Secciones
Servicios
Destacamos
Nieves Caballero
Valladolid
Jueves, 8 de septiembre 2022, 21:33
Primera corrida de abono de una feria taurina de la Virgen de San Lorenzo más bien corta, solo tres corridas más los rejones del domingo, y la verdad es que faltaba un poco más de animación en la plaza. Demasiados huecos en los tendidos. Aunque ... es cierto que la presencia de algunos pequeños demuestra que no está todo perdido y que la afición taurina se mantiene en algunas familia. Aunque como dice una amiga mía de cuyo nombre no pienso acordarme, no son necesarios los antitaurinos para cargarse esto, más bien se valen solos algunos que están dentro del negocio.
En la plaza de toros del Paseo de Zorrilla había muchas caras conocidas para ver a El Fandi, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque, pero pocos visitantes y algún que otro susto pero en los tendidos, no en el albero. El susto lo protagonizó el bodeguero Luis Sanz que resbaló al sentarse en su asiento de abono y arrastró a su mujer, Mari Luz Sanz, en su caída al suelo. Pero lo dicho, todo quedó en un susto sin mayores consecuencias.
Ambos pudieron asistir a las faenas, después de que al bodeguero le atendieran en la enfermería de la plaza. Acompañaba a los abuelos una de sus nietas, en concreto Irene Sanz Garijo, que parece que garantiza la continuidad de la afición taurina en esta saga bodeguera de Ribera del Duero. Poco después llegaba a la plaza la enóloga de Dehesa de los Canónigos, Belén Sanz Cid, una de los cuatro hijos del matrimonio, ahora pendiente de la vendimia. No eran los únicos bodegueros.
Otros que parecen dispuestos a mantener la afición son los hermanos Manuel y Jaime Alonso Copa, de 6 y 3 años, respectivamente, que estaban acompañados por sus padres, Manuel Alonso Talegón y Lourdes Copa. Los pequeños no pestañeaban si siquiera cuando los diestros entraban a matar. El progenitor explicaba que en San Román de Hornija, de donde procede la familia de ella, todos los días de veranos y los fines de semana una treintena de niños juega a los toros con un carretón que él mismo ha preparado con unos cuernos de buey. Eso me recuerda a mi niñez en Cigales con el carretón de mi amigo Luis Ángel Conde. Lo pasábamos pipa.
Quien por el momento sí que prefería distraer la mirada hacia otro punto de la plaza en la suerte de recibir es Carlota Vicario, de 9 años, que se encontraba en el coso con su abuela Rosa María Sierra. Esta última comentaba que sus dos nietas no se pierden ni una corrida en la televisión, ven las de Bilbao, las de Sevilla, las de Las Ventas, etcétera. La abuela lleva 25 años de abonad. Carlota confesaba que el domingo pasado en la final de Corte Puro tuvo que salirse en el segundo toro porque no aguante ver como los cortadores se acerquen tanto a los astados. «Se pegan mucho, les pasan rozando», aseguraba.
Otra que lleva toda la vida de abonada es Lourdes Sánchez Capellán, quien destacaba al finalizar la corrida que Daniel Duque había estado «sublime» en el tecer toro de la tarde. Por esa faena salió a hombros. Los tres diestros andaluces se enfrentaron a seis toros muy bien presentados de la ganadería Fuente Ymbra, según subrayaba antes de las seis de la tarde la veterinaria Almudena Aguado, que es el segundo año que forma parte del equipo de veterinarios de la plaza de Zorrilla y cumple así su sueño. Se trata de la segunda mujer que actúa como veterinaria en el coso de Valladolid a lo largo de sus más de 130 años de historia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.