«El futuro está lleno de espejismos por las nuevas masculinidades»

Olmo Morales Albarrán, sociólogo por la Universidad Complutense de Madrid y terapeuta especializado en género y masculinidad, trabaja y coordina grupos de hombres donde profundiza en la desigualdad y en las experiencias y aprendizajes sexistas que derivan de la socialización masculina. «El objetivo es generar prácticas más cercanas a la equivalencia existencial con las mujeres, promoviendo la empatía hacia estas y la autocrítica. Siempre desde la perspectiva de los privilegios y las relaciones de poder como lo intrínseco a la masculinidad», señala.

Pese a ello, Olmo Morales, señala que «no se puede trabajar la desigualdad porque que los hombres lloremos en público no revierte la desigualdad» y añade que «lo interesante es ver que lo que antes podíamos conseguir los hombres enfadándonos ahora lo podemos conseguir llorando». «No podemos caer en financiar actividades destinadas a prevenir la violencia contra las mujeres donde el foco sea el bienestar masculino porque los hombres tenemos que hacer renuncias. A nadie le gusta, pero no podemos estar financiando con dinero que está destinado a las mujeres actividades para el bienestar masculino», esboza Morales, en referencia a las iniciativas para grupos de hombres con base en la desigualdad y el aprendizaje.

El terapeuta especializado en género y masculinidad es socio fundador de la cooperativa de iniciativa social Hybris que se encarga de «trabajar específicamente con hombres, bien a nivel formación hacia empresas y profesionales mediante técnicas de igualdad o bien mediante charlas en institutos y centros escolares sobre términos como las nuevas masculinidades».«Es una pena que las sesiones con jóvenes sean tan pocas. Además, está muy mal visto que en una misma clase separemos a mujeres y hombres para tratar estos temas. Si a los hombres nos cuesta mucho reconocer qué cosas hacemos mal de manera individual, pues en grupo y en público la dificultad se incrementa», puntualiza el sociólogo Olmo Morales Albarrán.

«Lo primero que tenemos que hacer los hombres es romper la autoimagen que nos hemos ido creando desde pequeños. Nos creemos que somos justos, que somos buenos, que somos majos…», explica Morales, en relación a cuál es el primer paso para comenzar el cambio, y alega que «tenemos que identificarnos con el machismo. Los hombres internamente vivimos un proceso de desidentificación constante. Yo no maltrato, yo no golpeo, yo no, yo no y yo no. Todos tenemos una referencia de alguien que es peor que nosotros y eso nos desidentifica con ese trabajo que tenemos que hacer».

Respecto al papel de los jóvenes en el camino hacia la igualdad, Olmo Morales apunta a que «el futuro al que nos enfrentamos está lleno de espejismos provocados por las nuevas masculinidades» y hace especial hincapié en estar presente en lo que es real. «En estos cambios de las nuevas masculinidades y estos nuevos modelos de ser hombre, si yo veo la masculinidad como estereotipo de macho ibérico, me voy a ver de manera diferente; si yo me siento con las piernas cruzadas o me pinto la raya del ojo, me voy a ver diferente. El problema es que las mujeres también me van a ver distinto y, sobre todo, me van a ver más igualitario y es ahí donde reside el espejismo. Los hombres si no cumplimos con ese rol de masculinidad pensamos que esto lleva hacia la igualdad, pero nada más lejos de la realidad».

Desde hace más de diez años, Olmo Morales trabaja en distintos ámbitos de lo social, incorporando la perspectiva de género en proyectos de investigación y con especial relevancia en propuestas formativas sobre masculinidad. Ha participado en Programas de Sensibilización y Prevención de Violencia de Género, realizando multitud de talleres y formaciones dirigidos a distintos colectivos: población en general, profesionales del sector social, jóvenes y adolescentes, familias, estudiantes universitarios y alumnos de institutos y escuelas.