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Los hosteleros vallisoletanos Carlos Castro, del Café de El Norte; Alfonso Manzano, del Voraz fue la llama; y Francisco Castro, también del Café El Norte, ayer en la Plaza Mayor de Valladolid. Henar Sastre

La hostelería de Valladolid sopesa abrir para un 30% de clientes y sin empleo para toda la plantilla

El Ayuntamiento se reunirá el lunes con un sector que solicita la anulación de tasas por el uso de suelo urbano y una mayor explotación

Juan J. López

Valladolid

Miércoles, 29 de abril 2020, 22:52

Como en casi toda España, los hosteleros vallisoletanos recibieron «como una buena noticia» que el día 11 de mayo pudiesen volver a servir «una caña, un café o lo que sea», admite César Prieto, propietario del Café Lion D'Or, después de casi dos meses ... con las persianas bajadas. Sin embargo, «al leer la letra pequeña y la que no existe aún», la algarabía se convirtió en cierta frustración ante una situación de apertura que «solo significará más gastos», afirma Carlos Castro, copropietario del Café del Norte, de la Plaza Mayor.

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«Hay que plantearse mucho lo de abrir, porque tienen que aclarar en qué condiciones podemos hacerlo, y, desde luego, tienen que dar más facilidades para que no sigamos perdiendo dinero», añade Carlos, ante la mirada de su hermano Francisco.

Los dos ponen cara a la realidad del sector en la ciudad, que deja en anecdótica que la primera apertura sea para la zona de terrazas, a la que seguiría el resto del establecimiento interior en una fase posterior y siempre que la provincia tuviese controlado y progresase en la desescalada ante el COVID-19.

«Antes de llegar a pensar en la ocupación, tenemos que pensar en qué vamos a hacer con los ERTE que tenemos aplicados. A día de hoy, si la normativa no cambia, tendríamos que incorporar a la totalidad de la plantilla», indican desde El Café del Norte. «Si tengo ocho trabajadores contratados para un servicio del 90%, cómo voy a sacarles a todos del ERTE con cuatro mesas y sin abrir el local interior», añade Alfonso Manzano, del restaurante Voraz, quien también dirige la arrocería Caroba.

Los hosteleros también valoran el coste de las terrazas, para las que el Ayuntamiento ha dado una prórroga de licencias hasta el 31 de mayo. «Hay soluciones que se están solicitando en otras ciudades y que pueden ser interesantes como la ampliación para que nos compensen ese 70% de plazas que perdemos, o que eliminen la tasa de licencia», afirma Manzano, que resumen la reunión que mantuvo el sector en la tarde de ayer.

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A los hosteleros también les preocupan las medidas de higiene y seguridad que deberán seguir en el momento de enfrentarse a la apertura. «Nosotros llevamos ya invertidos casi 2.000 euros en material, pero ¿cuándo nos van a decir qué es necesario? ¿Van a tener que seguir los empleados cursos de higiene? ¿Son necesarias las mamparas?», se pregunta Carlos Castro. «Esto va mucho más allá de si podemos o no abrir con terrazas o al 30%», sentencia.

El Consistorio será transigente con la ordenanza pero no aclara qué hará con el cobro de la licencia

La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid maneja ya un borrador con las peticiones que realizará al Ayuntamiento el próximo lunes. La colocación de las terrazas en suelo urbano es uno de los temas que más puntos acapara, como admite la presidenta del colectivo, María José Hernández, quien solicita la exención de la tasa y la devolución de esta a todos los hosteleros que ya la hayan abonado.

El Consistorio, que conoce la petición, aún no ha tomado una decisión al respecto, como admite el concejal de Espacio Urbano, Luis Vélez, quien sí explica que el Ayuntamiento «será flexible» en la aplicación de la ordenanza, con aspectos como la atención en el interior del local –prohibida en la primera fase de desescalada y ya con las terrazas funcionando– o a la hora de valorar la tasa. «Habrá hosteleros a los que quizá no les compense poner terraza, otros querrán ampliarla, otros reducirla... No tenemos ninguna decisión tomada al respecto», señala Vélez, quien también añade que la posible ampliación de terrazas solicitada por los hosteleros «no podrá chocar con el espacio urbano destinado a los viandantes». Esta afirmación no ha gustado en el colectivo, que la considera «una realidad secundaria» ante el drama de la situación. «A lo mejor en dos años ya no tienen por qué preocuparse por el mobiliario de las terrazas, porque ya no existan», analiza Carlos Castro, al que se suman otros propietarios de la zona centro de la ciudad.

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