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«Las llamas superaban los diez metros de altura, a los pocos minutos de llegar se habían derrumbado la cubierta y una pared lateral y los Bomberos reconocieron que solo podían contener el fuego e intentar evitar que alcanzase a las naves colindantes –una planta ... de bobinado y otra de papel en sus laterales y otra, detrás, de distribución de ropa», relata el responsable de una de estas empresas, situada justo detrás de la planta de reciclaje de palés, Malsa, cuyas instalaciones de la calle Etileno, situadas en la ampliación del polígono de San Cristóbal, fueron literalmente devoradas por el fuego durante la madrugada de este jueves.
El aparatoso incendio, cuyo origen pudo ser, según todos los indicios, accidental, fue detectado al filo de las cinco de la mañana en el interior de la nave de hormigón, en cuyo interior se apilaba numeroso material combustible que ardió como una tea en segundos a pesar de los esfuerzos de cinco dotaciones, todas las disponibles, procedentes del parque de Bomberos de Canterac. «Lo ha destruido todo», reconocía por la mañana la propietaria de esta empresa familiar, con sedes en Valladolid y Palencia, dedicada al tratamiento y recuperación de palés y maderas y que fue fundada en 1989.
Los daños, aún por cuantificar, sumarán varios miles de euros si se tiene en cuenta que el fuego destruyó, además de la cubierta y una pared lateral de la nave, los palés y maderas acumuladas en su interior, así como un camión, varias máquinas portapalés y la maquinaria propia de la planta. Un destrozo que no pudieron evitar las decenas de bomberos que trabajaban durante más de diez horas para controlar, primero, el avance de las llamas; sofocar, después el fuego, y refrescar finalmente los restos de la nave.
Las labores de extinción, eso sí, lograron evitar que las llamas saltaran a la nave situada justo detrás, con entrada por la calle Metano. «Se ha metido agua por la medianera, pero afortunadamente hemos tenido suerte», reconocía su dueño al mediodía. Los solares situados a los lados de la nave de Malsa sirvieron también de cortafuegos y evitaron que las dos empresas situadas a continuación sufrieran daños. Tampoco ardieron los miles de palés apilados del lado del muro de la propia planta de reciclaje.
Las instalaciones, cuando los Bomberos aún trabajaban para rematar los últimos resquicios de humo en la cubierta, fueron inspeccionadas al mediodía por los especialistas de la Policía Científica, que constataron que «todo apunta a un origen accidental» del incendio en el interior de la propia empresa. Las labores de extinción en sí se prolongaron durante más de cinco horas. No hubo, al menos, que lamentar heridos.
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