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Como afirmaba la filósofa Simone Weil, «la igualdad es el reconocimiento público, expresado en instituciones y costumbres, de que un grado de atención igualitario es merecido por todos los seres humanos». Hace más de medio siglo que la organización Asprona, ahora integrada en ... la Fundación Personas junto con el Grupo Lince, trabaja para lograr una accesibilidad cognitiva universal, así como la completa inclusión las personas con discapacidad.
El comité de la organización se reúne tres veces al año y lleva a cabo un 'Decálogo de igualdad en lectura fácil' con diez principios para eliminar la presencia del acoso sexual y fomentar la inclusión, entre otros. Para ello, «los trabajadores han recibido cursos formativos para mejorar las relaciones interpersonales», explica Nuria Sastre, directora de Recursos Humanos y responsable de Igualdad en la empresa. «Nos dimos cuenta de que el número de casos de acoso es cuatro veces superior respecto a otros sectores, por ello, la formación en ese aspecto es fundamental».
La principal tarea planteada desde la empresa es «evitar el abuso, el acoso y las faltas de respeto», expone Jorge Gil, uno de los empleados del Grupo Lince que trabaja junto a quince personas con discapacidades físicas o psíquicas. «Trabajar con ellos ha sido un gran salto en lo personal», comenta.
Jorge Gil, jardinero.
Nuria Sastre, directora de Recursos Humanos.
Jorge y Nuria son dos de los componentes del comité de Igualdad que ha creado la Fundación. «Queremos formar un protocolo para que lo conozcan todos los empleados», afirma Jorge. Nuria, por su parte, opina que «lo más importante es evitar el acoso sexual también en el ambiente de trabajo».
La Fundación Personas está formada por 1.556 trabajadores, el 50% de ellos con discapacidad. Si nos centramos únicamente en el Grupo Lince, el 90% poseen algún tipo de problema intelectual, cognitivo o sensorial. Además, el 56% de las empleadas son mujeres.
Coro Gago, empleada.
Coro Gago trabaja junto a siete compañeros que también tienen algún tipo de discapacidad como ella. «Llevo 19 años trabajando en la Fundación Personas y estoy muy contenta». Esta organización lleva 57 años trabajando para conseguir que todas las personas con discapacidad, no solo sus empleados, logren integrarse en la sociedad. «El problema de muchas personas es la dependencia que tienen de sus padres», expresa Jorge. Otros muchos trabajadores están en pisos tutelados en los que conviven con otras personas discapacitadas porque «no tienen familia», explica Satur Merino, responsable de Comunicación.
Esta Fundación presta servicio a 3.000 familias gracias a los centros de inclusión repartidos por Valladolid, Palencia, Segovia, Zamora y Guardo. En ellos, llevan a cabo servicios escolares, de atención temprana, centros de día o centros ocupacionales.
La trabajadora Coro cuenta que empezó su andadura en los talleres de Asprona, donde realizaba tareas de manipulación de alimentos con las mermeladas. «Estaba asegurada por las tardes, ahora trabajo de turno de mañana» y lo único que lamenta es «tener que coger dos autobuses para ir y venir al trabajo».
Coro no solo ha trabajado en esta empresa, sino que ha estado siete años contratada en Dulciora y un año y medio en Macolibros. «Una de mis mejores experiencias fue en Dulciora», recuerda. Desde la Fundación Personas, la tarea de Coro y sus siete compañeros es «grapar, sellar y embolsar» las cremalleras que les llegan desde el taller.
Este buen ambiente de trabajo es el que busca la organización desde su comité. «Gracias al plan de igualdad, los empleados mejoran la convivencia en el entorno», explica Nuria. Otro de los grandes retos del comité es que los trabajadores entiendan que «las mujeres con discapacidad también pueden decir que no».
La Ley Orgánica 3/2007 establece en su artículo 45.3 que «las empresas deberán elaborar y aplicar un plan de igualdad». Jorge, miembro del comité de la Fundación Personas, explica que «trabajadores y empresarios nos unimos para reforzar la idea de igualdad y respeto». Dentro de la empresa, han llevado a cabo diversos proyectos como jornadas formativas sobre la prevención del acoso sexual o la elaboración del 'Decálogo de igualdad en lectura fácil' cuyos diez principios son: compromiso, participación, procesos de elección, promoción interna, conciliación, rechazo al acoso, comunicación, sistema retributivo, formación y prevención.
Asimismo, el apartado 48.1 de la Ley Orgánica decreta que «las empresas deberán promover condiciones de trabajo que eviten el acoso sexual y el acoso por razón de sexo». En base a ello, Jorge razona que «es necesario hacer todo lo posible desde la empresa para evitar que el trabajador llegue a la vía penal». Además, el Grupo Lince tiene el distintivo Óptima gracias a la promoción de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres de la empresa, otorgado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León.
Una de las labores que más agradecen desde la Fundación es la del periodista Lorenzo Martínez Duque, impulsor de la creación de Asprona desde la redacción del periódico El Norte de Castilla. «Gracias a la difusión en el periódico, recibimos la inscripción de 200 familias en solamente 48 horas», afirma Merino.
Hay que seguir luchando por ellos y para ellos. Está claro que una mera declaración de igualdad es insuficiente. Son las acciones y las medidas las que hacen efectivo el compromiso de las organizaciones. Para conseguir reducir la desigualdad y lograr mayor equidad, es clave empoderar a los trabajadores y ayudarlos en sus necesidades para que superen cualquier obstáculo que se encuentren tanto en la vida laboral como personal. «Ellos quieren sentirse socialmente aceptados», concluye Jorge.
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