Los floristas ajustan precios de ramos y centros ante una festividad con «un ligero descenso» de ventas

Los floristas vallisoletanos coinciden en mantener los precios para no repercutirlos en el cliente para que no se resienta el volumen de ventas, que este año «ha descendido de forma ligera» en la mayoría de los negocios especializados.

Esta fecha, la de Todos los Santos es para ellos la tercera en importancia en la campaña anual por detrás del Día de la Madre y San Valentín y supone un 20% de media de la facturación anual.

Con una media de gasto que ronda los 30 euros en ramos o centros florales funerarios, el cliente va a la tienda «con el presupuesto ya cerrado y aunque se gasten lo mismo que otros años asumen que el centro o ramo vaya con alguna flor menos o se opte por opciones más baratas, a veces nos lo transmite el propio cliente», explican desde Floristería Cala, en la calle Padilla. Para este negocio , que lleva 35 años en activo, esta campaña está siendo «algo más floja que el año anterior y coincide en puente, por lo que mucha gente opta por marcharse fuera y no comprar flores a sus difuntos. Las ventas están más dispersas».

Las incineraciones hacen mella también en el volumen de ventas que aprecian para el Día de Todos los Santos desde hace unos años así como el hecho de que sean las personas mayores sus potenciales clientes en estas fechas. «También la gente joven que ha tenido una pérdida reciente de un familiar cercano suelen comprar los dos o tres primeros años», aseguran desde la la Asociación Española de Floristas (Aefi).

La demanda del mercado vallisoletano se completa con la importación de paniculatas, rosas, hortensias y claveles de países como Holanda, Colombia, Kenya o Ecuador, entre otros. «El crisantemo sigue siendo el rey de esta fecha y al tener producción propia podemos mantener su precio, aunque nos hemos visto obligados por primera vez a cobrar un suplemento de 1 euro por el envoltorio debido al encarecimiento del plástico, que repercute en los envoltorios, los tiestos, la decoración o los lazos», explican Borja Rabadán, desde el negocio familiar Viveros Rabadán.

No solo las flores como tal han aumentado su valor, también plantas como el ciclamen, la artemisa que se emplea en los ramos, el brezo o el rosal enano han triplicado su valor, «pasando de costar 0,50 céntimos a 1,50 euros», apuntan desde el vivero vallisoletano.

China es el mayor competidor en estas fechas y el mercado de las flores se ve tocado por otro gigante, Rusia, que era hasta hace unos meses el mayor consumidor de flores del mundo. El veto europeo ha influido también en el mercado floral. «Era el mayor cliente de uno de los países productores como es Holanda y lo que sucede ahora es que los agricultores producen menos y a unos precios más caros, como sucede con la orquídeas, aunque cueste más encontrar algunas flores, en ningún caso hay desabastecimiento», puntualiza Fernando Ríos, el vicepresidente de la Asociación Española de Floristas (Aefi).

Desde la red Interflora y la Asociación de Floristas apuestan por «fomentar la estacionalidad de la flor y apostar por la producción local o de kilómetro 0 como primera opción. Aquí tenemos muy buena calidad y buena materia prima en rosas, hortensias, claveles o paniculatas, que crecen en distintos puntos como Chipiona, Murcia, Valencia, Cataluña o Galicia», finalizan desde la Asociación.