Las Raras: «El mundo está lleno de sermones, y es muy pesado»

«Hacemos un humor surrealista, un tanto absurdo, pero que también es humor negro e irónico», explica Paloma Jiménez. «Las Raras viven en un mundo del revés que muestra lo cómodos que estamos en tantas ocasiones con nuestro sufrimiento. Puede que haya algo un poco masoquista en este gusto por estar mal».

Aunque sus historias son una caricatura, la deformación no les ha impedido encontrar un público fiel, especialmente en internet, donde sus videos se han vuelto virales. «Mucha gente se ha sentido identificada con lo que contamos. Quizás porque el sufrimiento tiene buena prensa. A lo mejor influye nuestra educación católica que asocia el placer con el sentimiento de culpa. No lo sé. Lo cierto es que nos gusta más el drama», añade.

'Las Raras' practican un humor ciertamente original, en el que no hay cabida para los sermones ni las moralejas, algo mucho más frecuente en el mundo cómico de lo que pudiera pensarse. «Decididamente huyo del sermón. Primero, porque es horroroso. Pero también porque hay un montón. El mundo está lleno de sermones, y de cómicos dando sermones, y es muy pesado».

Frente a ello, lo que ellas hacen es poner al espectador frente al espejo deformado de sus sketches para que, a partir de ahí, sea el público el que reflexione y decida qué piensa de todo ello. «Nos gusta proporcionar elementos para que la gente piense, pero sin darles las conclusiones ya mascadas», explica Jiménez.

Pese a su originalidad, 'Las Raras' hacen un humor apto para todos los públicos. Y aunque el empoderamiento es uno de sus temas, no hablan específicamente del empoderamiento femenino, como ahora es habitual, sino de empoderar al ser humano en general, hoy tan cansado. «Estamos en una etapa en la que nos sentimos cada vez más aplastados por la vida. Hay agotamiento y necesitamos reírnos», explica la humorista.

La representación teatral, con todo, no se limita a explotar el formato de 'Las Raras', sino que incluye sketches de muy variada condición. En 'Detención al cliente', por ejemplo, se hace una ácida caricatura de las dificultades prácticas con que los clientes se encuentran cada vez que intentan darse de baja de algo. En otro de los números, dos chonis, dos chicas de barrio de apariencia vulgar, rompen todos los clichés sobre su condición y sorprenden al espectador con una elevada conversación filosófica sobre los grandes dilemas de la vida. «Me encantan porque son personajes complejos que escapan del estereotipo».

El espectáculo incluye también un número bastante alocado en el que Paloma sale en escena con un tutú haciendo el payaso y agobiada porque tiene picores vaginales. «Es muy absurdo, muy Lina Morgan», explica la guionista del dúo cómico. «En este número me transformo totalmente. Es muy físico, muy de conectar con el niño interior que todos llevamos dentro».