Valladolid

El historial de robos en una empresa de transporte se agranda seis años después

La gota que colmó el vaso sucedió pasadas las 23:30 horas en la noche del 6 de agosto. Desde un terminal telefónico uno de los empleados se percató de que dos personas estaban intentando acceder a un recinto vallado por el lateral que da al Canal de Castilla. El vídeo, en tiempo real, reflejaba cómo una de las personas esperaba desde dentro a que otra le empezara a dar garrafas y garrafas de almacenamiento de combustible. Unas ocho se pueden contabilizar. Pero, de repente, la incursión delictiva se frena. Los dos sospechosos abandonaban la zona por el camino que discurre en paralelo al Canal, dejando las garrafas vacías en el interior de Cafaes.

¿El motivo? Que el empleado que les había visto en directo llamó a la Policía. Varias patrullas, tanto de la Policía Municipal como de la Nacional, se presentaron en cuestión de minutos. «Vieron las luces de la Policía y las dos personas huyeron», relata Laura Casorrán Pascual, administrativa de la empresa vallisoletana de transporte. «Después de ese día, parece que la cosa se ha calmado, pero en dos meses volverán otra vez, ya nos ha pasado más veces», continúa.

El 'modus operandi' de estos sospechosos, al parecer siempre es el mismo, según relata la trabajadora. «Las garrafas eran nuestras porque estaban apiladas en una esquina. Luego, ellos traen unas mangueras que colocan en los depósitos de los camiones y chupan inicialmente para succionar el gasóil», detalla Casorrán Pascual.

Ese día, la presencia policial, que investigó momentáneamente el posible rastro de los robos, sirvió para disuadir la amenaza del hurto. Un amplio operativo que no dio para dar con los implicados. «Solicitamos más presencia policial y si es posible que no vengan con las luces encendidas porque de alguna forma se les avisa», añade la empleada mientras incide en que están «aburridos» de tanto incidente.

Desde que se instalaron en los accesos a la autovía dirección Palencia hace más de treinta años, los hechos se han repetido con asiduidad. «Alguna vez nos han robado y no nos hemos enterado hasta días después. El transportista se ha subido al camión, una vez que se sabía que había repostado, y se lo ha encontrado en la reserva», agrega contrariada.

Ante ese aumento, desde la dirección de la empresa se han ampliado las medidas de seguridad con esa vigilancia 24 horas que capta todos los aledaños de la nave. «Para nosotros esto no es nada nuevo. Llevábamos una temporada tranquila, pero antes venían cada dos o tres días para llevar a cabo el mismo plan. Ahora, desde julio, estábamos teniendo asaltos cada pocos días hasta lo sucedido en la noche del 6 de agosto. Además, siempre van con garrafas y con una manguera para quitarlo de la misma forma. Nos han robado mucho gasóil», manifiesta desde Cafaes, con una flota de vehículos que ronda el medio centenar.

Ahora solo quieren que la Policía se acerque más a menudo hasta sus instalaciones, ubicadas en Valladolid capital, para que la historia no se repita, aunque esa premisa la ven más como una utopía que como una realidad.

La propia empresa de transporte ya cuantificó las pérdidas de esa situación en 2018. Ese año contó hasta 15 robos para una pérdida de 17.000 litros de combustible, lo que por aquel entonces, traducido a dinero, serían 20.000 euros. Hace seis, el dueño, Carlos Asensio, emitía un mensaje similar al relatado por su empleada este martes. «Pedimos a los policías que incrementen la vigilancia y hagan lo que puedan para detener a estos ladrones», manifestaba hace seis años.

Por esas fechas describía esos hurtos como algo puntual, pero desde entonces la sangría de asaltos a sus instalaciones no han frenado y ahora tienen la creencia de que si no se da con ellos perdurarán en el tiempo.