Gabino Diego: «Lo que te preserva joven es conservar tus ilusiones»

El drama al que se refiere es el de la masculina 'crisis de los 50', ese momento en el que muchos varones se hacen la ilusión de seguir siendo jóvenes, aunque toda una serie de indicadores objetivos -la barriga cervecera, o algo peor, añadida a los problemas de pareja- señalan una realidad distinta y no tan feliz.

En el caso de 'La curva de la felicidad' la historia arranca con una crisis en toda regla. La mujer de Quino, escritor y guionista televisivo, decide divorciarse de él, y le presiona para vender la casa común y repartir el dinero. Pero Quino, que sigue enamorado de su esposa, hace lo imposible por evitarlo, aunque finalmente consigue el efecto contrario: venderla a tres compradores a la vez, que son los coprotagonistas de la obra.

«Habla del síndrome de Peter Pan, y de ese afán por querer seguir siendo joven, que es algo que yo apoyo totalmente», asegura el célebre actor cómico, protagonista de películas tan populares como 'El viaje a ninguna parte' o 'El rey pasmado'. «Pero lo que creo por encima de todo es que lo que te mantiene joven es conservar las ilusiones. Eso es lo que te mantiene vivo».

El origen de la comicidad de la obra radica en los contrastes. Entre lo que los protagonistas dicen y lo que sienten, por un lado. Pero también entre su visión ficticia de las cosas y la realidad cruda. «Creen que se van a comer el mundo, que todavía tienen capacidad para conquistar a las mujeres, pero no», explica Gabino Diego. «La crisis de la que la obra habla es la de todos esos hombres que llegados a los 50 sienten que se han vuelto invisibles para el sexo opuesto y que no tienen nada que hacer».

La comedia habla, por tanto, de una de las expresiones de la fragilidad masculina. «Es muy autocrítica con el sexo masculino, pero tampoco es una función que machaque al hombre. Al contrario, está bastante equilibrada, e incluso es un poco políticamente correcta porque se dicen algunas cosas sobre las mujeres que ahora mismo resulta complicado de escuchar». Aun así, aclara, «las espectadoras son las que más disfrutan».

A todo ello hay que añadir otra virtud inusual en una obra teatral contemporánea: es una representación que disfrutan públicos de todas las edades. «Conseguir eso es muy difícil».

La obra se basa en un texto de Eduardo Galán y Pedro Gómez que se estrenó por primera vez hace 17 años y que ha tenido muchas encarnaciones. El personaje de Quino ha sido interpretado, de hecho, por distintos intérpretes. Antes de Gabino Diego -que lleva ya una docena de representaciones en la nueva etapa de la obra, las últimas en Albacete- hicieron el papel Jesús Cisneros y Antonio Vico, entre otros muchos.

«Yo la vi como espectador me divirtió mucho. Soy muy fan de la obra, que me parece muy cómica y muy fresca», explica Diego. «Lo más sorprendente es que es una comedia en la que caben todo tipo de estilos cómicos y todos funcionan muy bien».

Tras unos comienzos en los que alcanzó una gran notoriedad en el mundo del cine, Gabino Diego está volcado últimamente más en el teatro, donde ha representado obras contemporáneas como 'El mojigato' o 'El intercambio'. Hace veinte años exploró con 'Una noche con Gabino' un formato peculiar: un solo cómico que no era exactamente un monólogo y que logró un gran éxito.