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La comparsa de Gigantes y Cabezudos camino a Plaza España. Ramón Alonso

70 años de gigantes y cabezudos

Amigables, temidos y divertidos; estas figuras han entretenido a generaciones de vallisoletanos y vallisoletanas y se encuentran entre sus recuerdos más queridos

Jueves, 7 de septiembre 2017, 12:23

La puerta del Ayuntamiento se va llenando de familias según se acerca las 18:30, la hora clave para una de las tradiciones más arraigadas en fiestas a esta orilla del Pisuerga. En la Plaza Mayor se puede ver las caras de los más pequeños ante este evento, que para muchos es nuevo. Miedo, preguntas, risas; una ensalada de sentimientos en las caras de los más pequeños. Por contra, en la cara de los progenitores se ve una felicidad irradiada por compartir algo que en su infancia causó los mismos sentimientos. Los causantes de este algarabio acompañado de dulzainas son sus 16 protagonistas: la comparsa de gigantes y cabezudos.

La historia de este tipo de animación comienza en la Edad Media, en la que, tanto gigantones y cabezudos eran usados de forma aleccionadora representando a los grandes pecados capitales y a los males en las fiestas. Por suerte, con el trasiego de los años el carácter intimidante de los mismos era para causar la misma sensación que se causa hoy en día en los más pequeños, al principio un poco de miedo para ser transformado en alegría y luego baile.

Galería de imágenes

A lo largo de la geografía del país muchas son las festividades que cuentan con gigantones y cabezudos, eso sí cada uno con su propia historia. Célebres son los gigantes y cabezudos de Bilbao o Burgos, por ejemplo. Pero en lo que atañe a Valladolid, los gigantones actuales datan de 1947. Anteriormente la ciudad, que se conozca, ha contado con dos juegos más, además de los actuales, pero se ha perdido su origen e historia, el deterioro que sufren y han sufrido a lo largo de los años es constante y eso hace difícil su conservación.

El Norte

Historia, estructura y composición

Recapitulando, 1947 es la fecha de nacimiento de los actuales gigantes. Según cita el Ayuntamiento de Valladolid en su llamada 'Cinco años de gestión Municipal' los gigantes y cabezudos anteriores a 1947 eran figuras sin carácter ni atractivo alguno, deformes y antiestéticos. Es en ese año cuando se presupuesta 90.000 pesetas para que el artista fallero Don Remigio Más crease a los gigantes y a cuatro de los cabezudos que viven en nuestros días.

En palabras de Carlos Rodríguez Díaz, periodista de El Norte de Castilla, «Valladolid tiene la colección de Gigantes y Cabezudos más artística de España».

Actualmente Valladolid tiene ocho gigantes que se agrupan por sexo y continente: Asia está representado por 'Chino' y una 'China'; África por 'Moro' y 'Mora'; América por 'India' e 'Indio y Europa por los Reyes Católicos.

De los ocho cabezudos cuatro son de 1947: 'Niño' y 'Niña' actuaban como 'maceros', es decir, como pajes de los autoridades durante las fiestas, además de esta primera época son 'Indio' y 'Chino'. De los años 80 son: 'Torero','Pirata', 'Bruja' (aunque hay gente que la llama como 'Vieja') y 'Bandolero'

Las piezas, además, tratan de integrar la historia de Valladolid. Los Reyes Católicos y la inclusión de 'Indio'e 'India' cumplen con este objetivo.

Respecto a su estructura, el maestro fallero creo en cartón piedra las partes visibles de las piezas. El armazón de la estructura es de madera reforzado con bastidores para que el porteador reparta el peso y pueda 'bailar' con los pesos para establecer equilibrio. Además cuenta con un suspensorio en la cabeza para facilitar esta tarea.

Aspecto de la estructura base por los años 40 Archivo Municipal

La parte que luce y distingue a los gigantones es su ropa. Esta se va renovando con el paso del tiempo a la par que se realizan reparaciones y mejoras en los muñecos. Según ha informado Álvaro Vargas, coordinador y porteador de los gigantes, antiguamente estos ropajes incluían accesorios como un hacha para 'Indio' que con el paso de los años se han ido perdiendo.

