Valladolid
El fuego devora parte del edificio ocupado por indigentes del antiguo Rancho GrandeValladolid
El fuego devora parte del edificio ocupado por indigentes del antiguo Rancho GrandeUna columna de humo negro, visible desde varios puntos de Valladolid, movilizó a primera hora de este viernes a los residentes del barrio de Buenos Aires, que alertaron a emergencias de la existencia de una densa humareda procedente del inacabado, ocupado y, desde hace años, ... vandalizado edificio del antiguo restaurante Rancho Grande (un negocio abierto entre 1940 y 2004), en pleno Páramo San Isidro, una vía que parte de San Isidro y Pajarillos y que conduce a este barrio enclavado entre la avenida de Soria y la ronda interior.
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El incendio en el mayor vestigio de la crisis del ladrillo que conserva la ciudad se desató en torno a las ocho de la mañana en una de las estancias que sirve de refugio para un grupo de indigentes, si bien no ha habido que lamentar heridos. Las llamas, que obligaron a intervenir a varias dotaciones del parque de Canterac, devoraron colchones y otros enseres acumulados en una estancia de la primera planta de este bloque de viviendas (48 pisos iba a acoger el inmueble) abandonado desde 2010 y que en los últimos años ha sido el escenario de numerosos incidentes.
Sucesos en Valladolid
El penúltimo ocurrió hace poco más de un mes, cuando un hombre agredió a martillazos a un joven de 21 años origen marroquí, Anas Ahnin, y le mandó al Hospital Río Hortega. Unos hechos por los que el supuesto agresor entró en la cárcel como presunto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa y que la víctima, aunque aseguraba desconocer los motivos, atribuía entonces a la problemática de la droga en las inmediaciones. «Yo vivo con otro compañero en el primer bloque (el más próximo a la calle Páramo de San Isidro) y el que me golpeó en el otro. Hace unos días debió venir a pedir una raya de cocaína a mi compañero», recordaba entonces, al tiempo que añadía que un día antes de la brutal acometida «apareció por sorpresa y ya me cogió del cuello». «Nos amenazó. Finalmente el domingo, cuando estaba empezando a comer, me empezó a dar los martillazos. Fue por sorpresa. Aún no sé los motivos», agregaba.
Montoneras de escombros y de basura copan tanto el exterior como el interior de un edificio abandonado desde hace catorce años, cuando la quiebra de la constructora que pretendía levantar allí una urbanización de 48 viviendas dejó el bloque a medio hacer. Saqueos, vandalismo e incendios dieron paso a la ocupación, mientras los vecinos colindantes pedían soluciones como tapiar la parcela.
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De hecho, hace unos años, a comienzos de 2021, se llegaron a tapiar los accesos para evitar precisamente que su interior fuera objeto de vándalos e indigentes. Los dos bloques de edificios están sin ventanas, que se recubren con cartones o cortinas. Esta circunstancia, la de servir de refugio para los sin techo, que, sin embargo, perdura en la actualidad, pues son varias las personas que habitan allí de forma ilegal.
Pero los citados anteriormente no son los únicos sucesos que se han registrado en este complejo abandonado. Uno de los hechos más graves en el antiguo Rancho Grande tuvieron lugar en mayo de 2021. Entonces, la Policía local liberó a tres menores retenidas por seis okupas.
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Las cuatro menores, de edades comprendidas entre los 14 y 16 años (recién cumplidos), estuvieron dentro del pequeño habitáculo cerrado, al que se accedía por una escalera, durante varias horas. Las tres que se quedaron se habían escapado del Zambrana y la cuarta, que se había fugado de su casa en Salamanca, decidió marcharse.
La historia del Rancho Grande
1940-2004 El restaurante Rancho Grande abre sus puertas en el Páramo de San Isidro. Con el tiempo se convierte en un popular negocio que ofrecía bodas, bautizos y comuniones. Cerró sus puertas en 2004.
2008 Una promotora inicia la construcción de un doble bloque de tres alturas con garaje y trasteros que acogía 48 pisos.
2010 La constructora abandona el edificio sin acabar.
2016 Saqueos y vandalismo arruinan el interior de un inmueble que acoge desde entonces a indigentes que se cobijan en sus recovecos.
Lo que hasta hace dos décadas era uno de los restaurantes más famosos de la provincia de Valladolid, el Rancho Grande, es ahora un refugio de indigentes y zona de visita habitual de la Policía tanto Municipal como Nacional para comprobar que todo está en orden.
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El inmueble inacabado, que alberga un sinfín de peligros en forma de huecos de ascensor abiertos con vistas a un foso de más de diez metros de altura y otros boquetes tanto en sus tres plantas como en el garaje, viene siendo objeto de saqueos y vandalismo (sus paredes están repletas de grafitis) prácticamente desde que la constructora abandonó su construcción en 2010.
Y fue en 2016 cuando los vecinos alertaron de la ocupación por parte de indigentes de algunas de sus estancias, una situación que se mantiene desde entonces, sin que el tímido tapiado de su perímetro em 2021, cuando hubo un amago de retomar la construcción, haya evitado que se sucedan incidentes como el incendio de hoy desde entonces. Suma y sigue.
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El restaurante Rancho Grande, que cerró sus puertas en 2004, nació en los años setenta como una pequeña taberna que surtía al cercano cuartel de Intendencia de San Isidro, levantado unos años antes. Fueron afamados sus huevos fritos con puntilla que los militares fueron popularizando por la ciudad. Pronto se convirtió en un restaurante que durante 35 años sirvió bodas, bautizos y comuniones.
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