La gasolina en Valladolid, un 13% más cara que hace un año y el diésel, un 27%

Las cifras de los precios dejan una gráfica basada en las subidas y bajadas repentinas, pero desde principios de año el combustible no ha dejado de subir. El 1 de enero de este año, el precio medio en la provincia era de 1,486 euros por litro de gasolina y 1,355 el del diésel. Desde entonces se sucedieron las subidas. El desencadenante fue la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero. Entonces, las gasolineras marcaban ya un aumento de casi 20 céntimos para la gasolina, quedándose en 1,602 euros por litro, y unos modestos pero palpables 6 céntimos en el caso del gasóleo, marcando precios de 1,497 euros por litro.

Quince días después del inicio de la guerra, los precios siguieron inflándose, tanto por la preocupación del desenlace del conflicto como por las consecuencias que se sucedieron a nivel internacional. La inflación, la escasez de suministros y sobre todo el encarecimiento de combustibles fueron algunas de las consecuencias que se siguen sufriendo a día de hoy. El 10 de abril, justo quince días después del inicio del conflicto bélico, las gasolineras marcaron precios de 1,86 euros el litro de gasolina y 1,838 euros el de diésel; y dejaron una línea ascendente en la gráfica que seguiría varios meses después.

Desde el Gobierno central se aplicó el pasado 1 de abril un descuento de 20 céntimos en el precio de los combustibles, en un intento de paliar lo máximo posible el incremento de su coste. El mismo día, los precios rondaban el 1,801 euros por litro de gasolina y 1,834 el de gasóleo, de nuevo un aumento de precios a pesar de contar ya con el descuento. A partir de este momento, aún estando en vigor el mencionado recorte en el precio final del combustible, la escalada continuó, y a la inflación y al sobrecoste producido por el conflicto se le sumó la llegada del verano, la operación salida y la pérdida de restricciones de movilidad por la covid.

Este panorama creó una tormenta perfecta para que los precios no dejaran de subir, y el 1 de julio, la fecha que marca el inicio del verano, la gasolina rondó los 2,109 euros por litro y el gasóleo los 2,066. Sin embargo, parece que los precios se están estabilizando. A día de hoy, repostar un coche en Valladolid sale a 1,637 euros por litro de gasolina y a 1,597 en el caso del diésel, ambos precios en las estaciones más baratas y sin contar la subvención de 20 céntimos. Es por ello que los precios se sitúan en la media que se vio en el mes de enero, cuando no había comenzado el conflicto ni se aplicaba el citado descuento.

Pese a esta bajada de un 16% en los precios desde finales de junio, lo que supone que sean los mínimos desde abril, los combustibles siguen siendo mucho más caros que hace un año. En concreto, la gasolina ha subido un 13% y el gasóleo, un 27% con respecto a las mismas fechas del año pasado. Además, aunque la temporada estival esté entrando en su recta final, y por tanto los trayectos largos hacia los destinos vacacionales se minimicen, hay que recordar que el conflicto bélico no vislumbra un final claro, por lo que los precios tanto de combustibles como la inflación en general podrían seguir a la alta. El Gobierno ha prometido que el descuento se prorrogue hasta octubre, lo que dará un respiro aún más grande que estas últimas semanas de retroceso en los precios.