Fotogramas, identificaciones y huellas señalan a las dos croatas como las autoras de robos en casas
Las acusadas niegan su implicación en cinco asaltos cometidos en otoño del año pasado
Son varios los aspectos que apuntan directamente a Loba Tomas y Romina Simic como las autoras de una serie de robos (solo se consumó uno) ... en distintos puntos de la capital vallisoletana durante el inicio del otoño del año pasado. Las dos jóvenes croatas (una de ellas ha sido madre recientemente en prisión) se han sentado este viernes en el banquillo de la Audiencia de Valladolid después de que hace menos de un año fueran detenidas por un delito continuado de robo con fuerza en casa habitada. Se enfrentan ahora a una pena de seis años y tres meses de cárcel cada una.
En una larga jornada en la Sección Segunda de lo Penal, fotogramas de una mirilla con cámara, la identificación por parte de dos víctimas y huellas señalan a las dos mujeres que en el otoño del año pasado, hospedadas en un hostal de Tordesillas, se movieron por Valladolid para intentar robar en pisos.
Las dos acusadas croatas, que han precisado de una intérprete de italiano para declarar a preguntas de sus abogados, se han ceñido en su inocencia para incidir en que no habían asaltados viviendas y que sus maletas fueron registradas sin su consentimiento. Estrategia, esta última, avanzada por las defensas para declarar la nulidad del procedimiento.
Más extendidas han sido las versiones de las víctimas, que en algunos de los casos han solicitado la instalación del biombo para evitar reconocimientos. La historia de los cinco robos en unas dos semanas arrancó en la calle Mercedes. La propietaria, que acababa de adquirir la vivienda, se topó con una cerradura forzada. Giró la mirada y vio que la de su vecino había sufrido lo mismo. «Fui incapaz de entrar. Tenía miedo de que estuvieran dentro, así que llamé a la Policía», ha relatado la víctima.
No la robaron nada, pero ese intento de incursión sirvió para que el Grupo de Robos inspeccionara todo el bloque. Y un piso más abajo dieron con una mirrilla con cámara que capta los movimientos de las personas que se acercan. Según el instructor del caso, en esos fotogramas estaban Loba y Romina, de forma sigilosa, bajando por las escaleras.
Donde sí que se perpetró el robo fue en la calle Estadio. Y según relata la propietaria en un lapso muy centrado. En unas dos horas. Salieron de casa y, ese tiempo, forzaron la cerradura para saquear, principalmente, el dormitorio principal. El listado de joyas, enumerado en Sala, fue interminable, a lo que la mujer añadió más objetos y más dinero. «El día que me dijeron que les habían detenido, me dio una gran satisfacción», ha remarcado la vecina de la calle Estadio.
El susto fue considerable para un vecino de la calle Concha Velasco. Después de comer, se fue a descansar unos minutos y se puso los auriculares. «Menos mal que ese día el gato se metió conmigo en la habitación», ha descrito. «Estaba un poco traspuesto y veo que el gato se pone en posición de bufar. Pensé que me había dejado algo en el fuego. Salgo al pasillo y me encuentro a una mujer joven que salió como una exhalación de mi casa. No pude reconocer el rostro, pero sí la complexión. Era bajita y con una larga coleta. Llevaba un plumas blanco», ha reconocido.
Este hombre llamó a la Policía y la Científica logró sacar una huella de la mirilla. Concretamente la de Loba Tomas, que colocó ligeramente parte de la palma.
«Me asomé a la ventana y vi a dos mujeres, una se dio la vuelta y miró para arriba», ha afirmado una de las víctimas
Un nuevo episodio se dio en la calle Capuchino, donde prácticamente se repitió el patrón de la calle Concha Velasco. Las dos sospechosas, al parecer, debieron llamar al timbre. «Sonó durante unos diez minutos, pero pensé que era una vecina. Así que pensé que luego la iba a ver», ha agregado el inquilino.
Pues no era la vecina, porque como según ha declarado este viernes escuchó «cuchicheos de varias personas», si bien no llegó a presenciar nada en el interior de su casa. «Me asomé a la ventana y vi a dos mujeres, una se dio la vuelta y miró para arriba», ha rememorado antes de señalar a Loba Tomas como una de las personas que vio.
La quinta moradora, en la calle Alcántara, según su versión, hasta tuvo que sujetar la puerta para que no entraran en su casa. «Escuché que metían algo en la cerradura. Pensé que era una persona que se había equivocado. Tuve que hacer fuerza para cerrar la puerta porque consiguió abrirla. Lo volvió a intentar una segunda vez, pero llamé a la Policía y puse el manos libre», ha apuntado esta mujer, que en ese momento estaba embarazada. Por la mirilla, según ha comentado, pudo identificar a Romina Simic.
«Hay daños psicológicos que no se van a poder pagar»
Cinco testificales que vivieron en primera persona lo que es que su casa sea asaltada. Algunos no estaban en casa cuando les intentaron forzar la puerta, en cambio otros han convivido con toparse de frente con personas en sus propios pasillos. El susto sigue presente. Han cambiado cerraduras, han puesto alarmas y ahora viven más pendientes después de que quedara ese poso psicológico. Una de esas situaciones la escenificó una de las víctimas. «Hay daños psicológicos que no se van a pagar. Porque he pasado unos días... Quiero que se haga justicia», ha afirmado una vecina de la calle Estadio tras finalizar su intervención.
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