«Para nuestra hija, el pueblo es más enriquecedor que un hotel de cinco estrellas»

«Yo aquí me siento pleno. He vivido en muchos sitios, en Suiza, Francia… pero ningún lugar me ha aportado más felicidad que Torrecilla de la Torre. Así que intentamos pasar aquí todo el mes de agosto. Consideramos que el pueblo es mucho más enriquecedor para nuestra hija que un hotel de cinco estrellas. Aquí aprende mucho más, por eso ahora estoy mucho más motivado para terminar la casa y poder seguir inculcando a Garazi los valores rurales que se están perdiendo cada vez más», dice muy convencido.

A Izaskun no le ha costado acostumbrarse a la tranquilidad de este pequeño pueblo ya que siempre buscó para sus vacaciones estivales destinos que le aportaran paz. «Cuando nos conocimos me trajo a Torrecilla. En aquel momento la casa era tan solo un montón de piedras y juntos lo hemos ido haciendo poco a poco. Mientras tanto, unos amigos, Cristina y Juanjo, nos dejaban quedarnos en su casa», explica Izaskun. «Los amigos han sido fundamentales para nosotros. Nos han ayudado mucho y gracias a ellos también somos tan felices en el pueblo», añade él.

«Yo tengo muchas razones para querer veranear en Torrecilla», afirma la pequeña Garazi. «Me gusta ir a ver las cigüeñas, salir por las noches al fresco con mi abuela y sus amigas, que ya son mis amigas. Aquí soy la única niña, pero todas las tardes voy a la piscina de Torrelobatón y cuando hay actividades infantiles juego con los niños de allí. Me lo paso muy bien», dice esta pequeña. «Venir al pueblo también le aporta a Garazi unos valores intergeneracionales que son difíciles de encontrar en otros lugares. Es lo que queremos para ella», concluyen estos padres.