A Leo Harlem le piden fotos todos los días. «El récord está en 1.400, todas con Polaroid y en Bilbao», cuenta. Vamos, que tenía para veinte minutos y se tiró tres horas y media de posados de sonrisita para 'selfi'. «Tuve que avisar al ... hotel de que no iba a cenar». Le pasaría lo mismo si Fundación Personas proyectara en una pantalla todas las imágenes que tienen con él. En talleres de arte inclusivo, en marchas, campañas de sensibilización, rodajes de anuncios. Y él solito se mete en dos charcos más, por si acaso, mientras recoge el 'árbol de valores', premio que le entrega Fundación Personas por su «compromiso con la discapacidad intelectual». «Intentamos hacer una vez al año una exposición de arte realizado por chicos con discapacidad, y sobre la marcha se me ha ocurrido algo como encontrar gente que financie sillas y medios de movilidad», decía desde el escenario, con su aliado el micrófono, con un discurso que quizá nunca pronuncie en la gala de los Goya, como le dijo el director general de personas mayores y atención a la dependencia de la Consejería de Familia, Pablo Rodríguez. Ellos se lo perderán, claro. «Os doy las gracias porque el día 16 fue mi cumpleaños y es un regalo extraordinario,el mejor que se me puede hacer», contó.
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Leonardo González Feliz, «con domicilio en la calle Virgen de la Alegría», todo un hito onomástico para renovar el carné, dice, está siempre listo para la llamada de Fundación Personas. «Me llama Halle Berry para ir a los Oscar y no voy, que tengo que venir aquí». Si descuelga su móvil Nokia, el del juego de la serpiente, –«que lo cargué el año pasado y aquí sigo»– y el que llama es Satur Merino, no hay mucho más que hablar. «Con Satur empecé a hacer todas las colaboraciones y hemos logrado algo importante, que es utilizar el humor como vehículo de comunicación. Y en temas de inclusión es muy importante, como pudimos comprobar con el fenómeno de la película 'Campeones'», explica.
En el escenario, minutos antes, posaban para la foto los trece trabajadores de Fundación Personas que cumplían 25 años de servicio. Y también los 'actores' que formaron parte de una de sus campañas con la institución, 'Superación'. Leo Harlem presentaba en uno de los vídeos a Jordi. «Buah, macho, es que eres un fenómeno, tío, contigo cualquiera», le decía en el anuncio. Sobre el escenario, ya sin vídeo de por medio, se saludaron con un choque de manos y minutos más tarde el cómico indicaba a otra de las protagonistas cómo bajar de allí con la silla:«Por ahí, Aroa», le decía.
El propio Leo Harlem verbalizaba lo que se apreciaba a simple vista. «La gozo muchísimo cada vez que tengo que hacer una campaña con vosotros», decía. Por eso, aunque su lema irrenunciable y lógico es «si no hay sardina, la foca no baila», en este caso hace una excepción. «Lo hago altruista, que quiere decir que no cobro», dice con sorna. Eso sí, ¿se merece el premio? Pues sin falsa modestia. «Si digo que no me lo merezco os dejo mal a vosotros, que me lo habéis querido dar». Así que sí, se lo merece. Y como el galardón es un árbol realizado por los chicos con discapacidad intelectual del centro de Zamora, señala que «habrá que regalaro y habrá que seguir». Mientras que anima al auditorio, entregado, a «buscar el kilómetro cero en labores solidarias, porque el auténtico trabajo empieza en lo más cercano a nosotros».
El evento sirvió para reconocer el trabajo de 13 personas que llevan un cuarto de siglo vinculadas a Fundación Personas. Ángeles García, nueva presidenta tras relevar a Manuel Fernández, explicaba que el acto buscaba «agradecer» la labor de quienes día a día hacen posible que se atienda a 2.500 personas diariamente, con «1.700 profesionales, 800 con discapacidad, que con presencia en 30 localidades de Guardo, Palencia, Zamora, Valladolid, Segovia y Zamora avalan» el compromiso de Fundación Personas con la discapacidad.
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Los trece galardonados por esos 25 años fueron María Gregoria Cordovilla, María del CarmenGuinaldo, Eugenio González, José AntonioRodríguez,María Almudena Buenaposada, Elena Miguel, Juan Carlos Muñoz, Teresa Pérez, Rafael Pascual, Benjamín Gutiérrez, Teresa Rubio, María Esther Gándaras, Ángela Martín y José Barahona.
El poeta Eduardo Fraile pronunció una conferencia titulada 'Cambio climático en el corazón' que recibió una ovación cerrada. «Cuando he podido colaborar con vosotros he podido experimentar la sensación de ser beneficiario de un súbito tesoro y que quien tenía algo que ofrecer allí no era yo», comenzó, antes de relacionar el cambio climático con la atención a la discapacidad, el ego con el alter ego. «Yo trabajo con el yo, vosotros trabajáis con el tú», señaló. «El objetivo común es el nosotros». Mientras soltaba latigazos de pesimismo, dejaba caer motivos para el optimismo. «Tomados como individualidades somos capaces de albergar tesoros de bondad», por ejemplo.«El arte, la poesía, los libros, la música, todos esos tesoros de sensibilidad son nuestras arma contra lo inevitable».
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Y el punto golfo de Leo Harlem le ganó la posición a Leo solidario. «Eduardo, lo has bordado. Iba a decir lo mismo».
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