El postre, ¿en qué caseta?
La búsqueda para saborear la tarta de Nuestra Señora de San Lorenzo y otros dulces se ha convertido en una aventura en la Feria de Día
Después de un buen puchero con fabes, patatas con costillas, callos con garbanzos o unas raciones de croquetas, patatas bravas o calamares… ¿En qué caseta ... nos tomamos un café? ¿Una tartaleta de crema pucelana? ¿Un pastel de arroz con leche? ¿Y el auténtico postre de Nuestra Señora de San Lorenzo? La Feria de Día está menos endulzada este año que en ediciones anteriores. Las proporciones del dulce en comparación con el salado en esta particular receta gastronómica de la capital vallisoletana son bastante ínfimas acrecentándose por una importante baja en el certamen desde este año: Confiterías Cubero.
La archiconocida pastelería cerró sus puertas con carácter definitivo el pasado mes de mayo y nadie ha cubierto su nicho repostero en la Feria de Día. Es más, desde la patronal de hostelería reconocen que debieran agilizarse y fraguarse conversaciones y proyectos con sus homólogos confiteros para que al menos el pastel oficial de las ferias vallisoletanas esté disponible para los clientes en todas las casetas.
Terminar de comer o de cenar con un buen postre era sinónimo de visitar Cubero. Lo que quedaba de dinero del bote era para deleitarse con la que era la barra más dulce de la Feria de Día de Valladolid. Pero este año está su hueco en todos los sentidos: porque el local confitero sigue con la persiana bajada y su contiguo espacio urbano libre y porque no hay ningún puesto tan especializado adscrito a este certamen de entre los 81 abiertos este año por toda la capital. Es verdad que algunos negocios como, por ejemplo, alguno de los abiertos en la Acera Recoletos, el entorno de San Benito o en el paseo de Zorrilla sí ofrecen en su carta algún postre como tarta de queso en diferentes variantes, coulant de chocolate, yogures cremosos o pancakes pero el pastel de Nuestra Señora de San Lorenzo tiene una presencia prácticamente residual, mínima.
La patronal de los hosteleros estudia que las bases del certamen de la Feria de Día obliguen a ofrecer en carta el postre oficial
La Cafetería Moka, localizada en el paseo de Zorrilla esquina con el paseo del Hospital Militar, es la única que sirve en su caseta este postre oficial además de otros cuatro postres e incluso lo acompañan de un ticket para consumir el café de acompañamiento dentro del establecimiento. Y precisamente los dueños de este negocio es la familia del propio presidente de la Asociación Provincial de Hostelería de Valladolid, Jaime Fernández, quien ante la falta de dulces en las casetas anuncia a El Norte de Castilla que en próximas ediciones le gustaría incluir en las bases normativas de la Feria de Día que todas las casetas ofrezcan a sus clientes la tarta de la Virgen de San Lorenzo: «Debemos promocionar lo nuestro porque es un postre que gusta mucho a los vallisoletanos y está muy consolidado en la ciudad por lo que debiera ser obligatorio ofrecerlo en carta». «Es un tema prioritario para tratar», determina.
Un cuarto de siglo
Fernández plantea una reunión entre hosteleros y confiteros para poner en común ideas y dar entrada así al dulce en las casetas de una manera unánime además de tratar otros asuntos para celebrar de la mejor manera el cuarto de siglo de este certamen que se conmemorará en 2024. Es más, en este sentido les anima incluso a montar una caseta en la Feria de Día como Asociación de Confiteros de Valladolid y ofrecer ahí sus productos después de la baja en el tejido empresarial vallisoletano de Cubero con dulces tan recordados por todos como el Cubanito, Teta de novicia, Misal o café con pasta castellana además de la afamada crema pucelana.
Mientras el presidente de los hosteleros se muestra convencido de que «la inclusión de confitería y productos tan típicos como el postre oficial sería un revulsivo y podría significar una recuperación del marchamo de calidad y variedad de la Feria de Día de Valladolid», su homólogo de los confiteros, Rafael Mesonero, comparte la importancia de su sector también durante la celebración de estas fiestas y se muestra abierto a trabajar juntos «para conseguir una oferta gastronómica completa».
El también copropietario de Confitería Vitín no esconde la dificultad que significa la manipulación de los productos de pastelería, cualquier dulce u otra elaboración «por los ingredientes con los que están elaborados y la complejidad de mantener la cadena de frío» si bien admite que «seguramente» sería mucho más trabajo pero «muy reconfortante» por llegar a más personas dada la buena aceptación que año a año consigue la Feria de Día. Por lo pronto, el representante de los 15 establecimientos donde se puede adquirir la tarta de Nuestra Señora de San Lorenzo anima a los vallisoletanos a comer o cenar en las casetas, entrar en sus establecimientos a deleitarse con este postre tan tradicional de estas fechas en el horario habitual de apertura y tomarse un café en alguna de las muchas cafeterías de la capital.
La historia del postre
El postre fue creado por la Asociación de Confiteros de Valladolid en el año 2000, a través del trabajo y pruebas de varios obradores para celebrar las fiestas patronales de la ciudad. Se trata de una crujiente base de hojaldre, con una crema de naranja coronada por un esponjoso bizcocho de chocolate. Una mezcla de texturas y sabores combinadas que, además, cada maestro confitero le aporta su sello personal siendo un producto cien por cien artesanal y con ingredientes naturales.
La decoración es también característica del postre original. como explica Rafael Mesonero: una cobertura de azúcar glas, una rodaja de naranja confitada y, como broche final y garante de la autenticidad del pastel, una placa de chocolate con la inscripción 'Postre de Nuestra Señora de San Lorenzo'.
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