

Una placa conmemora la estancia de Miguel Delibes en la calle Dos de Mayo de Valladolid
Reconocimiento ·
La insignia, descubierta por dos de sus hijos, perpetuará los últimos treinta años de vida del escritor vallisoletano«Un buen vecino, un buen ciudadano y un orgullo para nosotros». Estas son las palabras con las que varios de los vecinos del portal número 10 de la vallisoletana calle Dos de Mayo dedican a la memoria del ilustre escritor Miguel Delibes. Un recuerdo que algunos de ellos tienen aún muy presente a pesar de que han transcurrido más de diez años desde que el escritor falleciese en el noveno piso de ese mismo portal. Este motivo llevó a la comunidad de vecinos a solicitar la colocación de una placa conmemorativa para mostrar con orgullo que allí vivió el autor vallisoletano durante sus últimos treinta años de vida.
Dicho y hecho. La comunidad de vecinos La Marquesina vio cómo su petición se hizo realidad, y este miércoles descubrió la distinción al literato castellano. El acto contó con la presencia de dos de sus hijos, Germán y Adolfo, además de algunos de sus vecinos que no quisieron faltar a la cita. La placa recuerda la estancia de Miguel Delibes desde 1980 hasta su fallecimiento en el año 2010 y muestra una expresión que el propio escritor solía utilizar. «La gloria es un problema de años, ya que es el tiempo quien decide qué autor está destinado a ser olvidado y qué otro está destinado a perdurar», reza la placa que adorna el portal. El acto contó también con la presencia de la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, quién anunció que se incluirá ese punto como una de las paradas dentro de las rutas literarias que «se están planeando» desde el Consistorio para que «se reconozcan los hitos de los grandes literatos y escritores que han vivido o han tenido la oportunidad de pasar tiempo en la ciudad».

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Alfredo de Gregorio, presidente de la comunidad de vecinos La Marquesina, lamenta no haber coincidido más tiempo con el literato para poder hablar de una de sus grandes pasiones comunes, la caza. Su vecina Puri Llorente cuenta que la casa de Delibes tenía dos partes diferenciadas. La primera, le sirvió durante los últimos treinta años –«los más fecundos de su carrera», se proclama en la placa–, como despacho para dejar al mundo el legado de obras como 'Los Santos Inocentes' o 'El hereje'. La segunda planta, en el noveno, era su hogar.
Especial Miguel Delibes
Germán Delibes, su hijo, rememora con cariño al pasar por la acera los bancos donde su padre solía «sentarse y observar a la gente pasar». Los paseos matutinos hacia su amado Campo Grande eran otra de la rutinas que Germán y su hermano Adolfo Delibes recuerdan de la estancia de su padre en aquella vivienda. Este último recuerda en especial las celebraciones con su tío Manolo, el hermano de Miguel Delibes, que residía en la cercana calle Independencia. «Los patios interiores de la casa de mi padre y de mi tío estaban tan cerca que las dos familias cantábamos canciones de uno a otro», rememora Adolfo. La casa se mantiene intacta y con todos los «bártulos» que dejó Miguel Delibes y aguarda a que la «esperanza» de sus hijos se cumpla y el legado de su padre pueda trasladarse a una Casa Museo en la ciudad. De suceder tal cosa, indica Germán, la placa conmemorativa que los vecinos del portal número 10 de la Calle Dos de Mayo han decidido colocar en el mismo, «dejará constancia de que esta fue su verdadera casa».
Los presentes recordaron la visita que el actual Rey emérito Juan Carlos I le hizo en ese mismo lugar en octubre de 2006 cuando, «abrumado y emocionado», como recuerdan sus hijos y vecinos, recibió la propuesta del monarca de concederle un título nobiliario.
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