Buen rollo y mestizaje en los conciertos de Seiskafés y La Regadera en Valladolid

Lo de Seiskafés es orgullo de la escena musical pucelana. Y lo vuelven a demostar esta noche en la Plaza Mayor, con ese derroche de buen rollo y ska que sirven en bandeja desde 2006. La banda, que ha sobrevivido a las idas y venidas de sus integrantes (el último en llegar es Samu, al bajo), convierten de nuevo a Cantarranas en canción («en la plaza del farol, calimocho y rock & roll») y presentan además los temas de 'A la gresca', su último trabajo, editado este mismo año.

«Estamos preparados, hemos venido a bailar», cantan casi al principio de la noche, y sucede una colección de botes y saltos al ritmo de 'No + fachas', 'Nikolai', 'Guillotina' o 'A la fresca', una canción contra la indiferencia y el mirar para otro lado. Los Seiskafés salen seguro del escenario con dos kilos menos (mínimo) después de tanto cardio disfrazado de baile.

«Solo hay que saltar y que sudar un poco», dicen para animar a un público que esta noche no necesita mucha animación. Ya vienen motivados de casa para escuchar a la banda vallisoletana, pero también a La Regadera.

Porque esa «rebeldía interior» que busca impacto social, y que está en Seiskafés (y luego en Ska-P), sirve también de combustible para llenar La Regadera, una coctelera sonora (su rocksteady, su reggae, su ska) que desde Miranda de Ebro presenta su último disco, 'No pienso, luego existo', publicado en este 2022 y que propone «melodías optimistas y cargadas de buenrollismo».

Lo suyo es regalar jolgorio. Invitan a una 'Fiesta en mi casa', que celebran con la sección de metal (trompeta y tombrón) entre el público. Han comenzado su actuación con 'Hoy no necesito a nadie' y siguen con temas como 'Vida solo hay una' (con su potente intro instrumental), 'Canto a mi dolor' (que arranca con las primeras filas en cuclillas), 'Recogeré' (con una parte solo a palmas) y 'Trovadores' y 'Mi inmadurez', que rematan ya sin apenas huecos libres en la Plaza Mayor.

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