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La pandemia casi se llevó por delante el último foco de prostitución callejera de la capital, situado en el tradicional tramo de la carretera de Renedo, entre la ronda y el paso de Juan Carlos I, donde a día de hoy tan solo son cinco ... las mujeres que intentan ganarse la vida al raso en busca de clientes. Todas ellas tuvieron que sufrir desde comienzos de año el intento de extorsión de un grupo criminal asentado en Delicias, donde residían sus cuatro integrantes, tres de ellos con antecedentes, que coaccionaron literalmente a pedradas a las mujeres que ejercían allí su trabajo libremente para obligarlas a trabajar para ellos, a los que debían entregar la mitad del dinero que cobraban por sus servicios. Los cuatro acaban de ser detenidos, aunque puestos posteriormente en libertad, por intentar controlar, y de paso reactivar, el último foco de prostitución callejera de la capital. Serán investigados por los delitos de coacciones, relativos a la prostitución y pertenencia a grupo criminal.
El grupo no solo extorsionó durante semanas a las últimas cuatro mujeres que ejercían la prostitución en la carretera de Renedo sino que colocó allí a sus propias trabajadoras, mujeres que trajeron engañadas a la capital y a las que forzaron a ofrecer allí sus servicios, en su caso, con la obligación de entregarles la totalidad de sus ingresos. Tanto las últimas mujeres que trabajan allí por su cuenta como las forzadas a hacerlo por este grupo eran extranjeras y extremadamente vulnerables por su situación social.
Los cuatro sospechosos detenidos por «intentar controlar la prostitución callejera» en la capital, según afirman abiertamente fuentes de la Policía Nacional, cuyos agentes llevaron a cabo la denominada 'operación Craiova', estaban afincados en Delicias, tenían entre 21 y 34 años y tres de ellos tenían antecedentes por otros delitos.
El grupo comenzó su actividad en enero con los primeros intentos de extorsión sobre las pocas mujeres (cinco diferentes han sido asistidas allí este año por la ONG Aclad) que ejercían la prostitución en la carretera de Renedo, un entorno tradicional de la ciudad, que acoge desde mediados de los años noventa el último foco de prostitución al aire libre y en el que el número de mujeres ha caído de manera progresiva en los últimos años hasta casi desaparecer con la pandemia. En 2016 eran aún casi una veintena las mujeres asistidas allí por Aclad y en 2021 tan solo fueron seis.
Solo cinco mujeres trabajan allí a día de hoy en un entorno cada vez menos aislado y discreto por la pujante construcción de viviendas del barrio de Los Santos Pilarica. «La reciente reforma de los campos de fútbol de El Tomillar y la construcción de una hilera de chalés de lujo prácticamente al lado ha hecho que ahora prácticamente no veas casi a mujeres ofreciendo aquí sus servicios», confirman los vecinos.
Y a las pocas que lo hacen las intentaron extorsionar y controlar. Para ello no dudaron en amenazarlas de muerte, a ellas y a sus familiares, lanzarles piedras cuando intentaban trabajar en el paraje o pasar junto a ellas con sus coches «a gran velocidad» para amedrentarlas. Después colocaron a sus propias víctimas a trabajar allí, a las que trajeron a la ciudad engañadas para iniciar supuestas relaciones sentimentales con los integrantes del grupo -el conocido como método del 'lover boy'- y las que finalmente obligaban a prostituirse en la carretera de Renedo. Unas, las que ya estaban allí, debían entregarles la mitad de sus ingresos y las otras, a las que llevaron ellos a la fuerza, les daban todo lo que ganaban. El grupo ha caído. Sus cuatro integrantes, eso sí, se encuentran en libertad con cargos.
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