

La patrona de Valladolid presume de alfombra
En la Plaza Mayor ·
El tapiz floral que desde hace 17 años elabora José Antonio González Gerbolés se podrá ver hasta el domingoCada año, desde hace 17, José Antonio González Gerbolés pone su ilusión, vocación y su talento al servicio de todos los vallisoletanos. Lo hace ... de forma altruista y con el único interés de servir a la patrona de la ciudad en su día grande. Nació en Viana de Cega, es alcalde de Castrodeza y presidente de la Mancomunidad Torozos, aunque el título que lleva con más orgullo es el de Caballero de la Corte de Honor de la Santísima Virgen de San Lorenzo. Cada 8 de septiembre, este artista siempre asiste emocionado al momento álgido de su trabajo, cuando la alfombra se deshace al pasar sobre ella la procesión entre el cariño y las devotas miradas de miles de vallisoletanos y visitantes. Este año ha vuelto a sorprender a todos con un bonito diseño, que desde hace días luce en la Plaza Mayor y que permanecerá hasta fin de fiestas, aunque la virgen no pasará por encima del tapiz. «Pretendíamos que los vallisoletanos supieran que la patrona está más presente que nunca en estas atípicas fiestas. El año pasado montamos el tapiz floral en el interior de la catedral, frente al altar mayor. En esta ocasión, hemos querido volver a traerlo a la Plaza Mayor para que todos podamos disfrutar de ella hasta el día 12», explica este artista.
En sus primeros trabajos empleaba alfalfa y otras hierbas para formar vistosas grecas, pero con el paso de los años ha ido depurando la técnica y ahora prefiere utilizar marmolina que tiñe en su hormigonera. Su base de operaciones, donde diseña y crea las plantillas, la tiene ubicada en Castrodeza. «En todo el tiempo que llevo haciendo alfombras lo que más ha cambiado es la ilusión y la devoción con las que trabajo, que cada vez son más grandes. Siempre cambio los ornamentos para sorprender al público y algún año, incluso, he perfumado las arenillas con lavanda para hacerla todavía más agradable para los sentidos. Cada alfombra tiene un significado especial para mí. Soy muy devoto y no quería que la pandemia acabara con la tradición. Estoy seguro de que si la hubiéramos suspendido, nos hubiera costado mucho retomar la costumbre», sostiene.

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El tapiz ocupa en esta ocasión 14 metros de largo y 4,5 metros de ancho y ha necesitado 1.000 kilogramos de marmolina teñida en una amplia gama de colores, entre los que destacan el blanco, el carmesí y el violeta, «tonalidades que se identifican con Valladolid y que van muy bien con el entorno», aclara González Gerbolés. Los cuatro motivos centrales que la adornan son el escudo de la ciudad, con dedicatoria a la patrona, un medallón representativo de la cofradía, que incluye un lienzo de Miguel Ángel Soria, la corona y el manto de la virgen, que han sido fijados con resina para hacerlos más resistentes a las inclemencias del tiempo y del público. «Me encanta la idea de que este año la alfombra pueda disfrutarse más días. Sin embargo, no puedo evitar pensar que me voy a perder el momento más emocionante, que es cuando la procesión pasa por encima de ella. Me va a resultar doloroso que se recoja la alfombra sin estar pisada», confiesa.
Otra novedad con respecto a años anteriores es que, en esta ocasión, debido a las tormentas, han tenido que montar la alfombra el día 3 por la mañana, lo que ha dificultado la participación de voluntarios.
Este artista de lo efímero ya está pensando en el diseño de la primera alfombra postpandemia, que será de 100 metros de longitud. Ya tiene las plantillas preparadas.
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