Su conservación tiene que hacerse con esmero. Su material, el cartón-piedra, es delicado y requiere trabajo artesanal para su mantenimiento. A lo largo de la semana de fiestas se van reparando los daños que se puedan ocasionar, como grietas. En caso de un daño mayor la reparación se tendría que hacer de urgencia. Tras acabar su trabajo las figuras se someten a 'chapa y pintura' para permanecer listos un año más y ya van 70.

La comparsa en la calle

Actualmente la comparsa está formada por unas 30 personas. Por cada gigante hay tres porteadores que se turnan entre ellos entre cada canción y se asisten en labores de guía ya que la rejilla traslúcida no ayuda a la visibilidad.

Los gigantones van, además de la cabeza, con disfraces y complementos acordes con su personaje.

Su lugar de partida no ha cambiado en estos años. Durante las Fiestas y Ferias de San Mateo o de la Virgen de San Lorenzo se trata de la puerta del Ayuntamiento. El recorrido actual es un pasacalles en el que público y comparsa van en dirección a alguna de las céntricas plazas.

El ritmo lo marcan una agrupación de dulzaineros, «una diferente para cada día»como afirma Vargas. Los gigantes 'bailan', es decir, desde dentro el porteador realiza peripecias para mantener el equilibrio en forma de carreras, bailes y giros. Esto se traduce en el tradicional contoneo, sumado al vuelo de los ropajes hacen que sean espectaculares (o aterradoras si eres un niño) de ver.

Ramón Alonso

El toque más cercano con el público lo dan los cabezudos, hace unos años se armaban con cachabas para escarmentar a quien no corriese de ellos. Ahora la cosa es algo diferentes, los personajes muestran una cara más amable jugando y bailando con el público a la para que ofrecen caramelos. Menos 'Pirata' y 'Bruja' que acuden con una cachiporra y una escoba para asustar de forma moderada al respetable.

Aunque su actividad principal se produce durante los días de las fiestas patronales, se pueden ver en ocasiones en la Cabalgata de Reyes, o en día muy marcados como San Pedro Regalado.

Presente y futuro de los cabezones y gigantes

Los porteadores son contratados por el Ayuntamiento de Valladolid a una empresa encargada de espectáculos. Según su coordinador, en las semanas previas, se realizan ensayos para refrescar las coreografías y enseñar a las nuevas incorporaciones.

De cara a un futuro Vargas cuenta con poder mejorar las coreografías y cuenta que el relevo generacional existe ya que muchos de ellos llevan más de 20 años y se siguen incorporando nuevos talentos.

«Tenemos fans, niños que han creado su propio cabezudo», a diferencia de muchas, en concreto las comparsas de cabezones y gigantes cuentan con cantera que quiere que sigan vivas, además del centenar de personas, como mínimo, que les acompañan en cada una de sus salidas.

Parte del folklore de Valladolid, generaciones les han temido, se han reído y han disfrutado con ellos. Sin duda una de las partes más evocadoras y queridas de las fiestas de Valladolid en la que muchas de sus figuras cumplen 70 años de su primera salida, en concreto cumplirán siete decenios el 14 de septiembre, aunque seguro que se podrán disfrutar durante muchos años más.

' Ramón Alonso

  • 'China': 42 Kg; 3,8 metros de altura

  • 'Chino': 38 Kg; 3,7 metros de altura

  • 'Rey': 52 Kg; 3,9 metros de altura

  • 'Reina': 44 Kg; 3,8 metros de altura

R. A.

  • 'Indio': 50 Kg; 3,9 metros de altura

  • 'India': 42 Kg; 3,8 metros de altura

R.A.

  • 'Moro': 42 Kg; 3,9 metros de altura

  • 'Mora': 41 Kg; 3,9 metros de altura

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