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Rosa Gil, Miguel Pérez, Victoria Soto y Jezabel Lucas, al inicio del encuentro en El Norte de Castilla RAMÓN GÓMEZ
Formación y sensibilización, herramientas esenciales contra la violencia vicaria

Formación y sensibilización, herramientas esenciales contra la violencia vicaria

Victoria Soto, Jezabel Lucas, Rosa Gil y Miguel Pérez participan en una jornada de El Norte para analizar la situación desde el punto de vista educativo, universitario, judicial y social

Miércoles, 30 de noviembre 2022, 00:05

La expresión más cruel de la violencia de género. Así es y debe ser definida la violencia vicaria, instrumental o de sustitución por causa de género. Aunque la terminología 'vicaria' no refleja con precisión el significado de la misma lo realmente importante es visibilizar la problemática. «Los ajustes terminológicos llegarán con el tiempo», señala Miguel Pérez, director del Máster de Estudio y Prevención de Violencia de Género de la Universidad de Salamanca.

La Hemeroteca de El Norte de Castilla acogió en la mañana de ayer la Jornada 'Violencia Vicaria: una realidad', organizada por el decano de la prensa diaria en España, en colaboración con el Ayuntamiento de Valladolid, con el objetivo de visibilizar la parte más dura y dolorosa de la violencia de género desde diferentes disciplinas. En la mesa redonda participaron como ponentes Victoria Soto, concejala de Educación, Infancia Juventud e Igualdad del Ayuntamiento de Valladolid; Jezabel Lucas, doctora en Sociología y miembro de la Cátedra de Género de la Universidad de Valladolid; Rosa Gil López, expresidenta de la Asociación de Mujeres Abogadas, y Miguel Pérez, director del Máster de Estudio y Prevención de Violencia de Género de la Universidad de Salamanca.

Todos ellos abordaron la temática de la violencia vicaria desde el punto de vista de sus disciplinas. Educación, universidad, tribunales y ámbito social fueron algunos de los campos disciplinares que se trataron durante las casi dos horas que duró la jornada. Acompañadas por mujeres representantes de Aprome, Federación Antonio Machado, Foro Feminista y Asociación de Mujeres de la Rondilla. los ponentes coincidieron en que la violencia vicaria es «un problema grave que comienza a ser visibilizado, pero todavía tiene mucho camino por recorrer y aspectos por mejorar y conseguir».

Violencia vicaria: qué, cómo y por qué

«Como buen académico me gusta el rigor terminológico. Lo de violencia vicaria se lo inventó alguien que se dedica al 'coach' y no a la Psicología. El termino vicario hace referencia a un tipo de aprendizaje que todos tenemos. Vicario es sinónimo de imitación». Así comenzó su intervención Miguel Pérez, profesor titular de la Universidad de Salamanca e investigador de la violencia de género desde hace más de 20 años.

Con el objetivo de asentar las bases terminológicas de la problemática, el profesor universitario ha explicado qué se entiende por violencia vicaria: «La violencia de sustitución por causa de género se denomina así por sustituir el daño directo a la mujer por la utilización de los hijos como instrumento para hacer daño indirecto a la madre. El objetivo es infringir el mayor daño posible a la mujer sin tocarla físicamente».

No obstante, puntualizó que «el daño va aumentando a medida que se infringe», provocando daños psicológicos tales como «ansiedad, depresión, sentimientos de culpabilidad, ceder antes el chantaje emocional tanto en la madre como en los hijos, déficit en solución de problemas, sumisión ante la pareja, miedo», especifica Pérez.

A la pregunta de por qué el maltratador infringe este daño y de esta manera, el experto en violencia de género ha sido rotundo: «El maltratador cuando encuentra dificultades para seguir ejecutando la violencia sobre lo que considera su propiedad privada o patrimonio, porque la mujer ya no reacciona o porque las leyes o la justicia se lo impiden, busca y encuentra otro modo de continuar ejerciéndola y es a través de las personas más vulnerables y queridas para ella como son sus hijos».

Tribunales de justicia

Rosa María Gil López cuenta con 43 años de experiencia como letrada en activo y han sido muchos los casos de violencia de género y violencia vicaria que ha tratado. Su intervención comenzó con un recuerdo al caso de Ángela González Carrero: «Interpuso más de 30 denuncias porque temía por la vida de su hija y no le hicieron caso hasta que el maltratador asesinó a su hija. El Comité condenó al Estado Español por diligencia y el Tribunal Supremo reconoció el fallo. Por aquel entonces ya fue tarde», señala Gil.

Tras años de experiencia y numerosos casos tratados, Rosa María Gil, apunta que la frase que tiene que hacer sonar todas las alarmas respecto a violencia de género y violencia vicaria, más concretamente, es la de 'Te voy a quitar a nuestros hijos'. Una expresión que en numerosas ocasiones se trata como normal o «sin peligro», pero que esconde «un trasfondo peligroso».

«Es muy habitual escuchar esta frase durante un divorcio o separación amistosa. Con esa expresión se están dando claros signos de violencia vicaria que debería hacer saltar todas las alarmas. Llevo temas de derechos de familia y es muy habitual escuchar esa frase», relata con conocimiento de causa la abogada.

Trabajadores sociales

Si hay algo que está claro es que los trabajadores sociales, profesionales que ayudan, apoyan y protegen a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad o en peligro de exclusión social, así como a aquellas que tienen problemas sociales o emocionales, son los primeros en detectar y trabajar con las personas víctimas de este tipo de violencia. «Somos los primeros que estamos en contacto directo con la materia», esboza Jezabel Lucas, miembro de la Cátedra de Género de la Universidad de Valladolid.

«Nuestra gente joven tiene vocación, pero les faltan herramientas de sensibilización para poder actuar. En todas las áreas, drogodependencia, personas mayores, migraciones, está presente la violencia de genero. Desde la Cátedra de Género estamos insistiendo en que en los grados se sensibilice sobre violencia de género con materias específicas», argumenta la doctora en Sociología por la Universidad de Valladolid.

Educación y formación

«Los colegios demandan formación en temas de igualdad y contra la violencia y también sobre la educación sexual no solo en los propios centros sino en foros», explica Victoria Soto, concejala y antigua profesora de Educación Secundaria. Lo cierto es que una base sólida, en cuanto a educación se refiere, es «primordial» para continuar avanzando y mejorando los aspectos negativos de esta lacra.

«En Secundaria hay dejación por parte de todos porque las familias piensan que los chavales son maduros. Ahora las redes son incontrolables y los padres no saben de quién están aprendiendo. En esos cursos hay que emplearse a fondo. Los ayuntamientos no tenemos competencias para incidir en la Educación Secundaria y lo hacemos desde los espacios jóvenes», esboza Soto, en referencia a la necesidad de asignaturas específicas sobre esta temática en la enseñanza.

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