Algunos hablan de hasta un 70% de reservas anuladas por miedo a la sexta ola. Otros reconocen que a base de mesas de seis personas logran igualar las cifras de aforo de antaño. Casi todos confiesan que la comida para llevar sigue siendo la tabla ... de salvación ante eventuales rebrotes de la emergencia sanitaria.
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«Hoy (por el día de Navidad) hemos estado al 50% de ocupación que en 2019», explica Antonio González, de Los Zagales, quien confirma que sufrieron un aluvión de anulaciones de cenas de empresa, aunque no tantas en el caso de las celebraciones familiares. «Por un lado nos tememos una cuesta de enero el doble de empinada por el aumento de contagios, pero por otro confiamos que al ser un covid más leve, haya menos miedo y necesidad de restricciones».
Las pasadas navidades muchos restaurantes vallisoletanos debido a las restricciones de la covid-19 apostaron por el 'delivery', una tendencia que este año se mantiene con una amplia oferta de posibilidades, desde las más tradicionales a los menús de alta cocina.
«Este año, los días 24 y 25 solo hemos trabajado a domicilio y llevamos cinco días sin parar –señala Ana García, de la Parrilla de San Lorenzo. «Las cancelaciones de mesas grandes se han compensado con más reservas pequeñas y con el complemento de la comida para llevar diría que estamos en números parecidos a los de 2019». añade.
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Los platos a domicilio ya fueron la tabla de salvación para muchos restaurantes durante los peores momentos de la pandemia sanitaria provocada por la covid-19 y supusieron una bomba de oxígeno para multitud fogones durante las pasadas fiestas navideñas. Las restricciones de movilidad, las limitaciones de las denominadas unidades familiares de convivencia y el miedo a contagiar a los más mayores de la casa posibilitaron que las cocinas de los restaurantes de Valladolid ofrecieran el servicio a domicilio de sus creaciones culinarias. Esta fórmula, que iba más allá de los tradicionales pedidos de comida rápida, supuso un cambio de tendencia, según explica el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid (Apehva), Jaime Fernández Lafuente, que concreta que «muchos restaurantes se adaptaron las nuevas circunstancias que marcaron la pandemia y esta fórmula se convirtió en una tendencia que se mantiene en alza». Este año la tendencia sigue en alza con posibilidades que van más allá de los tradicionales platos típicos de la zona como son el lechazo y el cochinillo.
El abanico de posibilidades es múltiple tanto en precios como en oferta gastronómica. Los restaurantes tienen claro que «son fechas para compartir en familia ya que algunas de ellas no pudieron juntarse las navidades por la covid-19, por lo que los cocineros intentan facilitar al máximo las instrucciones de los menús a domicilio y dan facilidades al cliente para su recogida» señala Fernández, que tiene claro que «el cambio de hábitos en el denominado delivery ha venido muy bien ya que estamos experimentando un cambio de foco, es decir, los clientes ya no solo piden hamburguesas y pizzas para comer en casa, ahora piden menús más elaborados y los restaurantes se han dado cuenta de que sus menús llegan en buenas condiciones y que es una buena opción para fidelizar y hacer nuevos clientes».
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Mientras las cenas de nochevieja se limitan a cotillones en hoteles, con aforos limitados y siempre con la incertidumbre de nuevas restricciones, y los restaurantes que abren sus puertas los días 25 de diciembre y 1 de enero para comidas familiares suelen ser opciones residuales, el 'delivery' resiste y se consolida. «Nosotras empezamos el pasado año, con la pandemia, y funcionó muy bien» aseguró Isabel González, propietaria junto a Teresa Cordero del restaurante Puerto Chico, que este año tiene claro que «las expectativas son buenas, ya hemos mandado la carta y muchos clientes nos están preguntado y haciendo sus encargos». Bajo la consigna de «estas navidades cocinamos para ti» tanto González como Cordero han elaborado un menú !más tradicional, con creaciones que se ajustan a los gustos típicos de estas fechas, pero siempre haciendo un guiño a la innovación con productos como bacalao, carrilleras o canelones con salsa de gambas o cangrejo». Sus creaciones culinarias están enfocadas a que «sea el cliente el que se monte su propio menú por lo que hay gente que se lleva cuatro o cinco entrantes y postre y los hay que deciden llevarse un menú completo por persona. Todo depende del gusto de cada persona y de si deciden cocinar algo en sus casas». Los precios, dependen de las elecciones del consumidor, pero «más o menos una pareja, con dos o tres entrantes, dos segundos y el postre puede salir por unos 60 euros, es decir precios como comer en un restaurante, pero en sus casas y sin cocinar». ».
