El doctor Aitor Curiel, en su despacho, tras la grabación de 'El hombre sin corazón'. A. Mingueza

El caso del hombre sin corazón, un 'true crime' con escenario en Valladolid

El forense y criminólogo vallisoletano Aitor Curiel participa en el documental de Max tras autopsiar el cuerpo de Miguel Ángel, el vasco fallecido en Suecia y cuya desaparición de su corazón sigue siendo una incógnita casi 20 años después

Álvaro Muñoz

Valladolid

Domingo, 23 de junio 2024, 08:23

Han pasado casi veinte años desde que el cuerpo del vizcaíno Miguel Ángel Martínez apareció flotando en el fiordo sueco de Lidingö. Era septiembre de 2005. Desde entonces las dudas han surgido con el paso de las semanas, meses y años. Inicialmente, con la familia ... de la víctima en Getxo, en el instituto Karolinska, que concede los premios Nobel, se le practicaba una primera autopsia que apuntaba al ahogamiento y a un suicidio. Pero todo cambió cuando, unas semanas después, el cuerpo fue trasladado a Londres para ser enterrado. Allí, hacía poco había muerto su novia, hecho que propició que Miguel Ángel emprendiera un viaje por toda Europa.

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En esta entrada en Inglaterra se practicó un segundo análisis al cuerpo del vasco (así lo dicen los protocolos con cada cadáver que llega) para sorpresa de todos. El corazón no estaba y la causa de la muerte contradecía ese posible ahogamiento. Desde entonces, la familia de Miguel Ángel, encabezada por su hermana Blanca, ha luchado por todos los medios para saber la verdad. Veinte años de insaciable búsqueda en la que recientemente ha intervenido el forense y criminólogo vallisoletano Aitor Curiel para efectuar una nueva autopsia, la tercera, para saber qué pasó cuando la víctima estaba de viaje por Europa.

Todo ello de la mano de Discovery Channel en un 'true crime' (emitido en España en la plataforma Max bajo el título 'El hombre sin corazón') que resume en dos capítulos la pelea de Blanca para lograr esa tercera autopsia y en los que Valladolid es uno de los cuatro escenarios gracias al trabajo del doctor Curiel. «Ha sido un reto para mí. Era la primera vez que hacía una autopsia en Inglaterra. Grabamos en julio de 2021 en plena pandemia. Estuvimos cinco días encerrados en una misma casa a las afueras de la ciudad por los protocolos covid del país y tuvimos que dar tres veces negativo en los test», refleja Curiel sobre los días previos a la autopsia.

Así que al doctor vallisoletano le tocó ser forense delante de las cámaras de la productora. «No hay guion, era la realidad. Es mucho más fácil porque un actor tiene que fingir una situación. En este caso, lo único que tienes que hacer es olvidarte de que hay cámaras», rememora sobre ese momento en el que el vallisoletano comunica el resultado a la hermana de Miguel Ángel. «Creo que es la primera vez que doy el resultado delante de una cámara. Tenía suficiente experiencia o tablas como para poder enfrentar eso con una cierta seguridad. Lo que tienes que tener muy claro es que has hecho lo correcto, que el protocolo es el correcto, que las pruebas son las correctas, y que vas a transmitir de la manera correcta las cosas», añade.

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'Spoilers'

Consideradas unas de las escenas más llamativas de este 'true crime' por el propio doctor, este llevaba dos noticias buenas para comunicar a la familia de Miguel Ángel. Y he aquí los 'spoilers' para los que aún no lo hayan visto o conocido el caso: el resultado de la autopsia, por la misma que llevaba luchando Blanca en las administraciones durante lustros.

Durante todo ese tiempo, el mar de dudas al que se enfrentaba la familia iba creciendo. Hasta se plantearon si el cuerpo enterrado en Londres era el de Miguel Ángel. Y sí. Lo es. Lo certificó Curiel en la grabación. «Estaba bastante bien conservado», añade. «Otro de los miedos que tenía la familia es que Miguel Ángel hubiera sufrido en su fallecimiento, que le hubieran dado una paliza, que hubiera tenido una agonía terrible. No murió por una paliza. Eran dos realidades que yo había podido objetivar: no había ningún politraumatismo severo y era Miguel Ángel», detalla ahora Curiel desde su despacho en Valladolid.

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Sin sufrimiento

«No murió por una paliza. Eran dos realidades que yo había podido objetivar: no había ningún politraumatismo severo y era Miguel Ángel»

Aitor Curiel

Además de esas conclusiones, las primeras que desvelaba, el corazón no estaba. «Esa es la batalla de Blanca. Ella estaba convencida de que faltaba algo por investigar. No siendo una buena noticia, no la iba a chafar, sino la iba a animar en su batalla, en su pelea porque se supiera la verdad. Fue un momento muy delicado, pero los forenses estamos acostumbrados», recalca, antes de explicar la importancia de analizar el corazón en una autopsia.

