Un frutero de Valladolid denuncia el acoso que sufre al vincularle con la muerte de un perro

Según fuentes jurídicas, diferentes web se han hecho eco de este supuesto suceso, que habría ocurrido el pasado 17 de diciembre en el barrio de la Victoria, y en donde se recoge que el frutero propinó una patada a 'Coki', después de que este orinase en la pared del local a pie de calle. El perro, de 14 años de edad, era propiedad de dos mujeres, G. S. y A. L., y murió días después, según la denuncia de sus dueñas, como consecuencia de la patada que le habría asestado el comerciante E. C.

Once días después de lo ocurrido, las dueñas aseguran que interpusieron esta denuncia, de la que el frutero «no tiene constancia ninguna a día de hoy». Fuentes policiales, sin embargo, confirmaron ayer que los hechos fueron denunciados en diciembre, y comunicados al Juzgado de Instrucción que estaba ese día de guardia. También se aportó el informe de un veterinario sobre las supuestas lesiones al can.

El pasado sábado, 4 de enero, la dueña, G. S., acudió a la plaza de Portugalete en donde la asociación de protección animal 'Libera!' montó un puesto informativo con el lema 'Convivencia Responsable'. Poco después, esta red informaba sobre la denuncia a través de su página de Facebook.

Desde ese momento, decenas de usuarios y asociaciones se han hecho eco del mismo, proporcionando información personal sobre el frutero del barrio de la Victoria, donde el comerciante está establecido «desde hace 40 años».

E. C. es conocido en esa zona de la ciudad por todos sus vecinos, ya que, como él afirma, «llevo aquí toda la vida y nunca he tenido problemas con nadie». Durante estos días «he sufrido amenazas, insultos, calumnias... Y yo no le he hecho nada al perro», comenta. El afectado no quiere «darle más bombo al tema hasta que no haya una resolución firme».

La denuncia del frutero, que ha recaído en el Juzgado de Instrucción número 6, se dirige contra todos aquellos que están viralizando sus datos personales, vertiendo información falsa y calumniando su nombre por redes sociales y en medios, algo que está afectando a toda su familia y que también tiene repercusión en su negocio del que, dice, «desde luego me está afectando en las ventas».

Según el frutero y otros vecinos próximos al establecimiento donde, supuestamente, sucedieron los hechos, las dos mujeres «van dejando los excrementos» del perro por cualquier sitio. «Nadie les puede decir nada, ya que sus respuestas no son para nada educadas». «Alguna vez les he llamado la atención, al igual que muchos vecinos, para que lo recojan, pero esto viene de atrás. Más de una vez han venido a incordiarme, chantajearme y gritarme mentiras delante de mis clientes», dice E. C.

En su denuncia por calumnias, el comerciante asegura que él no tiene nada que ver con este hecho, «ni siquiera se ha llegado a producir». Comenta, además, que le encantan los perros, «de hecho soy propietario de dos».

El abogado encargado de llevar la defensa del frutero, Jesús Verdugo, asegura que «no hemos recibido ninguna notificación, ni denuncia por maltrato animal por parte de estas señoras. Estos temas están muy vigilados por los Cuerpos de Seguridad y si fuese así, ya tendríamos noticias».

Verdugo afirma que «es una denuncia y una información falsa. Falsa, falsísima. No entiendo cómo se puede difundir algo de esta envergadura, sin haberlo contrastado».

«Por supuesto que mi cliente alguna vez les ha reprendido por sus actos, pero los hechos que se están contando en las redes sociales son falsos», subraya el letrado. Según el abogado, se están «vulnerando los derechos de este hombre», ya que ha recibido todo tipo de amenazas e insultos contra su persona y contra su familia. «Incluso han ido a insultarle y amenazarle a su negocio», lamenta Verdugo.

Las redes sociales 'arden' y en ellas se está difundiendo incluso información personal y de la frutería, cosa que está afectando mucho a la familia. «Es un asunto muy sensible y son cosas con las que no se puede jugar», dice el letrado. La jueza encargada del caso ya tiene en su poder un USB con multitud de capturas e imágenes que se han recopilado durante todo este tiempo, en las que se vierten una serie de acusaciones y calumnias contra el comerciante. «Se ha pedido también que se consulten las cámaras de seguridad que tienen en esa calle las sucursales de bancos y algunas tiendas» para comprobar los hechos.