Además de adaptar los menús a gustos más tradicionales y típicos de la época, otros restaurantes de Valladolid como el Alquimia, este año ha decidido simplificar las instrucciones que los clientes deben hacer en sus casas una vez que tengan los menús. «Tras la experiencia del pasado año, donde el último toque lo tenían que dar los clientes en casa, este año hemos decido simplificar las instrucciones para que sea más sencillo con un golpe de horno y poco más» aseguró el propietario y chef del Alquimia, Alvar Hinojal, que incluirá en el packing (embalaje) un código QR a través del que los clientes podrán ver un video con las instrucciones y el proceso de elaboración.
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Respecto al número de pedidos que Hinojal tiene para este año, la cifra es menor –«el pasado año como las familias no se podían juntar en casa fue un movimiento mucho mayor ya que muchas familias pedían el menú a pesar de no poder juntarse y luego cenaban todos juntos de manera telemática a través de aplicaciones como el zoom»- ya que muchas familias han tomado la decisión de reunirse en torno a la mesa, pero «a pesar de estar algo más parado puede animarse a última hora ya que todos estamos un poco expectantes con posibles restricciones y controles de aforos». En este restaurante las entregas para la cena del día 24 se realizarán a partir del 22 y para la cena de nochevieja y comida del día 1 de enero a partir del 29 de diciembre. Los precios de sus menús son similares al del restaurante (rondan los 69 euros) y la calidad la misma que ofrece a sus clientes, es decir alta cocina, pero en sus hogares.
Otro de los restaurantes punteros del panorama vallisoletano, El Trasto, también mantendrá estas navidades sus menús navideños delivery que como novedad incluirá un guiño al tradicional lechazo. «Hemos decidido incluir en el menú, como novedad, una creación con cochinillo» explicó el propietario de El Trasto, Teo Rodríguez, que al igual que otros restauradores este año ha decidido facilitar al máximo el proceso que el cliente tendrá que realizar en su casa una vez disponga de los platos. Las entregas en este restaurante también se realizarán con antelación y por el momento el número de pedidos es inferior al del pasado año. «Calculo un 25 por ciento menos, pero también creo que la situación de este año es diferente. El pasado año con las restricciones era más atractivo el delivery. Nosotros tuvimos alrededor de 80 pedidos para los días 24 y 25 y este año es menor pero bueno se puede ir animando y además lo positivo es que a través del pasado año hemos conseguido llegar a más gente y hacer nuevos clientes».
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Hace un par de años, era impensable que un restaurante abriera sus puertas para los comensales los días de nochebuena o navidad. Ahora, son muchos los que deciden tener la sala impoluta estos días festivos para que sus clientes se sientan como en casa. Los hábitos de consumo van cambiando, como explicó el cocinero del restaurante vallisoletano Trigo, Víctor Martín, quien tiene claro que «nosotros ahora si abriésemos el restaurante esos días lo tendríamos lleno. Con los cambios generacionales, los hábitos van cambiando. Nos hemos vuelto más cómodos y prueba de ello es el éxito de los menús delivery, creo que este será el futuro de la gastronomía, el celebrar en casa». Este año, al igual que otros compañeros de gremio, la apuesta de Martín ha sido la simplificar las instrucciones de fin de elaboración de los platos que repartirán en los domicilios vallisoletanos. «Por el momento tenemos entre unos 50 y 60 menús que se recogerán el jueves y que los clientes podrán consumir cuando lo deseen» explicó este chef de este restaurante Estrella Michelin que concretó que «el menú del pasado año fue un menú muy complejo, una degustación amplia que veía con instrucciones y que más o menos se tardaba una hora en preparar en casa, pero este año hemos decidido no complicar la cosa y será mucho más fácil». Entre sus elaboraciones los clientes podrán degustar productos de la tierra y tradicionales de la época navideña como el cardo. El precio rondará los 70 euros por persona y como no podía ser de otra manera incluirá un postre de navidad con turrón y otros ingredientes relacionados con las fiestas.
