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Aspecto del Campo Grande esta mañana.

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Aspecto del Campo Grande esta mañana. CARLOS ESPESO

Vallisoletanos y turistas se echan a la calle en el resurgir de la Feria de Día

El buen tiempo bendice a las casetas callejeras y a las regionales y los pinchos vuelven a reinar como antes del paréntesis de los dos últimos años

Sábado, 3 de septiembre 2022

Superada sin problemas la resaca peñista, pregonera y edurniana, las Ferias de Valladolid disfrutan de una mañana de sábado de ensueño. De esa normalidad festiva tan añorada y recuperada ahora como si no hubiera pasado nada. Las casetas gastronómicas de la Feria de Día y las de la del Folclore y la Gastronomía han echado a andar con tantas ganas como buen recibimiento.

En la inauguración de los eventos que tienen el pincho como protagonista, el alcalde de la ciudad ha hecho una valoración positiva de las primeras horas de festejos: «El pregón ha gustado y Edurne, también. Ha habido mucha gente por las calles y especialmente en las Moreras, donde la policía nos ha confirmado que todo transcurrió con tranquilidad», ha manifestado Óscar Puente en las casetas del Campo Grande - Recoletos, desde donde ha «cruzado los dedos» para que todo siga así.

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El regidor ha hecho un llamamiento a los más jóvenes que anoche tomaron la zona de la playa. «Que nadie se haga mucho daño y siga la tranquilidad... pero concienciados de que hay contenedores para la basura porque me han dicho que el paisaje después de la 'batalla' quedó muy sucio. La colaboración mejoraría la imagen de los propios jóvenes», ha añadido.

Vecinos de Valladolid y turistas llegados de España y el extranjero han ido tomando posesión de las barras callejeras, seducidos por los aromas que desde las casetas llenan las calles. «Hemos arrancado mejor que en 2019, según me transmiten los hosteleros», ha valorado el presidente de la asociación provincial, Jaime Fernández. «Las expectativas son buenas y estamos muy contentos porque se ve mucha gente que ha venido de fuera», ha apostillado antes de proclamar: «Venga, a por una cañita».

Una temperatura óptima para el ocio exterior ha acompañado la jornada, en la que hay actividades para todos. Los niños tienen sus hinchables y manualidades y los más deportistas, concentraciones de aerobic y zumba al aire libre.

Galería. El alcalde, con el presidente de los hosteleros, otras autoridades y representantes del sector.

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Galería. El alcalde, con el presidente de los hosteleros, otras autoridades y representantes del sector. CARLOS ESPESO

Los representantes del gremio consultados coinciden en que todo se presenta con una pinta inmejorable, sin nada que echar de menos con respecto a las mejores ediciones. Rubén Valdivieso, del Grupo Altuntún, con caseta en Recoletos, lo resume así: «No vendemos pinchos, vendemos ocio, alegría y felicidad. Después, si la gente sale y vuelve a disfrutar, también gastará».

Los problemas para encontrar camareros en los establecimientos no se trasladan a la Feria de Día, donde la incorporación de estudiantes que apuran las vacaciones con la posibilidad de volver a sus vidas con un dinerito en el bolsillo no decae y hace que el servicio sea rápido y fluido.

Junto al Real de la Feria ha echado a andar también el clásico recinto de las Casas Regionales, este año con una carpa de 6.400 metros cuadrados que acoge los 17 puestos. Los de siempre y la Casa de Baleares, que se incorpora a la cita. Allí, 1.300 voluntarios jóvenes y seniors hacen ya las delicias de los hambrientos, a quienes amenizan coros y danzas de todas las provincias y autonomías presentes.

Las calles de la capital cuentan con 72 casetas, a las que se suman 43 establecimientos de tapeo interior. Hasta 68 bares tienen permiso para llenar las calles de música con actuaciones de 12 zonas de centro y los barrios. Todo ya en marcha para que la alegría y el jolgorio atrapen a la ciudad y sus vecinos y no la suelten hasta el día 11.

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