Jacinto Canales
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Jacinto Canales
Treinta y un años de militancia en el PSOE le han servido a Jacinto Canales (Villalpando, Zamora, 1967) para llegar a ser subdelegado del Gobierno en Valladolid a finales de enero. Informático de profesión, este vallisoletano de adopción (se mudó cuando tenía tres años ... a la capital) ha dado el salto a la política casi sin quererlo. Avalado por Óscar Puente, Canales se enfrenta a un cargo «muy desagradable» con la idea de ofrecer a la ciudadanía vallisoletana todos los terrenos o edificios sin uso de la provincia. Esa es la idea más positiva en el mar de problemas y de quejas que rodean a su puesto, desde el que halaga el trabajo de la Guardia Civil en el caso de Esther López.
-¿Cómo llega un informático municipal del Ayuntamiento, a priori sin vínculos ni aspiraciones políticas, a subdelegado de Gobierno?
-Lo de sin vínculos no es del todo correcto. Llevo militando casi 31 años en el PSOE. Siempre he sido un militante de base, nunca he tenido ninguna responsabilidad orgánica ni pública y sí he participado en las asambleas y en los comités. Este es un puesto que solo se puede ocupar por funcionarios del grupo A1. En un momento dado se piensa que el perfil que se necesita es distinto que el que se ha venido desempeñando. El partido piensa en mí y mi respuesta es afirmativa. Además también hay un cambio de delegado.
-Pero no estaba acostumbrado a salir en la foto...
-He tenido una vida activa en el mundo profesional y he tenido mucha relación con la prensa. He sido el primer decano del Colegio de Ingenieros en Informática de Castilla y León y también el primer presidente del Consejo General de la Ingeniería Informática. Eso suponía que publicamos un montón de notas de prensa, hacíamos actividades y sí que he salido en la prensa, además de por la empresa que tenía en el parque tecnológico de Boecillo.
-¿Quién y cómo le proponen para el cargo?
-Eso son cuestiones internas del partido. El secretario general, que es el ministro de Transportes (Óscar Puente), también tiene un papel y un poder de decisión importante, pero al final se consensúa entre distintos órganos, no solo el secretario general. Además del nuevo delegado de Gobierno.
-O sea que los valedores son Óscar Puente y Nicanor Sen...
-El secretario general de Valladolid es el principal valedor, sin perjuicio de que otras voces también son consultadas internamente dentro del partido.
-Desde fuera choca la sustitución por su predecesora, Alicia Villar, tras año y medio en el cargo...
-A mí no me corresponde responder a esta pregunta, pero entiendo que lo que se busca es un perfil diferente al que ofrecía Alicia Villar.
-El último balance de criminalidad incide en que descendió un 6% la criminalidad en la provincia, pero agresiones sexuales, atracos e intentos de homicidio se incrementaron. ¿Qué está cambiando en Valladolid y por qué?
-Valladolid es una provincia muy segura. El número de infracciones por cada 10.000 habitantes en España es 51,2 y en Valladolid tenemos 36,5. Estamos por debajo incluso de la media en Castilla y León, que son 37,4. Hay infracciones que efectivamente aumentan, pero la de las infracciones penales, digamos convencionales, han disminuido un 11,6% en Valladolid. Ha crecido la cibercriminalidad.
-¿Cuáles son las prioridades en este su nuevo cargo?
-Esta posición es poco ejecutiva. Es más representación y portavocía del Gobierno. Poco puedo hacer. Me gustaría impulsar los edificios o terrenos públicos que dependen del Estado para que los pueda usar la ciudadanía.
-¿Qué terrenos o edificios son?
-No lo he estudiado todavía, pero sí que he pedido que se me dé información al respecto, sobre todo el patrimonio que tiene el Estado en la provincia. No es que esté pensando en un edificio en concreto, pero a mí, como ciudadano me gustaría, por ejemplo, que los terrenos que tiene el Ministerio de Defensa en San Isidro, fueran utilizados por los ciudadanos. De la manera que sea. Pisos, parques... es un lujo tenerlos sin darles un servicio de uso social.
-Decía antes que tenía una función poco ejecutiva y ¿un poco desagradable?
-Muy desagradable. Cuando me llama el comisario de Policía o el coordinador de la Guardia Civil nunca es para darme una buena noticia. Es un puesto desagradable porque todo el mundo se queja, muchos con razón. Los alcaldes llaman para preguntar, como es lógico. Si los ríos se desbordan, los pasos a nivel...
-Entre lo desagradable se encuentran ahora los baches de la A-11. ¿Se tiene prevista alguna intervención?
-Me he estado informando al respecto y estas autovías cada 25 años se las renueva al firme. Esta autovía está en ese periodo de 25 años donde hay que renovar el firme y se va a hacer. En breve saldrá la licitación para volver a asfaltar. Cuando venga el buen tiempo se subsanarán los parches. La reducción de la velocidad es por la seguridad. La limitación de velocidad pasa de 100 kilómetros por hora a 80 y si contamos el tramo afectado sería una reducción de tiempo de 90 segundos. Es absolutamente asumible por parte de los ciudadanos.
-Sobre el soterramiento usted ya ha sido contundente en más de una ocasión...