El que también tiene todo a punto es el propietario del restaurante La Viña de Patxi, Patxi Irizarri, que «este año tenemos algo menos de encargos para domicilio ya que hemos decidido abrir para las comidas del día 25 y las cenas y comidas del 31». Irizarri calcula que en estos momentos tendrá alrededor de unos 30 pedidos conformados por «platos típicos que hacemos desde siempre como son besugo, rodaballo o bacalao. Durante la pandemia y el año pasado en estas fechas al estar cerrado decidimos hacer envío a domicilio, pero este año la recogida será en el restaurante». El precio medio por menú rondará los 40 euros y el embalaje para estos días es «especial ya que lo preparamos de tal manera que sea meter en el horno, un golpe de calor y se pueda comer. La experiencia del año pasado fue buena y por eso repetimos este año, además nos facilitó que muchos de los que probaron nuestros menús a domicilio luego nos visitaron en el restaurante».
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Uno de los restaurantes que probarán este nuevo servicio será el restaurante Villa de Ferias de Medina del Campo, que ante la situación provocada por la sexta ola de la pandemia han visto en el delivery «una alternativa a las cancelaciones que estamos sufriendo por la elevada incidencia. Diciembre se nos fue de las manos y hemos tenido que buscar otra salida a la situación lamentable que estamos sufriendo con un bombardeo constante de que somos los culpables de las cifras de incidencia» aseguró el copropietario del Villa de Ferias, Elías Redondo, que concretó que «los menús que son varios y también ofrecemos la carta se entregaran hasta el mismo día a las nueve de la noche». Con esta nueva opción este mítico restaurante medinense quiere capear las cancelaciones que «lo teníamos todo lleno hasta el día 25, que incluso ese mismo día damos comidas, pero hemos sufrido cancelaciones por lo que es muy fácil que nos quedemos al 50 por ciento por lo que esperamos que los menús para llevar sean bien aceptados por los clientes y la gente se anime a comer de restaurante en sus casas».
De manera habitual, el lechazo se compra con tiempo de antelación para esquivar las subidas de precios, pero cada vez es más común, acudir a tu asador o restaurante de confianza y adquirir el producto. Este es el caso del restaurante La Solana, que a pesar de llevar más de tres décadas asando lechazos, cochinillos y todos sus derivados, en la pandemia decidieron poner en marcha el 'delivery' de estos productos. «El pasado año nos fue muy bien y desde la pandemia hemos notado un incremento en las ventas a domicilio» confiesa el propietario de este establecimiento, Luis Miguel Vázquez, que el pasado año asó más de 120 cuartos de lechazo para su venta a domicilio entre el 24 y 25 de diciembre y más de 90 para los días 31 de diciembre y 1 de enero. Este año, la tendencia sigue en alza. «Tampoco podemos sobrecargar este servicio ya que el horno tiene la capacidad que tiene y tenemos que dar servicio también a los clientes que vienen esos días a comer a nuestro restaurante», advierte.
La que desde hace semanas no deja de recibir pedidos es la propietaria de El Lagar de Traspinedo en Valladolid, Arancha Arranz, que asegura que están «a tope». «Tenemos el mismo ritmo de pedidos que el pasado año tanto para los días 24 y 25 como para el 31 y 1 de enero. Nosotros en el envase que damos ponemos un papel de horno especial que facilita que la carne no pierda el calor y que no se humedezca por lo que el producto aguanta caliente entre unos 50 o 45 minutos, después de este tiempo se puede meter al horno y queda muy bien» comenta Arranz, que señala que «la gente queda muy contenta, el que prueba suele repetir. Desde que abrimos el negocio las cosas nos están marchando bien y cada año en navidad tenemos más pedidos por lo que estamos contentos». Encontrar en estos momentos un hueco para poder llevar los típicos pinchos de lechazo es casi misión imposible, pero «intentamos organizarnos bien para dar servicio al mayor número de clientes y hacer que nuestro producto llegue en unas condiciones óptimas y deseadas». Respecto a la opción de los menús a domicilio que muchos restaurantes están ofreciendo, esta empresaria del lechazo lo tiene claro: «Me parece perfecto y una muy buena opción. La hostelería ha sido uno de los sectores más golpeado y creo que poder comer de restaurante en nuestra casa es una posibilidad muy cómoda y buena».
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