«He sido académicamente monógamo». Los alumnos que se esperaban una clase magistral al uso este lunes de apertura de curso en Derecho se toparon con un sorprendente anecdotario vital y docente del presidente del Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte, siempre alejado ... de planteamientos academicistas tradicionales. El catedrático de Derecho Civil se despidió de cuatro décadas en la docencia con una intervención única y atípica«, digna de la «libertad creativa» y la brevedad en la exposición de la que este profesor ha sido paladín en las aulas vallisoletanas. En ella no faltaron las referencias, siempre en clave de humor, a vivencias en primera persona, los recuerdos de sus maestros y profesores de la UVA y el homenaje a sus antepasados, la saga de juristas iniciada por su abuelo, Vicente Guilarte González, el catedrático vallisoletano que llegó a ser magistrado del Tribunal Supremo.
Magistrado y gobernador republicano, a quien la depuración académica «por ser amigo de rojos», ha subrayado su nieto mencionando los informes militares acusadores, le impidió acceder a cargos pero pudo seguir dando clase. «Mi abuelo decía que el de profesor universitario era un oficio cómodo si no fuera por la hora de clase», desdramatizó el nieto sobre su antepasado que figura en el cuadro de honor de la Universidad de Valladolid. Como referencia más cercana aludió a su tío, Vicente Guilarte Zapatero, también profesor de Derecho Civil, fallecido en 2019, a quien la universidad le debe, ha dicho el ponente con sorna, la creación de los exámenes «corales».
Con su ironía característica, Guilarte Gutiérrez arrancó sus «últimas palabras» agradeciendo al rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo, poder despedirse en su alma mater y pronunciar la bienvenida a los alumnos de Derecho, para después desearle suerte a la hora de «navegar por la procelosa normativa universitaria». Se refirió Guilarte a su nueva función como presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial, «caduco pero perenne», apostilló. Un nuevo cargo que le exige exclusividad -por lo que tiene que renunciar a su actividad académica y también profesional como abogado ejerciente- y al que ha llegado, subrayó, a través de un «andamiaje legitimador un tanto ligero, la longevidad», puesto que su designación al frente de la presidencia del Consejo (por suplencia) obedece a que el jurista vallisoletano es, de todos los vocales, el de más edad. «Mandar es un vicio que no tengo y no sé como saldré de esta aventura de disponer de vidas y haciendas», ha confesado a su auditorio estudiantil, que llenaba por completo el paranifo.
«Lo importante es saber para qué sirven las instituciones jurídicas», aconsejó el catedrático a los nuevos estudiantes de derecho
Tras glosar algunos apuntes sobre su vida académica, el catedrático animó a los nuevos universitarios a intentar «aprender y comprender lo que entre estas paredes oigan» y les aconsejó «una intensa y especializada preparación» para ingresar en el mundo del derecho «que es especialmente competitivo». Y concluyó la apertura del curso académico 2023-2024 con una sugerencia universal: «Lo importante es saber para qué sirven las instituciones jurídicas».
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