La Guardia Civil asume la apertura de 20 de sus 24 cuarteles de Valladolid de lunes a viernes

La delegada del Gobierno, Virginia Barcones, y el general jefe de la Guardia Civil en Castilla y León, Clemente García Barrios, firmaron las paces y escenificaron su«buena sintonía» después del desacuerdo surgido a raíz de la instrucción dictada por el máximo responsable de la Benemérita que pretendía que la mitad de los cuarteles de la provincia pasarán a prestar servicio de atención a los ciudadanos un día a la semana a partir del pasado 1 de noviembre. Solo un día después llegó la contraorden tajante de la delegada que anuló dicha instrucción y ayer, por fin, las dos partes en liza celebraron una reunión en la que alcanzaron un acuerdo definitivo por el que 20 de los 24 puestos de la provincia continuarán abriendo sus puertas de lunes a viernes en horario de 9:00 a 14:00 horas. Los cuatro restantes (Zaratán, Laguna de Duero, Tordesillas y Medina de Rioseco) serán los únicos que mantendrán este servicio de atención (léase de recogida de denuncias) durante las 24 horas. El quinto puesto principal, como es el de Peñafiel, reduce así su horario de apertura para abrir de lunes a viernes.

«Los cuarteles y especialmente el de Peñafiel -cubre todo el este de la provincia- siempre están abiertos en el sentido de prestar servicio de seguridad ciudadana y precisamente para garantizar la presencia de patrullas en esta comarca se ha decidido dejar el horario de atención física al ciudadano de este puesto principal a los días de diario», aclaró el general Clemente Barrios antes de incidir en que la Guardia Civil «va a hacer un esfuerzo organizativo muy importante en la provincia para garantizar los horarios de apertura de todos nuestros puestos y continuar prestando el mismo servicio de patrullas a los ciudadanos».

La delegada del Gobierno, Virginia Barcones, ahondó en que la decisión «no es más que un paso atrás sobre la decisión anterior con el fin de mantener y consolidar este servicio fundamental para el medio rural» e hizo hincapié en que «nuestra vocación es la de volver a llenar los cuarteles, mejorar sus condiciones y mantener un equilibrio entre las patrullas que prestan servicio en la calle y la atención directa al ciudadano».

La delegada y el general comparecieron juntos al término de un encuentro celebrado en la sede de la Delegación, en la que estuvieron presentes la subdelegada, Helena Caballero, y el teniente coronel Javier Peña. Allí sellaron el acuerdo para «cerrar esta controversia y volver a la senda marcada por el Gobierno de mantener los servicios existentes e ir mejorándolos e incrementándolos de manera progresiva», concretó Virginia Barcones, que quiso remarcar que mantiene «toda su confianza en el general», al que agradeció su ejercicio de transparencia -es posible que sea la primera vez que un general de la Guardia Civil comparece como hizo él ayer ante los medios de comunicación- a la hora de explicar las circunstancias que rodearon la decisión adoptada unas semanas atrás.

La propia delegada, en este sentido, lamentó que las condiciones de la actual plantilla, formada por 764 agentes en Valladolid, no son las mejores después de que se «hayan ido perdiendo hasta el 5% de sus efectivos desde 2011 y de que una orden dictada en 2014 (regulaba los horarios y descansos de los agentes fruto de una sentencia europea) redujeran en el 15% su operatividad «sin que se repusieran las vacantes o se ampliarán para cubrir esas necesidades de servicio». La plantilla, a día de hoy, cuenta con un déficit sobre el catálogo oficial de 78 puestos, que la delegada confía en poder «ir cubriendo sí o sí en poco tiempo», al igual que las 700 vacantes del conjunto de la comunidad sobre una plantilla de 6.500 efectivos.

«La decisión está tomada y ahora vamos a hacer un esfuerzo desde la Comandancia de Valladolid para encontrar ese necesario equilibrio entre las patrullas y la atención presencial al ciudadano en los cuarteles», prosiguió el general, quien reiteró que su intención «siempre ha sido mantener todos los puestos de la provincia abiertos, los 24, en aras de prestar el mejor servicio posible».

Virginia Barcones, por su parte, apuntó que «lo ocurrido nos ha demostrado que nuestros pueblos -los alcaldes de los doce pueblos afectados por la reducción de horarios coincidieron en criticar la medida- necesitan tanto una sensación de seguridad objetiva como subjetiva en el sentido de saber que pueden acudir a sus cuarteles a ser atendidos».