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Minuto de silencio celebrado este lunes en la Policía Municipal en recuerdo de los agentes Luis Eduardo Izquierdo y Daniel Prieto, fallecidos en acto de servicio. El Norte

Valladolid

Homenaje al policía local Luis Eduardo Izquierdo en el tercer aniversario de su muerte

La Policía Municipal también ha recordado este lunes con un minuto de silencio a Daniel Prieto, agente asesinato en acto de servicio en 1987

El Norte

Valladolid

Lunes, 5 de agosto 2024, 15:08

La Policía Municipal de Valladolid no olvida a los compañeros fallecidos en acto de servicio. Así lo ha demostrado este lunes con un emotivo homenaje en recuerdo del agente Luis Eduardo Izquierdo en el tercer aniversario de su muerte, así como de Daniel Prieto, una de las tres víctimas de los hermanos Garfia el 16 de septiembre de 1987.

A las puertas de la comisaría, decenas de agentes se han congregado este lunes por la mañana para guardar un respetuoso minuto de silencio en memoria de los dos policías locales. Luis Eduardo Izquierdo falleció en acto de servicio en 2021 cuando se dirigía a una intervención en el barrio Pajarillos. Su moto colisionó contra un coche cuando acudía al aviso de un tiroteo en la calle Zorzal.

Luis Eduardo Izquierdo era un veterano a sus cuarenta años desde que ingresó como agente en la Policía Local de Vitoria. Después pasó por Venta de Baños (Palencia) y Segovia, donde prestó servicio durante ocho años hasta recalar en Valladolid, donde estaba destinado como motorista en el distrito de Delicias. De hecho, la comisaría de este barrio lleva desde agosto de 2022 su nombre.

Los agentes municipales han recordado además los terribles acontecimientos que enmudecieron a Valladolid en 1987. Ocurrió en la madrugada del 16 de septiembre, cuando los hermanos Juan José y Carlos Garfia huían a bordo de un Seat 600 que habían robado con la intención, al parecer, de atracar un banco.

Recibidos a tiros

Dos policías locales que se acercaron al vehículo al verlo parado de madrugada en Puente Duero fueron recibidos a tiros. Daniel Prieto, este lunes homenajeado, murió fruto de los disparos realizados, en primer lugar, con una escopeta recortada que portaban los delincuentes antes de ser rematado con su propia pistola reglamentaria por Juan José Garfia, según confesaría el mismo durante el juicio celebrado en 1990, cuando exculpó a su hermano Carlos de los asesinatos.

Su compañero resultó malherido. Minutos después fue un conductor que paró con la intención de socorrer a los presentes, al pensar que habían sufrido un accidente, el que murió a tiros (era el hostelero medinense Jesús Ignacio Ortiz).

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