Fue la falta de noticias la que llevó este martes a un familiar a alertar la Policía de que no sabía nada sobre el paradero de su pariente, un hombre nacido en 1956 residente en la calle Manuel Azaña de Valladolid. Hacía días que no lograba contactar con él, por lo que decidió dar la voz de alarma. Así, a primera hora de la tarde de este martes, varias patrullas del Cuerpo Nacional de Policía, así como una dotación de los Bomberos, se personaron en el número 25 de la céntrica vía de Parquesol, donde residía el varón.
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Sobre las 16:15 horas, los Bomberos procedieron a la apertura de la puerta de la vivienda, situada en un séptimo piso. Allí se encontraron el cuerpo sin vida del hombre de 66 años, cuya identidad no ha trascendido, y que vivía solo, según apuntaron sus vecinos.
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La noticia pilló por sorpresa al bloque. Quienes allí residen habían sido testigos del despliegue policial, pero no se imaginaban cuál era el motivo del mismo. «Según salía de casa vi a tres policías en la puerta, pero tampoco quise preguntar», señalaba una mujer, que prefirió no desvelar su identidad. «Es una pena grandísima; no tenía mucha relación con él, pero nadie merece morir así», afirmaba otra, que vive unos pisos más abajo que el fallecido y reconocía desconocer cómo se llamaba. «Le conocía de cruzarnos por las zonas comunes; de decirnos hola y adiós y poco más», añade.
No obstante, será la investigación forense y judicial la que determine tanto las causas como el momento en que se produjo el fallecimiento.
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