La garrapata eleva su presencia tras la primavera más húmeda de la década

Decenas de caminos han desaparecido por la falta de uso en los últimos meses, tomados por la maleza, y hasta la Senda del Duero o GR-14 (sendero de gran recorrido) se encuentra «estrechado» en muchas zonas de la provincia de Valladolid debido al espesor de las plantas, que por norma general superan los 40 centímetros de su altura habitual, tras la primavera más lluviosa de la última década, que también ha ayudado a la proliferación de garrapatas.

Los consistorios de la zona de los Montes Torozos también conocen la situación, denunciada por vecinos de localidades, como Geria o Simancas, que certifican la elevada cantidad de este tipo de arácnidos. Una realidad que no niegan desde la Junta de Castilla y León. De hecho, desde la Consejería de Sanidad se explica que se trata de «una «situación provocada por el cambio climático». «No ha habido heladas, la garrapata ha sobrevivido al invierno y está extendida por toda la geografía de la comunidad», afirman desde Sanidad, al tiempo que recuerdan que existe un listado de recomendaciones en la web (saludcastillayleon.es), y que es aconsejable «salir al campo» con ropa larga, «y más en la situación actual, que es excepcional, debido a la falta de desbroce».

Las garrapatas son transmisoras de múltiples enfermedades, y aunque no existen datos estadísticos de personas afectadas o tratadas por su picadura o la presencia en el cuerpo de este parásito, la más común es la de Lyme, que puede producir cansancio grave, cuello rígido y doloroso, hormigueo o entumecimiento de los brazos y piernas, o parálisis facial.

En el extremo más grave estaría la infección por fiebre de Crimea–Congo, con un enfermo ingresado en la actualidad en Salamanca, y nueve personas aisladas en la provincia salmantina.