«Gracias a Dios me dio con el hacha en la pierna porque si no estaría muerto»

Los dos, en efecto, se culparon mutuamente durante el juicio celebrado este viernes de la autoría del atraco cometido presuntamente por ambos en la noche del 1 de septiembre de 2020 en una tienda del barrio de La Mota, cuyo tendero, a continuación, situó a José y Miguel Ángel en el asalto y situó en manos de ambos el hacha con el que el segundo llegó a alcanzarle en una pierna: «Pude sujetarle como pude -en referencia a Miguel Ángel- y gracias a Dios me dio en la pierna, cuando amenazaba con clavarme el hacha en la cabeza, porque si no estaría muerto», resumió el responsable de la tienda de alimentación La Carmina, quien reconoció, al igual que otros testigos que desfilaron después por la Audiencia Provincial, a los dos acusados como autores del atraco.

Lo singular de la infinidad de contradicciones aportadas durante sus declaraciones por El Mancha y Miguel Ángel es que ambos reconocieron que en el momento de los hechos, ocurridos a las 22:00 horas de aquel miércoles, estaban en el comercio y que se produjo un atraco. ¿Quién lo cometió? Pues José, por un lado, explicó que él perpetró el robo: «Mi objetivo era coger la caja registradora, largarme de allí y ponerme de cocaína». Pero matizó que fue Miguel Ángel el que le convenció para cometer el atraco y negó que él portara un hacha. «Me iba a ir a mi casa y, como soy un tonto, me dijo que fuéramos a robar y fui con él», concretó.

La versión de Miguel Ángel, sin embargo, fue completamente distinta más allá de reconocer que aquella noche entró con José a la tienda La Carmina. «Entré a comprar una cerveza como muchos días y lo que pasó es que le intentaron robar», explicó. «¿Pero quién?», interrogó la fiscal, a lo que él respondió que no lo sabía y que solo «vio a alguien con la caja y no sé quién era». «¿Pero solo estaban los tres allí?», prosiguió la fiscal. Él reconoció que sí para volver a negar que él cometiera el atraco. Sí confesó que en un momento dado vio cómo el propietario de la tienda sacaba un hacha -algo que negó la víctima- e intentaba «golpear a José con él en la cabeza». Solo, añadió, «forcejeé con él para que no le diera y luego también me quiso clavar el hacha a mí, pero yo no intenté atracar a nadie».

El tendero, sin embargo, aclaró posteriormente ante el tribunal que los dos sospechosos, a los que reconoció sin dudarlo, perpetraron el atraco aquella noche. «Entraron con la cara cubierta con capuchas y mascarillas -en ese momento solo eran obligatorias en interiores-, aunque después las perdieron y les reconocí porque a los dos les conocía ya de vista del pueblo», señaló de entrada la víctima antes de pasar a relatar que «José entró primero hacia el mostrador, sacó un hacha y me dijo: 'O me das el dinero o te mato'» y de aclarar que Miguel Ángel, en paralelo, llegó a sujetarle por detrás para facilitar el robo.

El caso es que a José, por un lado, «se le cayó el hacha» y que Miguel Ángel, por otro, «la cogió e intentó clavármela cuando forcejeaba con él», siempre según el testimonio de la víctima. Antes le habían propinado un puñetazo en la cara y, a continuación, acabó «alcanzándome en la pierna con el hacha». José logró huir finalmente con el cajetín de la caja registradora, que tan solo contenía 120 euros, y propinó una patada a un vecino que acudió al local en auxilio del tendero -él acusado lo negó y el testigo lo confirmó-. Miguel Ángel, por su parte, pudo ser retenido por el propio tendero, un amigo de la víctima que entró a ayudarle y un tercer vecino que acudió también en su auxilio al escuchar sus gritos de auxilio. Los tres coincidieron en que Miguel Ángel portaba el hacha en su mano cuando le vieron. El aludido negó este extremo en todo momento.

Miguel Ángel fue detenido allí mismo y José sería apresado finalmente el 10 de febrero, ya de este año, 24 horas después de la muerte a cuchilladas de un hombre en Medina del Campo por la que está acusado como presunto autor material y por la que está aún pendiente de juicio. La fiscal mantuvo la petición de nueve años de prisión para cada uno de los acusados por los delitos de robo con violencia (siete años) y lesiones (dos años), unas posibles penas más que abultadas al aplicarles la agravante de multirreincidencia, ya que ambos suman condenas anteriores por robo, incluida una por un asalto cometido por los dos, de más de seis años en el caso de Miguel Ángel y de dos años y ocho meses en el de José. Sus abogados solicitaron su absolución y solicitaron que, en el caso de condena, se les aplique la atenuante de drogadicción.