Matices en una tarde de niños y de pipas

No es todo blanco o negro, la vida está llena de matices. También los toros. La feria taurina de la Virgen de San Lorenzo se cerró con una corrida de rejones en la que los jinetes fueron los portugueses Rui Fernandes y Diego Ventura, aunque solo el primero iba vestido a la portuguesa, y el madrileño Sergio Galán. Tanto el lisboeta, que actúo en tercer lugar, como el madrileño vestían traje corto. Matices.

Muchos abonados pasaron sus entradas a familiares y amigos, incluso algunos lograron vender sus asientos. Al taurino con mayúsculas no le gusta el toreo a caballo, pero a muchos aficionados, sí. Matices.

Tardes como la del domingo, los tendidos y gradas se llevan de niños. Había muchos, aunque quizás no tantos como otras veces. Y pasa un poco como en el cine. Allí el entendido odia las palomitas, mientras que en las plazas de toros odian las pipas. Pues en la última de feria se vendieron más pipas que ninguna otra tarde. Cuestión de matices.

En cualquier caso, algunos abonados piensan que la afición también puede llegar con el toreo a caballo y llevan a sus hijos y a sus nietos al coso de Zorrilla. Así, por ejemplo, Francisco Peña y Ana Arranz, disfrutaron de la tarde con sus pequeños, Adrián, de 9 años, Marco, de 5, y Carlos, de 3. Aunque el mayor reconocía que prefiere ver a los toreros a pie. Estos ribereños, él es de Valbuena de Duero y ella de Pesquera, confían en que sus hijos mantengan el gusto por la fiesta de los toros.

Dicen los entendidos que ha cambiado mucho la afición. Todo cambia. Algunas cosas para mejor y otra para peor. Decía este domingo una abonada de toda la vida, que además es hija de mozo de espadas, pero que no soltaba su nombre ni por despiste, que estaba más que conforme con el que ha ejercido de presidente de la plaza este año porque ha sido muy serio y ha dado solo las orejas convenientes. Defendía ella que a los diestros ya confirmados hay que exigirles más y que hay que ser benevolente con los más jóvenes para que tengan más oportunidades y les contraten en otras ferias. Sin embargo, una amiga, también abonada y también muy entendida, consideraba el sábado que hay demasiado reparto de orejas. Matices.

La misma abonada de antes llamaba la atención sobre la presencia de una aguacililla por primera vez en la plaza de toros de Valladolid y se alegraba porque «antes las mujeres no pinchaban ni cortaban nada en las plazas de toros». Ojo que la de aguacilillo-lla no es una figura menor en una plaza de toros. Según describe el diccionario de la Real Academia de la Lengua es «cada uno de los dos alguaciles que en las plazas de toros preceden a la cuadrilla durante el paseo, y uno de los cuales recibe la llave del toril de manos del presidente, y queda luego a sus órdenes durante la corrida». También hemos podido ver dos mulilleras. Tampoco esta figura sobra en el albero puesto que son los encargados de preparar a las mulillas y dirigirlas en la plaza.

Las cosas cambian, ya decíamos el primer día que hay veterinaria y no solo veterinarios y confiemos en que pronto haya presidentas en la plaza de toros de Zorrilla y no solo presidentes. Aquí no hay matices.

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