Amparanoia: «Nos adaptaremos a que el público esté sentado; que interactúen con brazos y hombros»

-La irrupción de la pandemia afectó de lleno al sector de la música, ¿cómo habéis vivido esta situación en plena grabación de 'Himnopsis colectiva'?

La pandemia nos ha afectado a todos, pero el gremio de la música vivió un parón total. Tuvimos que cambiar la forma de vida a la que estábamos acostumbrados: dejar de ensayar y cancelar viajes. Además, nos pilló creando este nuevo disco. Yo, personalmente, me volqué en la producción del álbum, que fue posible gracias a la tecnología de la que disponemos. Lo hicimos de una manera inusual, como nunca antes lo habíamos hecho. Nos enviábamos las pistas grabadas y esto supuso un aprendizaje inmenso. Decidí centrarme en otras cosas que sí podía hacer y que tenía algo olvidadas, como el piano o la toma de conciencia a nivel espiritual. Tengo que reconocer que, dentro de las circunstancias, este periodo de encerramiento y todo lo duro que vino después se me ha pasado volando.

-¿De dónde surge la idea del nombre del álbum?

Durante la elección de las pistas nos repetíamos constantemente que las canciones seleccionadas serían himnos, como otros que ya habíamos lanzado antes. Por ello, comenzamos a denominarlas himnos y a reforzar el mensaje de que eran una invitación a despertar del piloto automático en el que estábamos metidos. Despertar a nivel individual para conseguir un resultado positivo a nivel colectivo. Algo así como un florecer colectivo.

-En este trabajo, ¿cuál es la canción que más te ha costado sacar de tu interior?

Cada canción va dedicada a algo especial. Todas tienen un significado pero 'La despedida' es una propuesta muy diferente a nivel musical basada en algo que me tocó vivir muy profundamente. Es un tema más funky y disco cuya letra habla de un proceso de despedida que escribí para sanar tras una situación dura. Otro tema importante para mi es 'El día que no'. Trata de explicar a la gente que no hay que desaprovechar el tiempo. Cuando canto estos dos temas siento que soy yo hablando de lo que tengo dentro, sacando lo que permanece en mi corazón y pidiendo a la gente que viva la vida de forma plena.

-Centrándonos en el concierto del viernes en Valladolid, ¿qué podrán ver los vallisoletanos en la Plaza Mayor?

Nos vamos a adaptar a las circunstancias de tener al público sentado, pero intentaremos que haya la máxima interacción posible a base de palmas, movimientos de hombros y brazos. Pero todos en su silla. También combinaremos las canciones de este nuevo álbum con otros himnos importantes de nuestra trayectoria. Queremos que la gente salga del concierto con mucha fuerza para afrontar lo que se les presente en su día a día. Será algo mágico con una energía especial.

-Para concluir, ¿Guardas algún recuerdo ligado a la ciudad del Pisuerga?

Nuestra historia está muy ligada a Valladolid a raíz de la amistad que conservamos con La Milonga, ahora La Pasión, por haber venido con frecuencia. Para nosotros volver a Valladolid va a ser un reencuentro muy especial y que llevábamos tiempo esperando.