. Kichi Cadenas asegura que, como en años anteriores, ha pedido permiso al Ayuntamiento para hacer pequeños conciertos y contratar a DJ, aunque esa autorización no ha llegado y, por lo tanto, no puede poner música.
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