Mario Navas, novillero

«El toreo es un dogma, y me hace muy feliz»

- Hijo de Félix Navas 'El Cuqui', supongo que lo de ser torero le viene inscrito en la genética.

- No sé, y la verdad es que mi padre no nos animaba a ser toreros, aunque tampoco nos ponía ninguna traba a ir conociendo el mundo taurino. Él mejor que nadie sabe que se pasa mal, que hay riesgos. Pero siempre me ha ayudado.

- ¿Ya mostraba buenas maneras de niño?

- No sé, lo que sí recuerdo es que de niños, en casa, jugaba mucho con mi hermano al toro, a torear. Eso sí.

- Y, ahora y aquí, ¿es el momento de dar el paso, de hacerse matador?

- Sí, sí. Había que dar el paso ya. Me hubiera gustado torear más novilladas, formarme más, pero las sensaciones que tengo son muy buenas, realmente. Y, además, es un momento personal idóneo, muy adecuado para tomar la alternativa. Me encuentro muy bien, muy tranquilo.

- Daniel Luque, Juan Ortega, Juan Pedro Domecq, aquí, en su casa; parece unaalternativa pedida a los Reyes Magos…

- Es un lujo, no tengo ninguna duda, y me siento privilegiado, mucho. Siento que no sea el maestro Morante mi padrino, pero Daniel Luque es otro torero de máxima importancia, una figura del toreo, y Juan Ortega, otro maestro de mucha categoría. Y los toros, con una ganadería de leyenda como es Juan Pedro. Sé que es una ocasión única, tan especial, que estoy muy ilusionado, y con ganas de triunfar.

- ¿Cuáles han sido sus referencias para avanzar como profesional, en quién se ha fijado?

- Mi entorno me ha influido, claro. Mi padre, Manolo (Sánchez), y otros como el propio Morante, y figuras históricas como Rafael de Paula, Belmonte...

- Y en qué estilo o bajo qué concepto encaja usted mejor en su expresión delante del toro, en el ruedo: arte, elegancia, clasicismo. Elija.

- Pues creo que mi modo de torear es clásico. Sí, creo que el clasicismo es lo que mejor me define.

- ¿Decidir ser torero ha condicionado su infancia, su juventud?

- Yo no lo he percibido así. De verdad, yo me he divertido cuando tenía que divertirme, como todos los jóvenes, y no me ha privado de nada ni condicionado. El toreo es un dogma, y yo soy muy feliz con esta profesión.

- Aunque, ahora, entiendo que la cosa se va a poner más seria…

R.- Sí, claro. Hay más corridas que novilladas, pero hay mucha más competencia, además de la exigencia del toro, que es mayor. Pero no me voy a comer la cabeza, aunque haya pocos huecos yo pienso ir avanzando, haciéndome un nombre y un lugar en las ferias.

- ¿Quizá le toque anunciarse con ganaderías duras, con reses más exigentes?

- Bueno, yo también he toreado novillos de Santa Coloma, por ejemplo, no siempre Domecq. Pero tampoco veo inconveniente en lidiar otros encastes, siempre que permitan que yo haga mi toreo, claro.

- ¿Y su apoderamiento?

- Cerca de mi está Manolo Sánchez, que siempre me echa una mano. Y le estoy muy agradecido por todo lo conseguido. En un futuro, pues Dios dirá.

- Se le ha visto por el estadio José Zorrilla, ¿es usted futbolero?

- No en exceso, aunque me gusta. Y ver ganar al Real Valladolid me alegra, aunque soy más de ver partidos importantes, como finales de campeonatos.

- Antes de que nos den el tercer aviso quienes se encargan de distribuir el espacio en estas páginas, en El Norte de Castilla, ¿a quién va a brindar el toro de la alternativa?

- (Silencio breve). Pues… no lo tengo pensado. Lo decidiré sobre la marcha.