Cuenta Conchi Ayala García (Valladolid, 1969), nueva presidenta del Foro Feminista, entidad que ha cumplido veinte años de historia en la ciudad, que desde muy joven fue consciente de las desigualdades. «Tengo un hermano, nos llevamos poquito, y en mi casa se daban los roles ... sexistas. Cuando llegábamos de clase, mientras a mí me tocaba poner la mesa, mi hermano se quedaba tumbado en el sofá. Yo protestaba, sin mucho éxito. Y cuando pedía explicaciones, mi madre contestaba:'Es que él es hombre'».
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–¿Ha escuchado esa frase en situaciones posteriores?
–No hace falta que te lo digan. La desigualdad es un hecho que se ve en el día a día. Están los techos de cristal, la brecha salarial, todavía queda mucho por andar en corresponsabilidad...
–¿Se ha avanzado?
–No lo suficiente. No basta con eso de:' Yo es que ayudo en casa'. Si, por ejemplo, la pareja tiene hijos, la corresponsabilidad se demuestra cuando también se compra ropa, se está al tanto de las actividades extraescolares, de las consultas médicas... Y eso, muchas veces, recae solo en la mujer.
–Valladolid acaba de aprobar su sexto plan de igualdad...
–Que de poco sirve si luego no se implementa, si no se lleva a cabo. O si no se hace, como es el caso, una evaluación exhaustiva del plan anterior, para saber qué medidas se han realizado, cuál ha sido su efectividad o cuáles son las deficiencias. Nosotras hemos colaborado con aportaciones, con un intenso trabajo que no sabemos si se tendrá en cuenta. Porque luego, cuando se presenta y se hace público, no nos dicen nada. Ahora hemos empezado reuniones con todas las concejalías, porque esta perspectiva igualitaria tiene que ser transversal.
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–¿En qué sentido?
–Por ejemplo, hemos presentado alegaciones al nuevo plan de viajeros de Auvasa, para pedir que se incluyan las paradas nocturnas a demanda, para garantizar la seguridad de las mujeres en su regreso a casa. Esto es algo que está muy vinculado con el mapa de los espacios del miedo, de esos lugares que las mujeres sienten como inseguros [calles estrechas, mal iluminadas...].Está muy bien el diagnóstico, pero luego hay que tomar medidas para que no se quede solo en el papel.
–¿Qué otras acciones consideran necesarias en la ciudad?
–Queremos llevar una moción al pleno para que Valladolid se adhiera a la red de municipios libres de trata y prostitución, en la que apenas hay integradas una docena de localidades de Castilla y León (como Zamora, Ponferrada Cuéllar, León o Miranda de Ebro).
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–¿Eso qué supondría?
–Por un lado, se reforzarían las medidas de prevención y sensiblización a nivel local para desincentivar el consumo de prostitución. Yse garantizarían recursos habitacionales para mujeres en contexto de prostitución, acompañándolas con atención psicológica, orientación laboral y formativa. Hace poco se cerraron los prostíbulos de la avenida de Burgos con una operación policial... ¿sabemos qué paso con las mujeres que trabajaban en ellos?
–¿Lo sabemos?
–Pues que la mayoría acabaron en pisos, en otros prostíbulos, bajo el dominio de otros proxenetas. Hay que trabajar para que desde la administración se les ofrezcan soluciones habitacionales y programas que les permitan salir de esa situación. Valladolid no los tiene. Sí que trabajan algunas ONG, pero hay que ofrecer más recursos para que estas mujeres puedan vivir dignamente y escapar de esa situación de esclavitud, la máxima expresión de violencia.
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–¿El caso de Rocío Carrasco ha ayudado a visibilizar los casos de violencia o maltrato?
–No he visto el programa. Pero, por lo que sé, hay dos cosas que me interesan. La primera es que se ha visibilizado la violencia vicaria. El programa puede ayudar a que se conozcan términos, aunque está la amenaza de que se quede en la superficie y no analice las verdaderas raíces del problema. Lo segundo es esa crítica a que la denuncia pública se ha hecho 'cobrando'. Recuerda al caso de Nevenka, cuando se decía:«Como es rica y del PP...». Por desgracia, la violencia hacia las mujeres no entiende de clases sociales y atraviesa a toda la sociedad.
–Apelan a la educación...
–La educación afectivo sexual tiene que convertirse en un punto esencial del currículo educativo. Y no basta, como ahora, con enseñar cómo se pone un preservativo o informar sobre las enfermedades de transmisión sexual. Eso está muy bien, pero es insuficiente. Porque si los jóvenes no tienen información sexual de calidad, la buscarán por su cuenta en Internet. Y ahí se topan de lleno con la pornografía. Los últimos informes dicen que la edad media de inicio en el acceso al porno son los 12 años. Y la pornografía es una ficción irreal. Piensan que eso que ven (el sexo en grupo, la simulación de violaciones)es lo que les gusta a las mujeres. Y luego tenemos agresiones sexuales como las de la manada.
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–¿Cómo ha afectado la covid?
–Las mujeres hemos estado todo este tiempo en primera línea:asistiendo a mayores, en la ayuda a domicilio, en servicios esenciales (como sanidad, los supermercados...). Pero en muchos casos esa aportación ha sido invisibilizada. Están las situaciones de violencia agravada, con mujeres que han tenido que convivir durante meses con sus agresores. Y luego, la desigualdad que generan situaciones como la brecha digital.
–El debate ahora se ha centrado en la llamada 'ley trans'.
–Nos apoyamos en las reivindicaciones de la agenda feminista. Biológicamente, el hombre nace hombre y la mujer, mujer. Y luego hay una construcción social, que es el género, que nos quiere hacer diferentes. Eso es lo que queremos abolir. Queremos terminar con los géneros, no multiplicarlos. El feminismo es un movimiento político y social que ha estado con todas las causas de los más vulnerables y en favor de los derechos humanos. Ytenemos claro que cualquier discriminación, por pequeña que sea, se tiene que denunciar. Pero en un momento en el que se estaba empezando a terminar con los roles de niño/niña, asusta y preocupa ver que se empiezan a resaltar de nuevo. Porque la doctrina 'queer' pretende que la biología y el sexo es una construcción social, cuando en realidad es el género.
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–Por lo tanto...
–La autodeterminación de género con una sola inscripción registral puede generar inseguridad jurídica. Para cualquier otra situación hay que presentar documentación (en un caso discapacidad, de maltrato, para un simple cambio de domicilio...). Consideramos que la ley 'trans' es retrógrada, que nos retrotrae a situaciones de años atrás porque perpetúa los roles de género. Y por decir esto y alertar de posibles inseguridades (en el deporte, en el acceso a ciertos servicios...) se nos acusa de 'transfobia'. Hay países con normas similares que ahora dan marcha atrás. Nos preocupa sobre todo la hormonación de menores, que es irreversible. Hay que ayudarles en su recorrido, pero no dependiendo de la farmacia.
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