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Más de la mitad de las personas con asma no alcanzan un buen control, un uso adecuado de los inhaladores, padecen ingresos y consultas a Urgencias, faltan a clase o el trabajo y, el 5% de estos afectados, unos 1.675 en Valladolid –según datos ... de los tratados en centros públicos–, sufren importantes crisis, exacerbaciones asmáticas que requieren una intervención sanitaria importante.
Para controlar mejor la calidad de vida de estos niños y adultos, el Río Hortega puso en marcha una Unidad de Asma Difícil que comenzó a funcionar el pasado día 8 de mayo de 2018. El objetivo fundamental, destaca la jefe del servicio de Alergología, Alicia Armentia, «es un mejor seguimiento a pacientes que sufren asma grave y que reingresan frecuentemente, para estudiar en profundidad su clínica y tratar de mejorar su calidad de vida».
5% de los casos de asma son graves o de difícil control.
Teleasma. Nuevo programa del Río Hortega para controlar a distancia a los pacientes difíciles de Valladolid, Palencia y Segovia. Permite el control de determinadas medidas y cuestionario para dar indicaciones terapéuticas.
Pulsiómetro. Aparato que colocado en el dedo permite determinar el porcentaje de saturación de oxígeno en sangre.
'Peak-Flow'. Un medidor de flujo pico es un dispositivo de mano portátil y sencillo para personas con asma que se utiliza para medir la cantidad de aire expulsada por los pulmones.
Cuestionarios. Detección de forma anticipada de síntomas en el paciente, que ayuden a actuar de manera preventiva.
Fue un paso con «resultados muy positivos» y ahora el Río Hortega ha dado un paso más. El hospital ha arrancado ya una experiencia piloto con los casos más difíciles de entre los pacientes que tienen un asma grave o de difícil control. Así desde dicha unidad, que atiende no solo a todo Valladolid sino también a Segovia y Palencia, controlará por telemedicina el día a día de estos casos. Los pacientes contarán con una aplicación de móvil en la que introducen diferentes medidas y así tendrán un exhaustivo seguimiento por parte del equipo de alergólogos.
«Cada paciente seleccionado se llevará a su casa un pulsiómetro para medir la saturación del oxígeno y un 'peak-flow' para la medición del pico de flujo espiratorio, de la cantidad de aire expulsada por los pulmones», explica el doctor Alejandro Sánchez. Los datos biométricos obtenidos se descargan en la aplicación del teléfono móvil junto a las respuestas a un cuestionario específico sobre el estado de salud del paciente. «Los resultados llegan al ordenador del servicio de Alergología y, a través de una sistema de alertas –un semáforo en verde, amarillo o rojo– que permanece desde las 8:00 de la mañana hasta las 22:00 horas abierto, indica a los especialistas la necesidad o no de intervenir para ajustar o cambiar la medicación o tomar cualquier medida médica al respecto. Si hay una alerta roja el médico llama al paciente y toma las oportunas decisiones«. El equipo lo configuran los tres citados especialistas y también la alergóloga Ángela Moro.
Los límites superior e inferior de los parámetros serán ajustados por el médico de forma individual para cada paciente, en función del perfil personal. El canal para remitir los datos será individualizado según las características de cada enfermo.
Explica así la doctora Sara Fernández que, en este proyecto piloto, «se han seleccionado 20 casos –previo consentimiento informado del estudio–, la mitad de adultos y, el otro tanto, de niños y cada uno se llevará un equipo para poder tomarse estas medidas cada día en su casa».
Destaca la doctora Armentia que «el Proyecto de Teleasma requiere una inversión inicial porque los aparatos suponen unos mil euros por paciente pero, a medio o largo plazo, resultará muy efectivo económicamente porque estos enfermos ingresan mucho en urgencias y tiene un alto gasto también en fármacos. Estamos buscando financiación para poder desarrollar todo el plan. Ahora nos han concedido una beca de Sacyl y donaciones de Novartis y GSK con lo que pensamos sufragar al menos 10 aparatos pero el proyecto precisa más impulso para continuar». Ya su antecedente español una pequeña experiencia piloto en Galdácano (Vizcaya) se cerró por falta de financiación.