«Es uno de los órganos que tenemos que estudiar con más detalle. Los protocolos lo dejan muy claro siempre. Hay que estudiarlo macro y microscópicamente. Máxime cuando no hay otra causa de la muerte, porque si yo, con el resto de órganos, encuentro con claridad la causa de la muerte, pues no es tan importante. Si ya he visto que ha muerto de otra cosa y la tengo localizada, el corazón no es tan importante. Pero en este caso no hay una causa de la muerte clara. Sabemos que no hay un politraumatismo severo, no ha muerto de una paliza, no hay ningún dato de ahogamiento, pero no sabemos de qué ha muerto. La falta del corazón cobra más importancia todavía», analiza el forense vallisoletano.

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¿Tráfico de órganos?

Conclusiones médicas que sirven para arrojar más luz entre todos los pensamientos que rondaron y rondan la cabeza de los seres queridos de Miguel Ángel. La falta del corazón abrió el pensamiento de un posible caso de tráfico de órganos, hecho que descarta el propio Curiel. «Estaban convencidos (la familia) de que este era un caso de tráfico de órganos, pero lo descarto. Solo tiene una incisión que es la propia de la autopsia con claros signos de ser 'post mortem'. No hay ningún signo de vitalidad en la lesión. Si yo quiero hacer un trasplante de corazón, tengo que mantener el órgano con vida el mayor tiempo posible y hacer la extracción cuanto antes», enfatiza.

Pero tal vez lo más relevante que pone encima de la mesa Curiel es otra de sus conclusiones. «Existe una desproporción entre el tiempo o data de la muerte y el tiempo o data de sumersión del cadáver. ¿Qué significa esto? Cuando encuentran el cadáver, este llevaba muerto muchos días, pero cuando analizamos el cuerpo, no es un cadáver que llevara dentro del agua muchos días. Tenía la epidermis y el vello corporal intactos. No tenía unas manos ni unos pies excesivamente de lavandera, por tanto es un cadáver que durante muchos días tuvo que estar fuera del agua. ¿Dónde? ¿quién? ¿cómo?... son cuestiones de la investigación policial», incide el doctor vallisoletano, que durante su dilatada carrera profesional ha llevado a cabo otras autopsias mediáticas como la del General Prim o la de Déborah Fernández. Tal vez la siguiente sea la de Cleopatra, si es que se encuentra su tumba. «Puedo asegurar que si me ofrecieran hacer la autopsia a Cleopatra o a cualquier otro personaje no soy de evitar situaciones difíciles. Estaría encantado de colaborar donde mi ciencia pueda aportar algo», añade.

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Hallazgo

«Existe una desproporción entre el tiempo o data de la muerte y el tiempo o data de sumersión del cadáver»

Aitor Curiel

Este 'true crime' ha puesto a Valladolid en el mapa. Durante la serie se han podido ver planos de la Facultad de Medicina, el anfiteatro López Prieto o el museo anatómico de la Universidad de Valladolid. «Para mí siempre es un orgullo llevar mi ciudad por toda España y por todo el mundo. Valladolid tiene grandes profesionales y tenemos que ser capaces de explicarlo y que no haga falta que nos vayamos para ser grandes profesionales. Podemos seguir estando en nuestra ciudad y ser referencias incluso a nivel mundial. Todos tenemos que luchar porque eso ocurra», concluye el doctor Curiel.

Curiel, en un momento del documental. Max

La hipótesis de Aitor Curiel sobre el corazón: «Creo que fue un error de protocolo»

No puede asegurarlo al 100%, pero Aitor Curiel tiene su hipótesis de qué pasó con el corazón. Va a la explicación más sencilla de todas, alejada de cualquier teoría conspirativa. «Se extrajo en la primera autopsia para su estudio anatomopatológico y no se volvió a meter. La explicación más lógica y más sencilla es pensar que fue un error de protocolo. La forense cree que volvió a meter el corazón pero igual no fue ella, sino que le dijo al auxiliar de autopsias que lo metiera o le dijo que había dejado aquí estos órganos 'los metes y cierras', y se fue a escribir o lo que fuera. Delegó en un tercero que finalmente por lo que fuera no volvió a meter ese órgano en el cuerpo. Sería la explicación más sencilla y más plausible desde mi punto de vista», razona el doctor vallisoletano.

De ese punto de partida, descubierto en Londres en una segunda autopsia, surgieron las sospechas de la familia al confirmarles que no había muerto ahogado. Escasa investigación policial que por el momento ha derivado en una serie sin un final cerrado. La familia de Miguel Ángel ya advierte que seguirá luchando para que se reabra el caso.

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