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El Gobierno rechaza la propuesta del Ayuntamiento de convertir Las Catalinas en ParadorEl Gobierno ha cerrado la puerta a los planes del Ayuntamiento de Valladolid de convertir el antiguo convento de Santa Catalina de Siena, situado entre las calles de Santo Domingo y San Quirce, en un Parador. El organismo que gestiona estos hoteles estatales ha trasladado ... su negativa de incorporar el complejo monástico a su red mediante una carta en la que daban respuesta a las pretensiones trasladadas por el Ayuntamiento en dos comunicaciones hace algunos meses. La misiva, firmada por la actual secretaria de Estado de Turismo, Rosana Morillo, está fechada del pasado 21 de febrero.
La sociedad estatal ha argumentado que en estos momentos se está «ultimando la ejecución de tres paradores para su apertura, además de realizar obras en un gran número de inmuebles» y que, por lo tanto, no está prevista de momento «la apertura de ningún nuevo parador, más allá de los arriba mencionados».
La negativa a esta propuesta del Ayuntamiento (una promesa electoral de Jesús Julio Carnero) se auguraba por el equipo de Gobierno a finales de 2023. La concejala de Cultura, Blanca Jiménez (PP), explicó en diciembre durante una comisión de Hacienda que las gestiones en torno al Parador estaban «paralizadas», ya que ni siquiera habían recibido acuse de recibo de las comunicaciones enviadas por el alcalde, Jesús Julio Carnero, al ente público, lo que, a su juicio, ya decía «mucho de las intenciones».
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La creación de un parador nacional en Las Catalinas fue una de las propuestas electorales de la actual Corporación, que consideraba que el proyecto planteado por el entonces equipo de gobierno municipal necesitaba más «ímpetu», por lo que plantearía al Gobierno central la apertura de un parador temático en torno al vino, recuperando una idea que en 2009 esbozó el entonces alcalde popular, Francisco Javier León de la Riva.
El Gobierno de Óscar Puente había iniciado en 2018, con la compra del complejo del siglo XVI por casi seis millones de euros, un plan director para transformar el histórico convento. Tras la realización de un estudio previo para determinar los usos, el proyecto preliminar se concretó en un espacio multiusos, con la instalación de un Centro de Interpretación del Vino, un enclave deportivo con piscina cubierta y gimnasio, un espacio para mayores y un viñedo en el patio principal. También se había previsto destinar unas dependencias para el almacén del Archivo Municipal. El coste del acondicionamiento ascendía, al menos, a 22 millones de euros.
Tras la victoria el electoral de los populares, el concejal de Urbanismo, José Ignacio Zarandona, anunciaba el pasado mes de agosto que ya se habían iniciado las conversaciones con la compañía pública para formalizar en los próximos cuatro años un proyecto «prioritario» para el Ayuntamiento, que el edil llegó a equiparar con el soterramiento, como «uno de los grandes retos».
La reconversión del complejo es uno de los proyectos más relevantes del nuevo Plan de Turismo para el periodo 2024-2027, presentado el pasado viernes por el alcalde y la regidora del área. Durante el mismo se anunció el desarrollo de un proyecto para la creación del Centro de la Cultura del Vino, que tiene por objetivo albergar catas de caldos y la celebración de un Premio Nacional del Vino para galardonar a los mejores enólogos de toda España. La aprobación del contrato para la redacción del proyecto vitícola estaba prevista que se adoptará en la Junta de Gobierno del pasado martes, tal y como adelantaron desde el Consistorio a este periódico, aunque finalmente no se abordó este asunto.
El convento de Santa Catalina de Siena lleva en desuso desde 2009, cuando la congregación de monjas dominicas que lo habitaba desde hacía cinco siglos se trasladó al Monasterio del Corpus Christi, en Prado de la Magdalena, por el deteriorado estado de sus instalaciones, con importantes humedades y la presencia de plagas de termitas en las celdas y salas de trabajo del convento en las que desarrollaban su actividad. El conjunto monástico, declarado Bien de Interés Cultural, gozaba de las pertinentes protecciones y la Junta intervino en las cubiertas de la zona de la iglesia, pero la inversión no fue suficiente para atajar la totalidad de los problemas del conjunto.
El traslado era temporal, ya que sus planes pasaban por vender una parte del complejo - un inmenso solar de 10.000 metros cuadrados - con la que financiar la construcción de un edificio conventual en el terreno de la huerta, para así poder seguir utilizando el templo. Pero el retraso en la llegada del comprador agravó el deterioro de un edificio que llevaba ya cuatro años deshabitado y en 2013 pusieron a la venta la totalidad del conjunto, a pesar de los esfuerzos de las monjas, que repararon goteras, envolvieron el claustro y barrieron sus suelos regularmente, por conservar el monasterio.
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