Señala al respecto que, «en los últimos años, la telemedicina ha aumentado su utilidad y aplicaciones en diferentes especialidades y también en patología respiratoria. Una de las áreas es la telemonitorización domiciliaria, que permite, con el registro de diferentes parámetros desde el hogar, detectar precozmente el empeoramiento clínico. La telemonitorización ha demostrado una reducción en el número de ingresos y visitas a Urgencias y el coste asociado a estas; permite el seguimiento remoto del paciente reduciendo el número de visitas innecesarias al hospital. Los sistemas basados en alertas ayudan a los pacientes a elegir los algoritmos adecuados y previamente pactados por su médico, que les ayudan a controlar mejor su enfermedad».
Un año de Unidad de Asma Difícil en el Río Hortega ha supuesto un aumento significativo del porcentaje de los pacientes controlados, pasando de un 41% en 2017 a un 86% en 2018 sobre el total de los enfermos estudiados a lo largo de estos meses. También las crisis han disminuido considerablemente: el número de exacerbaciones, hospitalizaciones y visitas a Urgencias disminuyío un 85% y el hospital registró un total de 54 días de ingreso relacionados con un empeoramiento del asma pertenecientes a nueve pacientes; mientras que, en 2018, una vez establecida la Unidad, lbajó a un día y de un solo paciente pediátrico. Durante el seguimiento de estos pacientes, Alergología observó que las principales causas del mal control del asma fueron «la mala técnica inhalatoria, la baja adherencia terapéutica, el diagnóstico erróneo y la falta de estudio etiológico, conocer la causa». El ahorro de un seguimiento adecuado fue importante, de una relación coste-efectividad de 333 euros por paciente y 3.334 anuales.
En cuanto al tratamiento, el Río Hortega ha detactado una disminución del uso de fármacos. En España, un 5% de los enfermos asmáticos padecen asma de control difícil y el 70% de los gastos anuales derivados del asma corresponde a estos pacientes en concreto;de ahí que el equipo, y en base a resultados ecoómicos y de salud, considere demostrada una alta rentabilidad clínica y económica de una unidad especializada como la del Río Hortega.
La Unidad de Asma de Control Difícil ofrece recursos que permiten el mejor seguimiento de los pacientes. Entre ellos, destaca la implementación de consultas especificas de mayor duración, de unos 30 minutos, «que permiten la realización de un estudio personalizado que nos lleve al reconocimiento de las necesidades terapéuticas de cada enfermo y llevar a cabo intervenciones farmacológicas o conductuales individualizadas. Todo esto permite, también, crear un plan de educación específico para cada paciente».
Indica el proyecto que «la elevada prevalencia y el incremento de la incidencia del asma en los países desarrollados han convertido esta enfermedad en un problema no solo sanitario, sino económico. Es una de las patologías crónicas más frecuentes en los países desarrollados». El asma difícil engloba tanto a los pacientes graves como a los no controlados y la incapacidad del paciente para tratar adecuadamente esta insuficiencia provoca una clara persistencia de síntomas y de agudizaciones.Detectar esta situación mejora el manejo.
«La combinación variable de los tres elementos –enfermedad, pacientes y su tratamiento–, necesarios para lograr el diagnóstico de estos casos de asma da lugar a problemas que complican el abordaje terapéutico, precisando un control más exhaustivo y un plan individualizado terapéutico», explican estos profesionales.
El pilotaje de esta aplicación durará en torno al año. Y, después, sus resultados del seguimiento terapéutico se compararán con los datos de ingresos hospitalarios por causa de agudizaciones asmáticas de pacientes atendidos durante el mismo periodo de tiempo, en el Hospital Río Hortega y en sus servicios de Urgencias. La medida de resultado principal será la evaluación del grado de control del asma por parte de los pacientes y de los profesionales que realizan el seguimiento, el efecto sobre el estado funcional y la calidad de vida y la aceptación de la intervención por parte de pacientes y profesionales sanitarios mediante cuestionarios específicos, espirometría simple y medición de la fracción exhalada de óxido nítrico. También se evaluará el número de ingresos hospitalarios por agudización asmática acaecidos durante los doce meses anteriores y posteriores al inicio del estudio, la duración de la estancia hospitalaria, el número de visitas a los servicios de urgencia. Los datos obtenidos se analizaron a los tres, seis y nueve meses del inicio del estudio.
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