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Julio Iricibar (Valladolid, 1993), atravesaba una etapa profesional excelente en el UCAM Murcia, dueño de la meta del equipo de Segunda B, adonde había llegado tras dos años en el Izarra y de otros catorce antes en la cantera del Real Valladolid, club en el que llegó a debutar con el primer equipo en 2014 y jugó dos partidos más en la temporada 2015-2016. Pero el coronavirus no solo ha frenado en seco el buen momento deportivo de Julio con el parón de las competiciones, también le ha convertido estos días en 'enfermero' particular de su padre, Antonio, de 64 años, que ha sufrido «una paliza» por parte de la Covid-19 durante 17 días, los siete últimos ingresado en el Hospital Río Hortega.
Antonio Iricibar, oscense de Belver de Cinca aunque vecino de Valladolid desde que, cuando tenía solo seis meses, falleció su padre y vino con su madre y su hermana donde sus abuelos, que vivían en Valladolid, es gerente de un hostal, un restaurante y una gasolinera en Simancas.
«Desde que empezó la pandemia ha seguido trabajando, yendo por las mañanas por la contabilidad, imagino que se contagiaría allí. Empezó a encontrarse muy mal el pasado 27 de marzo, con ganas de vomitar, mal cuerpo... No tenía fuerzas ni para levantarse de la cama, no le entraba la comida, solo agua, y poco. Tuvo décimas de fiebre pero no problemas al respirar, aunque sí mucha tos, que se le agravaba por las noches una barbaridad. Estuvo siete u ocho días en cama, pasándolo bastante mal, sin comer y sin
poder levantarse de la cama, pero como era al principio de todo y los hospitales estaban a rebosar, se quiso quedar en casa para que atendieran a las personas que lo pudieran necesitar más», señala Julio Iricibar, que añade que llegó un día en que su padre no podía más, que «se notaba que había algo más ahí» y se fue a hacer el test al Hospital Campo Grande.
Era el día 6 y allí le dijeron a Antonio Iricibar que en las placas «se veía algo raro» y que le tenían que llevar al Hospital Río Hortega, según comenta su hijo Julio. «Le trasladaron en ambulancia y allí le hicieron todas las pruebas. Dio positivo en el test de coronavirus y tenía neumonía bilateral en los dos pulmones, tuvo que quedarse ingresado y ha estado una semana en el hospital con mucho malestar en el cuerpo, colitis y comiendo muy poco», agrega Julio, que para venirse a Valladolid porque su padre vive solo, tuvo que pedir permiso al UCAM Murcia. «Le doy las gracias al club por todas las facilidades que me ha dado para poder venir», apunta el exmeta del Real Valladolid, que incide en los comentarios que le hizo el médico en relación con la covid.
«Dijo que este virus es como si te dieran una paliza por todo el cuerpo. El problema de este virus es que es muy irregular, le dijo a mi padre que un día podía que no necesitara oxígeno y otro sí, y que al otro estuviera la UCI. Este virus tiene muchos altibajos», hace hincapié Julio.
Su padre, Antonio, estuvo una semana hospitalizado y salió del Río Hortega el pasado día 13. «Ha mejorado y le han dicho que es mejor que esté en casa, aislado en la habitación dos semanas más. Ha adelgazado una barbaridad, 7 u 8 kilos por lo menos, porque ha estado 20 días mal entre que empezó y ahora», asegura Julio Iricibar, que recalca que su padre ha vencido al virus porque «es una persona muy sana, no bebe, no fuma y hace deporte».
«Ahora estamos viviendo los dos esta cuarentena, él aislado y yo, haciéndole las cosas. Se las dejo en la puerta de la habitación con todos los cuidados que nos han dicho que hay que tener», concluye Julio, que ha cambiado el césped por la enfermería.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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