-He sido claro, pero no sé si todos los ciudadanos lo tienen igual de claro. Al exalcalde y ahora ministro (Óscar Puente) le tocó ser mayor y decidir que lo suyo es integrar. Podía haber decidido pagar 400 millones y tirarnos otros 20 años. Pero no era razonable. Ahora hay tres partes que son la Junta, el Ayuntamiento y el Ministerio que firman un convenio para completar la integración ferroviaria. Lo que hay en este momento es un convenio que o se cumple o no se cumple. Si no quiere cumplirlo, tiene que denunciarlo para que se disuelva la sociedad y se habla de otra cosa. ¿Cuánto tiempo ha estado paralizada la obra de los túneles de Pajares por la crisis? Aquí, en una ciudad como Valladolid, no nos podemos permitir, que sigan existiendo el Arco de Ladrillo o la pasarela del parque de las Norias. La otra alternativa es hacer pasos subterráneos como los que ya se han hecho en la parte norte. Como ciudadano me parecen buenas medidas. No hay ningún documento que se haya presentado por parte del Ayuntamiento y ya llevan diez meses gobernando.
-Óscar Puente ha asegurado que valora la posibilidad de denunciar a Ouigo por competencia desleal. Un anuncio que llega justo cuando la compañía de bajo coste aterriza en Valladolid. ¿Puede perjudicar los intereses de la provincia?
-Es que esto tiene otra derivada más profunda y son los temas anticompetencia. Esto es lo que en términos económicos se conoce como 'dumping', que significa que estás vendiendo por debajo de tus costes de producción. A los ciudadanos nos viene muy bien ir a Madrid por 10 euros, pero eso es insostenible. ¿La operadora francesa, sostenida por el gobierno francés, va a poder sostener esto durante mucho tiempo esos precios? Al final se demostrará que no. Eso lleva a la otra parte (Renfe) a bajar los precios de la misma manera y lo que está haciendo el ministro Puente es defender los intereses de España. Él es el máximo responsable de Renfe. Defiende a capa y espada los intereses de una empresa española.
-¿La presencia de Puente como ministro le supone más presión por ese hilo directo entre la provincia y el Gobierno?
-No hay presión ninguna. Diría que todo lo contrario. Para mí poder hablar con el ministro, cosa que no hago tampoco frecuentemente, es más un alivio que otra cosa.
-¿Como subdelegado qué le gustaría ver antes finalizado, la ciudad de la justicia o la autovía del Duero?
-Me gustaría ver acabado los dos proyectos, pero yo soy una persona muy sincera y si tengo que decir lo que pienso, Peñafiel y todo el entorno de la Ribera del Duero se merece tener una autovía y vamos tarde con ese asunto. Con el de la ciudad de la justicia, también. Si tuviese que inclinarme, me inclinaría por la autovía de Peñafiel. Tener una travesía como la que tenemos en el año 2024 es una cosa que a mí me duele.
-Caso Esther López. ¿Qué ha fallado para que no haya un culpable dos años después?
-Como ciudadano lo he seguido muy de cerca y lo que sé ahora es por lo que se publica en prensa. Los informes de la Guardia Civil, lo que he podido ver por la prensa porque yo tampoco tengo acceso ni tengo ninguna intención de tener acceso a información privilegiada, son concluyentes. Que la jueza estime que no hay indicios suficientes ya es harina de otro costal. Pero la Guardia Civil ha acreditado y tiene claro que hay un culpable de todo esto y está identificado con nombre y apellidos.
-Judicialmente no se piensa igual...
-A veces lo que hay es lo que hay y no se puede tener mucho más. En Valladolid tenemos otro caso importante como el del joven de Laguna. Por muy buena Guardia Civil o Policía Nacional que tengamos si no hay pruebas, no hay pruebas y y eso es un problema jurídico. Es decir, a las personas muchas veces no se las puede culpar por indicios, sino que tiene que haber pruebas más concluyentes. No voy a entrar a valorar si tiene que proceder a la apertura de juicio oral o no, pero la Guardia Civil tiene un culpable claro.
-Tiene pinta de que el Gobierno de España y el de la Junta se verán las caras en el Tribunal Constitucional por la ley Concordia...
-Lo primero que va a hacer este Gobierno es intentar dialogar con las comunidades autónomas para que las leyes o las futuras leyes se encuadren con la Ley Nacional de Memoria Histórica. Y si el diálogo no fructifica, como parece que no va a fructificar, pues se irá al Constitucional. En 2018 el PP aprobó en Castilla y León una norma de memoria histórica. ¿Qué ha cambiado históricamente para este cambio? Lo que ha cambiado es que está ahora Vox al lado.
-¿Como subdelegado hay alguna situación que le ha sacado una sonrisa en este tiempo?
-Los Goya, aunque estaban amenazados por las tractoradas. Quisiera poner en valor que había una amenaza muy importante de que no se pudiesen celebrar los Goya en Valladolid y la Guardia Civil y la Policía Nacional hicieron un excelente trabajo. Se pudieron desarrollar sin ningún incidente. Y eso también es agradable y me satisface. En algún momento durante la semana anterior, por las noticias que nos iban llegando a través de los grupos de WhatsApp, me planteé que tal vez no se pudiese celebrar la gala de los Goya, lo que hubiese sido un fracaso importante para Valladolid.
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