Al principio pensó que los golpes que llegaban de la puerta del garaje tenían que ver con ruidos propios de las fiestas. Pero se acentuaron. Galo, que llevaba una hora despierto, apenas tardó unos segundos en abrirla. La atroz imagen no se le olvidará nunca al propietario de la vivienda situada en el número 10 de la carretera de Castrejón. Delante de él había un hombre de mediana edad, «de unos cincuenta», completamente ensangrentado y dando «bandazos» alrededor de su casa. «Abrí la puerta y el hombre me pidió que le ayudara porque se estaba muriendo», relataba mientras intentaba eliminar de la fachada de su vivienda los restos de sangre que hablaban de lo ocurrido apenas unas horas antes, cuando un joven mataba presuntamente a la pareja de su madre en una calle de la localidad vallisoletana de Nava del Rey.
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Galo avisó a su vecino de la planta superior y, a su vez, alertaron a la Guardia Civil. Pidieron a la víctima que no se moviera, que intentara no andar para que no perdiera tanta sangre. «Y se cayó en mitad de la calle, boca abajo».
La Guardia Civil, que llegó instantes antes que los servicios sanitarios, avanzaron ya el fallecimiento del hombre. «No le conocíamos de nada, parecía de otro país, como rumano, pero el hombre hablaba perfectamente castellano. Luego ya nos dijeron que era español», añadían los vecinos.
A las 11:00 horas, el juez ordenaba el levantamiento del cadáver, que permanecía tendido en el suelo. Entonces vecinos y servicios municipales se afanaron en limpiar los restos de la pelea.
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