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Sus muros gozan de la máxima protección dado el carácter histórico de un inmueble que durante más de un siglo acogió los populares Almacenes Cuadrado (1903-2007), situados en la plaza de San Nicolás, al borde del Puente Mayor, pero cuyos cimientos se remontan ... al siglo XVI con reminiscencias desaparecidas, incluso, de cuatro siglos atrás. Tan singular retazo de la historia de la capital, que acogió en sus orígenes la iglesia de San Nicolás (hasta 1837), afronta ahora la recta final de una cuidadosa rehabilitación para la inminente apertura de un centro deportivo (la semana que viene) y, antes de finales de año, de un restaurante de comida saludable que permitirá crear dieciocho puestos de trabajo, según anticipó ayer el responsable del proyecto, bautizado como Crossfit Al Cuadrado –en recuerdo de los almacenes–, Manuel Villanueva.
El futuro centro deportivo se asientan sobre uno de los inmuebles con más solera de la capital, y no solo por conservar la estructura de los almacenes de madera fundados en 1903 por Javier Cuadrado –sus sucesores mantienen el negocio en Íscar desde que se mudaron en 2007–; sino por mantener parte de la cimentación de la iglesia de San Nicolás, construida en el siglo XVI, sobre los restos de una anterior del siglo XII, que fue demolida debido a su mal estado a raíz de su ocupación durante la guerra de la Independencia y su reconversión en fuerte militar. La parroquia, con parte de su fachada renacentista, se trasladó aquel 1837 a su actual emplazamiento en la plaza de La Trinidad.
El inmueble, ya en los albores del siglo XX, fue reconvertido en los almacenes de madera Cuadrado, que mantuvieron parte de la planta y los muros originales de la iglesia de 1593, aliñados con arcadas y paredes de ladrillo caravista (hoy más que centenarios) y una singular cincha metálica que salió de los talleres de Eiffel (el de la torre parisina).
«Ha sido una obra compleja debido a los lógicos contratiempos dado su grado de catalogación; pero hemos logrado mantener tanto su estructura exterior (de ladrillo tradicional) como la interior, incluidas las cinchas de Eiffel, así como los muros de piedra originales y los posteriores de ladrillo», explica el portavoz de los promotores (una firma vallisoletana), Manuel Villanueva, antes de mostrar su convicción de que han «conseguido mantener el espíritu histórico de un inmueble tan singular, citado incluso por Miguel Delibes en El Hereje, y recuperarlo para la ciudad con un uso diferente».
El centro deportivo tiene previsto abrir el lunes con distintas salas de gimnasio, fisioterapia, nutrición... Allí trabajarán nueve personas. «En torno a noviembre o diciembre abriremos el restaurante de comida saludable (abierto al público)», añade el promotor. La plantilla se duplicará.
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