
Defraudar al seguro es una práctica creciente en España y a ella no son ajenos ni los castellanos y leoneses, ni los vallisoletanos. En el ámbito de la comunidad autónoma, los casos se han duplicado con creces en los últimos seis años, al pasar del 0,8% en 2013, al 2,1% de 2019. La provincia, mientras, registró el año pasado una tasa de fraude del 1,7%, dos décimas por encima de la del ejercicio anterior, si bien dos por debajo de la media nacional. La estadística de la aseguradora AXA recuerda que estos delitos, en ocasiones socialmente tolerados, suponen «un pequeño porcentaje, pero acarrean un gran perjuicio para el sector» y advvierte de que el incremento se produce aun cuando el número de siniestros investigados como sospechosos es cada vez mayor y «los robots aplicados ala lucha contra el fraude permiten ser más proactivos e identificar más anomalías». A la vez, desde Línea Directa alertan de que el fraude «se resiste a descender pese a la mejora de la coyuntura económica y, en el caso del seguro del coche, el 5,6% de los siniestros declarados en nuestro país en los dos últimos años fueron falsos». Valladolid se sitúa algo más de un punto por debajo de esta tasa.
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Desde AXA destacan que «el uso generalizado de teléfonos móviles inteligentes ha facilitado la colaboración de los ciudadanos en la lucha contra el fraude al seguro», ya que son más numerosas las personas «que aportan grabaciones y fotografías de sus siniestros, sobre todo en el ramo de auto, para evitar la exageración fraudulenta de lesiones por los perjudicados». El seguro de auto sigue siendo el que concentra el mayor porcentaje de fraude, aunque ha caído diez puntos porcentuales: del 61% de 2013, al 51% del año pasado a nivel nacional. Simultáneamente el área de multirriesgos (hogar, comercio y oficinas y comunidades) representa el 37%, cae menos y presenta «una mayor versatilidad, imaginación y técnicas para delinquir». Entre las prácticas detectadas se encuentran la presentación de facturas falsas a la hora de indemnizar un siniestro, la falta de mantenimiento de los bienes del hogar o el aprovechamiento de eventos climatológicos reales para generar siniestros falsos.
El barómetro de AXA ofrece una visión por género, que revela que el 74% del fraude en auto, en España, lo cometen los hombres; una tasa que en Valladolid escala hasta el 80,4%, una de las más altas del país. Estos porcentajes son bastante diferentes en el ramo de hogar, donde los casos cometidos por hombre y mujeres están más equilibrados, aunque ellos siguen defraudando más que ellas. La relación en España es del 57% para los varones, por el 43% las mujeres. En la provincia vallisoletana, el fraude en hogar fue femenino en el 39,9% de los casos en 2019, casi dos puntos más que un año antes.
El perfil de género ofrece más diferencias: «el 71% de los fraudes que se cometen introduciendo daños preexistentes o anteriores al siniestro (fraude ocasional u oportunista), los llevan a cabo los varones; mientras que en el 40% de casos en los que los daños reclamados son reales o ficticios, pero todos han sido planificados con antelación (fraude premeditado), estos han sido perpetrados por mujeres, a pesar de que ellas solo representan el 32% de la cartera».
En cuanto a las prácticas que más aumentan, AXA cita las que tienen que ver con los temporales y las DANAS y las relacionadas con los patinetes eléctricos: se simula un daño material causado por el conductor de un patinete contra un tercero, que suele afectar a teléfonos móviles.
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Desde Línea Directa resaltan que el número de mafias que estafan al seguro se ha multiplicado por tres desde 2013 (han detectado más de 500 redes organizadas para estafar a las aseguradoras en España) mediante «estructuras muy jerarquizadas que se centran sobre todo en el fraude en daños corporales y suelen reclamar importes elevados (más de 10.500 euros de media)». Su 'modus operandi' consiste en «montajes realizados en rotondas y en colisiones por alcance que van realizando 'en carrusel' para engañar a distintas aseguradoras».
El fraude tiene un gran coste para la industria del seguro y para la propia sociedad, recuerdan, y en la última década lo cifran en más de 9.200 millones de euros sólo en el ramo de autos. «Pese a la recuperación económica vivida en los últimos años, los volúmenes de fraude permanecen estables y en el seguro de auto, su coste se incrementa». Línea Directa dibuja el 'fraude tipo' como el realizado por un tomador de la póliza joven (18-24 años), con empleo precario y que trata de recibir indemnizaciones o reparar daños que no son del siniestro. Esta última forma de picaresca se repite en el seguro de hogar, en el que casi dos de cada cien partes, calculan, son también una estafa y la mayoría están relacionados «con montajes o daños producidos con anterioridad a la contratación de la póliza».
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