Berta Pontes de los Ríos
Valladolid
Miércoles, 13 de enero 2021, 07:10
'La Garrocha', bar emblemático de Valladolid situado en la calle Zúñiga, baja su verja a partir de hoy. Y lo hace para no volver a abrir. Su propietario desde hace ocho años, Chisco Alonso, asegura no poder aguantar más «los palos que está recibiendo ... la hostelería desde que comenzó la pandemia». Ante este nuevo cierre decretado por la Junta ha decidido cesar su actividad de forma definitiva y poner punto y final a una parte «fundamental» de su vida.
Publicidad
«Ha sido todo muy complicado sobrevivir durante los últimos meses porque, a pesar de que hemos acondicionado los negocios, nos han demostrado que no ha servido para nada y se centran en nosotros y en cerrarnos cuando no somos el foco del problema», apunta el hostelero. La implantación de restricciones por parte de las autoridades han llevado a un desembolso «enorme» de dinero para adaptar los establecimientos y hacerlos seguros. Ahora, ante este nuevo cierre del interior de la hostelería en Valladolid explica que «podría seguir funcionando, pero ya no hay fuerzas». Sentado en una mesa y tras dar un sorbo a un café recién hecho mira a su alrededor, a su negocio, mientras se lamenta por la decisión que ha tenido que tomar. «He llegado a un punto en el que no tengo ilusión por seguir trabajando y, cuando eso ocurre, uno ve que llega el momento de frenar e ir hacia otro lado en la vida».
La terraza del bar ha pasado por varias fases. «Tenía disposición de lluvia, de sol, de las obras de enfrente… he tocado todos los palos». Además, Chisco explica que durante el tiempo que ha estado cerrado el bar no ha recibido «ni un solo euro de las ayudas prometidas». Pero agradece a su clientela los «buenos gestos» que han tenido durante todo este tiempo. «Muchos han venido solo para hacer gasto, no porque tuvieran sed o la necesidad de venir, y eso es algo que me ha animado a continuar, pero hasta aquí he llegado». Apunta, además, que varios miembros de su plantilla le han ofrecido durante la pandemia «hacer horas de más para no tener que cerrar», pero él lo rechazó porque «hay que dejar descansar a los trabajadores».
Ahora, Chisco Alonso se ve obligado a decir adiós a una parte «muy importante de su vida» pero afronta el futuro con esperanza y con «ganas de seguir trabajando».
Este propietario afronta la decisión de cerrar de nuevo la hostelería con «frustración y resignación» mientras confía en que «este cierre sea el último de una pandemia que va a dejar huella, porque tenemos que comer». Espera «poder abrir cuanto antes», pero asegura que «la salud mental va cada vez a peor y, junto a ella, el bolsillo».
En la Plaza de la Universidad se encuentra otro bar de siempre de Valladolid, 'La Biblioteca'. Su propietario, Javier López, reconoce afrontar «mal» este nuevo cierre y asegura que no van a permanecer abiertos para poder atender únicamente en terraza. «Con los días de frío que vienen no va a salir rentable abrir, así que nos iremos a casa con la esperanza de poder volver a trabajar cuanto antes».
La orden de cierre afecta también a los gimnasios, que son otro sector «hundido» por las restricciones. Con cada reapertura, «crece la incertidumbre tanto en los trabajadores de los gimnasios como en los usuarios». Ahora, Lara teme que llegue el momento en el que no aguanten más, aunque confía en que «todo mejore» y se vuelva a la normalidad «sin tener que llegar a cerrar».
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.