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Sesenta años no son nada. Y si no que se lo digan a la Feria de Valladolid. Una feria que presume de ser una de las pocas de tipo generalista que se celebran en España, junto a la de Gijón y Zaragoza.
En sesenta años ... la vida cambia mucho y la forma de consumo también. De ello es testigo la Feria de Valladolid, popularmente conocida como feria de muestras, que en un trabajo para mantenerla ve cómo cada vez la parte lúdica le gana más terreno a la comercial. Eso da lugar a un espacio singular, muy variopinto, con multitud de puestos de muchas categorías. Es fácil encontrar un horno de leña y a los pocos metros un robot de cocina, separadas por una empresa de tecnología especializada en los filtros de O2.
Un espacio que albergará cien puestos. Un número no cerrado y que, según explican desde la organización, cada año tienen que hacer magia: «Hay cien puestos, podría haber más, ahí está lo divertido. Luego son los de logística quienes tienen que hacer encaje de bolillo para darles un espacio a todos. La participación se mantiene estable en los últimos años, el número de expositores es más o menos el mismo, está muy bien, pero por supuesto muy alejado a lo que podía ser una feria hace treinta años».
Por supuesto, la parte comercial tiene su hueco, pues tal y como señalan los expositores la parte visual tiene mucho gancho. La tendencia en la actualidad es la compra online. Ya está todo visto a nivel comercial, es muy difícil encontrar un producto que te pueda sorprender, pero el tener la posibilidad tocar, probar e incluso hablar con el vendedor abre muchas puertas y se da la posibilidad de salir de la feria enamorado de un producto que no imaginabas que ibas a necesitar.
La feria, dentro del apartado comercial, distingue dos tipos de comerciantes. Por un lado, se encuentran las empresas clásicas. Las tiendas que aparte de su local fijo en la ciudad, también deciden montar otro stand en el recinto. Por otro lado, se encuentran los feriantes, o lo que es lo mismo, personas que no cuentan con un punto fijo de venta y su forma de negocio es recorrer las ferias de España con sus productos. Un modelo muy común en el sector de la alimentación, especialmente en los embutidos.
Los organizadores de la feria tienen claro que uno de los puntos calientes del recinto son los puestos de alimentación, especialmente los dulces. Una zona que mezcla los clásicos con las empresas incipientes. Un lugar donde se puede ver compartir espacio a empresas tan consolidadas como a Aneto y sus caldos y otras emergentes como Beekinga con su hidromiel.
Un espacio muy importante, quizá por ser algo tan rutinario en el día a día, es el pabellón dos. Aquel sobre el que se expone y vende todo lo que tiene que ver con el hogar. Una multitud de metros cuadrados llenos de menaje. Vajillas, hornos, cacerolas…. Una zona compartida con todo tipo de mobiliario, donde sin ninguna duda, por su margen de pedidos, destacan los sofás. Una empresa que durante esta semana de exposición recoge tantos encargos que la lista de espera para la entrega se prolonga hasta cuatro meses.
El efecto visual es importante, enganchar al cliente por los ojos. Uno de los reclamos más curiosos, y que congrega una gran cantidad de gente observando la obra sorprendida, es una reproducción a escala de madera del Palacio de El Escorial. Una imagen, un reclamo que utiliza la empresa M-Aro2 para promocionar su parqué.
En un espacio tan variado, hay hueco para todo tipo de empresas. Grandes y Pymes. Por ejemplo, puedes encontrar un expositor donde se personalizan playmobil o un puesto de venta de juguetes que pertenece a la Asociación de Diabetes de Asturias y que utilizan para su financiación.
La zona más empresarial, las ingenierías son las reinas. Motores, placas solares, energías renovables… como por ejemplo los motores Horse, o los filtros de aire. Una zona que, tal y como cuentan desde la organización, quizá sea menos vistosa, porque el producto no se ve, pero que su volumen económico respecto a las ventas es muy bueno.
Si existe una feria, tiene que existir una zona de coches. En la Feria de Valladolid hay espacio para lo nuevo y lo seminuevo. Junto a la zona más ingeniera se encuentran los 'concesionarios' de coches nuevos. Unos vehículos de marcas emergentes, quizá no tan conocidas, importadas de China y que se están haciendo su hueco en el mercado. Uno de los espacios más grande lo ocupa la feria de ocasión, donde multitud de concesionarios de segunda mano de la ciudad llevan sus coches ante la gran aceptación de los vallisoletanos que desde primera hora de la mañana llenan sus pasillos. Una de las tendencias de estos últimos años en cuanto al turismo se refiere, son las autocaravanas. Debido al turismo sobre ruedas, las ventas de autocaravanas según los datos de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar) se ha incrementado un 46,4% respecto a 2023, lo que ha llevado a la Feria de Valladolid a dedicar a este tipo de vehículos la exposición de la plaza principal con la presentación de alrededor de cincuenta caravanas.
La segunda parte, más lúdica, cuenta con una exposición de Arcade, en un intento de unir los clásicos con las novedades. Una exposición denominada 'Arcade Planet' con más de cincuenta máquinas clásicas con iconos de los años 80 como el ZX Spectrum. Además de contar con una zona equipada con videoconsolas clásicas como Segas o máquinas recreativas.
Como buena feria, no falta la comida. Vuelve el 'Callejeando Food Fest'. Una propuesta de gastronomía dulce y salada donde participan todo tipo de comida, desde la más castellana con los torreznos a internacionales como la argentina o la italiana. Todo en un ambiente exterior con los ya populares 'foods tracks'.
La feria, por otro lado, cuenta con un espacio dedicado al deporte y a los más pequeños. Repiten las actividades del año pasado. Una zona de skate con una pista con lenguas donde poder iniciarse en el mundo del patinaje y la zona 'basket', donde se organizarán torneos de 3X3. La principal novedad este año es el torneo 3X3 Jr NBA en el que se han inscrito sesenta equipos de categoría alevín -30 femeninos y 30 masculinos- procedentes de toda Castilla y León, en una iniciativa donde cada equipo competirá con el nombre de una franquicia de la NBA. Los más pequeños, tienen a su disposición ni más ni menos que 1.200 metros de hinchables con diferentes escenarios de juegos como toboganes, pistas de obstáculos o rocódromos.
Por otro lado, también existe una zona más divulgativa. Donde las exposiciones se unen con las instituciones. Dos de las más aclamadas, son las de la Policía Nacional y la Guardia Civil, donde muestran su material de trabajo de las diferentes unidades, además cuentan con un gran incentivo para los más pequeños, como son sus vehículos con sus luces y sirenas. Aunque sin duda la exposición más veterana y que se ha vuelto todo un clásico es la de fósiles y minerales.
En una «ferias de ferias» tal y como la denominan, no podían faltar los talleres o las catas, como la de juegos tradicionales, las sesiones de yoga o las catas de aceite. Así como un stand especial de Valladolid donde se podrán conocer los personajes más influyentes en la historia de la ciudad.
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