![Los componentes de The Hives, ataviados con su tradicional estilo en blanco y negro, durante el concierto.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202209/11/media/cortadas/hives-kTv-U18018083295vOD-624x385@El%20Norte.jpg)
![Los componentes de The Hives, ataviados con su tradicional estilo en blanco y negro, durante el concierto.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202209/11/media/cortadas/hives-kTv-U18018083295vOD-624x385@El%20Norte.jpg)
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Fundido a negro, música tenebrosa (acompañada de una enorme luna llena), luces arriba y arranque a golpe de batería saludaron la sonora entrada de la banda sueca The Hives para dar paso sin respiro a su clásico 'Come on (vamos), come on (vamos)'... Y así ... hasta cuarenta y cuatro 'camones' escoltados por un par de 'one, two, one, two, one, two, three' (un, dos, tres...) encabezaron la presentación en el ágora vallisoletano del rock puro del quinteto encabezado por un incombustible, y casi contorsionista, al más puro estilo Mick Jagger (y en cierto modo sus movimientos lo evocaban), Howlin' Pelle Almqvist. Sí sí, con 'v' entre la 'q' y la 'i'. Puro 'garaje rock' procedente del país escandinavo, pero aderezado por un más que notable nivel de castellano de un líder que se arrancó en más de una ocasión en el idioma local para saludar a «mis queridos amigos castellanos». Decibelios por un tubo acompañaron después de su ya sencillo, y mítico, 'Come on' inicial –un himno habitual que abre sus conciertos–, ante un público que esta vez no llenó la Plaza Mayor, pero que sí ocupó más de media entrada para levantar los puños al alto con el tradicional cuerno rockero para acompañar, y muchos conocían parte del repertorio, un potente directo que sacudió el corazón de la capital.
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Ataviados con su tradicional estilo retro en blanco y negro, con camisas con chorreras incluidas, el quinteto sueco tiró de su veterano repertorio para presentar, en palabras de Pelle, a «los campeones de música rock del mundo». Su directo, en cualquier caso, potente es. Ya lo demostraron hace siete años, en 2016, en su paso por el Sonorama (Aranda de Duero) y nuevo lo volvieron a hacer anoche, ante un público entregado en las primeras filas, con temas iniciales procedentes de su disco de mayor éxito ('Veni, Vidi, Vicius'), publicado en un lejano año 2000, como su 'Main Offender', una canción que oculta perlas (en inglés, claro) como 'estoy atrapado en formas de ser un culo y tengo un montón de nervios que estoy listo para pasar'.
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J. Sanz
Nervios, desde luego, no mostró un incansable 'Per' Almqvist a la hora de preguntar al respetable, siempre en un aceptable castellano (y se esforzó), si quería «más caña». Y la dio. Siempre con sus continuos movimientos de contorsionismo y malabares con un micrófono con cable (nada de inalámbricos) del que salió el potente repertorio del segundo concierto de un grupo internacional de las fiestas (después del multitudinario paso de Jason Derulo), que no defraudó. Una apuesta segura sobre el escenario de unos representantes ilustres del rock puro más añejo en pleno siglo XXI que concluirá su minigira por España (solo aquí se pudo ver gratis) en Madrid tras pasar por Barcelona. Gracias. Mis queridos amigos suecos.
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