Palencia y Valladolid, pendientes de Roca Rey tras su cogida en Bilbao

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Una faena que causó la conmoción del público y un reconocimiento absoluto por parte de la plaza. Los calificativos hacia el torero tras lo vivido en Bilbao se resumen en admiración por el espectáculo taurino que concedió. Cuando pretendía poner el broche final a una tanda sin un pero, intentó un muletazo que no fue secundado por el toro, quien le atropelló con dureza. Aún ensangrentado y con la mirada perdida, se puso de frente de nuevo a su 'rival' hasta finalizar con una contundente estocado.

Tras esto, Roca Rey se retiró a la enfermería y confirmaba así que no podría lidiar al sexto toro. O así lo pensaba el público y hasta los médicos, que le recomendaron permanecen en la enfermería. De nada sirvió esta negativa y se hizo la luz en la ciudad bilbaína al verle aparecer en el callejón. Un acto alabado por la plaza que siguió con la piel de gallina en un tercer duelo que no dejó indiferente a nadie. Con evidentes gestos de dolor y algún 'traspiés' que hizo temblar a los asistentes, finalmente el peruano consiguió pasear las dos orejas y dar una vuelta al ruedo absorbido por la emoción de los espectadores.

Sin embargo, y a pesar de la fortaleza con la que combatía el dolor de la cogida para batirse al último toro, el diagnóstico preocupa y es lo que le ha obligado a alejarse esta tarde de la plaza de Bilbao y ser sustituido por Talavante. El diestro hacía pública en sus redes sociales su ausencia hoy en Vista Alegre tras confirmarse las policontusiones cráneo faciales, contusiones en la parrilla dorsal costal y tendinoplastia en rodilla derecha. Aunque ya le han dado el alta, los facultativos recomiendan reposo físico absoluto y evitar cualquier movimiento brusco debido al fuerte impacto.