

Fiestas de la Virgen de San Lorenzo
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Fiestas de la Virgen de San Lorenzo
Siloé llena de amigos Valladolid: su concierto de colegueo con Arde Bogotá, Sexy Zebras y Viva SueciaSuena una armónica solitaria en el centro justo de la Plaza Mayor. El concierto ha empezado, el escenario está vacío y la voz de Fito ... Robles, el cantante de Siloé, lanza las primeras estrofas de 'La verdad'. Arropado por el público, incrustado entre sus fans. Solo su voz, su armónica, su guitarra, un foco que le apunta... y miles de amigos a su alrededor. Una pandilla de colegas en el corazón mismo de Valladolid.
Lo de esta noche bien podría ser un corre pilla en el patio del colegio. O una tarde entera de pipas en un banco en Canterac. O una quedada para echar un Fifa. Una pachanga en el descampado. Una madrugada en cualquier bar. Podría ser una excursión al campo este domingo o el que viene. Una despedida de soltero (incluso aunque no haya soltero que despedir). Un viaje a Ibiza. Un cine, una tarde de compras, una cañita fresca, un grupo bestia en el whatsapp, un nos vemos luego porque sí. Lo de esta noche, en plenas ferias, en estas fiestas de Valladolid, es un homenaje en vivo a la amistad, un monumento al colegueo, un concierto entre compañeros que se montan macrofestival.
La banda vallisoletana Siloé ha reunido en un mismo escenario a algunos de sus mejores amigos de la escena musical. Y el resultado es espectacular. Un álbum de cromos con lo mejor del indie patrio. La sola enumeración apabulla: Sexy Zebras, Viva Suecia, La habitación roja, Besmaya, Rubén Pozo, Arde Bogotá. Y además, Paco Cebrián (productor)y Dani del Lío. Un lujazo salido de esa agenda de contactos que tienen en el móvil Fito Robles, Xavi Road y Jaco Betanzos. Siloé ha citado a los colegas en Pucela y juntos se han puesto a cantar.
«Esta noche hay mandanga», promete Fito, artista espídico cuya cabeza suele ir veinte pasos por delante, siempre convencido de que todo es poco, como esos amigos llenos de planes con quienes es imposible no quedar, porque sabes que siempre tienen algo divertido e inesperado que ofrecer. Como aquel que cada finde dice hoy de tranquis y al final es el último en volver a casa. Pues eso, mandanga.
Este fiestón de buena música –que sigue con 'Sangre en las venas' (y el escenario lleno de confeti), con la poderosa 'Sombra de ti', con 'La niebla'– nos recuerda que uno es más amigo de sus amigos cuando comparte una canción. Que el nudo se hace más fuerte cuando cantas a coro un estribillo con los colegas. Que no hay como saltar al tiempo con una melodía para sentir que se ha estrechado la conexión con los demás. Piensa en todo el público que esta noche se ha acercado hasta esta plaza. Piensa en estas miles de personas reunidas, cada una con sus neuras, sus historias, sus miedos y certezas a cuestas. Piensa en este hormiguero de pies que marcan el ritmo, de cuerpos mecidos al compás, de gargantas que juntas cantan aunque en apariencia tengan poco que ver.
Hay miles de extraños pisando baldosa en la Plaza Mayor y, de pronto, mientras cantan al tiempo, descubren que están afinados en la misma clave, que son una notita pequeña (menos que una fusa, que una semifusa incluso), pero que suenan más afinadas que nunca en medio de este compás. Es el poder de la música compartida. La sensación de no estar solo, de que hay algo más grande que trasciende al individuo. Y eso, sin necesidad de ponerse filosóficos, o sí, qué coño, eso es la amistad: saberse más grande de lo que eres en solitario.
La letra de 'Cierra los ojos' parece escrita para una pareja, pero bien podría serlo para un amigo incondicional: «Cierra los ojos y ven conmigo al borde de este precipicio». Lo canta Siloé en compañía de Sexy Zebras en uno de los primeros cruces de la noche. Viene luego 'El poder', con Besmaya (camiseta del Pucela incluida). Junto a La habitación roja se sacan 'La oposición' y saborean un 'Amor amargo' al lado de Rubén Pozo. Arde Bogotá se acerca con uno de sus temas, 'Qué vida tan dura', y Valladolid se enciende entonces hasta límites insospechados, para no apagarse, ni mucho menos, cuando con Viva Suecia comparten dos canciones, una propia ('Que merezca la pena') y otra de los murcianos ('Bien por ti').
«Somos como una familia, la esencia de la vida, la paz, la melodía que cura», canta este último grupo en uno de sus temas. Y dejan así claro que la amistad también es clave para fraguar aventuras musicales. Los de Sexy Zebras dicen que se conocen desde que eran unos micos en el barrio (Hortaleza, Madrid). Los de Viva Suecia salían de fiesta por su Murcia natal cuando se les ocurrió el nombre del grupo. Los de Arde Bogotá habían coincidido (incluso sin saberlo) en guardería, instituto y grupos de adolescencia en la playa. Y ahora, todos ellos, comparten escenario con unos amigos de Pucela que los han invitado a cantar.
En esta noche feliz e irrepetible suenan también 'Esa estrella', 'Que merezca la pena', 'Nada que se parezca a ti' (con bandera de Castilla yLeón en los hombros), todas ellas interpretadas a solas por Siloé, porque uno, aunque esté rodeado de amigos, también necesita sus momentitos de soledad. Pero, al final, la noche está llena de estribillos con los que reivindicar los grandes momentos compartidos. Porque toda aventura es más intensa si tienes alguien al lado para que luego la puedas recordar.
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Ocurre a veces que no tienes suficientes manos para aferrarte al recuerdo, que hay pasados que se olvidan cuando no hay nadie a tu lado con quien los puedas evocar. Y todo lo que se olvida, al final, resulta que nunca existió. Por eso son tan épicos esos instantes comunes que, años después, al recordarlos, terminan convertidos en leyenda. Puede que aquella noche de farra no fuera tan memorable, que aquel chiste en la boda no fuera tan divertido, que aquel tardeo inesperado fuera un muermo en realidad. Pero al rememorarlo con amigos, al añadir anécdotas y chascarrillos, al sumar detalles a esa noche, a ese chiste, a ese tardeo, resulta que termina por convertirse en algo memorable, en un ladrillito más para levantar esos castillos desde los que se defiende una amistad.
Como en ese estribillo de 'Todos los besos' que cantan todos juntos al final del concierto en la Plaza Mayor. Y tal vez (tal vez no, seguro), esta es una de esas noches entre amigos que, con el tiempo, recordaremos como uno de los grandes conciertos de nuestras vidas. Porque si la vida es vivir para luego recordar, no hay nada más dichoso que vivir y recordar con amigos.
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